En el New York Times viene una semblanza de Denis McDonough,
el jefe de gabinete de Obama, que recomiendo que lean. McDonough, ya hemos
hablado de él aquí al poco de tomar posesión de su cargo, fue adjunto al
Consejero de Seguridad Nacional justo antes de entrar a ocupar su puesto actual
y, por lo tanto, venía de ser un experto en temas internacionales. Un experto
de verdad. De mirar un informe y poder predecir los próximos cinco pasos de los
implicados en el relato.
Ser JdG implica ser la persona que conoce la mesa del
Presidente y tiene medido cada tema de todo lo que en ella descansa. Evidentemente
esto implica algo más que política internacional y, especialmente, temas
nacionales. Temas como el Health Care, el desastre de su web y las
repercusiones que ello tiene; desde la decepción de la gente que veía casi
tocar la protección médica, como el frente republicano que no ha perdido ni
medio minuto en poner esta situación como ejemplo de un plan dirigido al
populismo y que condena el país al crecimiento de la deuda.
Pero Obama está en su segundo mandato y ha hecho dos apuestas
muy fuertes para definir su legado; una el propio Health Care y otra Irán. Y
cualquiera de las dos están siendo apuestas arriesgadas. Ningún presidente
quiere pasar a la historia siendo el nuevo Warren Harding (no se puede fallar
más), Hoover (le tocó la depresión y no ayudó) o Nixon (un político de talento
y que nunca será recordado por nada que no fuera Watergate). Y es Denis
McDonough el segundo mayor responsable de que Obama no pase a la historia
dentro de esta lista. Por otra parte él tiene su propia lista encabezada por
Haldeman, el JdG de Nixon.
En el artículo aparecen dos frases. Una de un antiguo colega
diciendo que McDonough es Jefe de Gabinete, estratega jefe, y jefe de la
oficina de responsables e implementación, pero que un solo hombre no puede
jugar en todos los puestos del campo. Mi admirado Rahm Emanuel, que ocupó el
mismo puesto hace cinco años, dice, en cambio, que nadie se puede sentir bien
con todo esto que está ocurriendo, pero que uno no debe darse por vencido, que
la pregunta es si eres capaz de leer un mapa y ver la luz que hay delante de
ti. Y McDonough es ese tipo de persona. Creo que el primer comentario, el del antiguo colega, no es más
que, de nuevo, alguien que habla sin dejar de proyectarse a sí mismo. Gente
con fronteras que no hará mucho más que dar citas a un periódico.