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jueves, 26 de diciembre de 2013

Carmen Ninet y el insulto político

El pasado 22 de diciembre Carmen Ninet, diputada de Cortes Valencianas, miembro de UGT, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas de la Comunidad Valenciana (busca tú un acrónimo vendible a esta denominación) y, según se define a sí misma, progresista y feminista, llamó a la presentadora de TVE Ana María Roy “rubia pepera en busca de neurona” porque no retransmitía la lotería de navidad con soltura
Con dicho tweet se unió al club de los ToniCantós o políticos con ingenio cuestionable, dedos nerviosos y exceso de tecnología al alcance. De hecho creo que a sus miembros les dan una chaqueta con el escudo detrás y su nombre bordado en el pecho. De hecho he oído que su lema es Twitter Misfits, algo así como Los Incomprendidos de Twitter.
Como cierre Carmen Ninet añadió un “Aggggggggggg” al final del tweet. Doce caracteres que implica que es capaz de concretar mucho sus opiniones al no llegar a los 140 de máximo que tienen la red social. Concreta y asidua lectora del Qué Me Dices, claro.

A la diputada Ninet le tacharon de machista en respuesta a su tweet y ella argumentó que ver machismo en sus palabras era “triste”. Yo creo que no. Triste es lo que hace ella cuestionando a una periodista a través de su condición de mujer (“rubia en busca de neurona”) y de su, por confirmar, opinión política.
La primera es como si una persona pasada de peso se metiera con alguien obeso escudándose en el hecho de que al serlo él mismo, tiene legitimidad. Y no, no se tiene legitimidad para dañar y menos gratuitamente.

E igual de ilegítimo es buscar el daño a través de la convicción política. No creo que haya mucha gente en España que, como la diputada Ninet, se salve de haber buscado el agravio a través de la ideología política. Desde el consabido fascista que se oye empezando por los cercanos a ETA (paradójico) al mencionado pepero, el vulgar sociata y hasta el generalista rojo.

Lo de fascista es especialmente interesante porque es la forma “cultista” de entrar a por alguien de convicción conservadora. Y es insultante porque busca identificar a alguien como Rajoy, Cameron o Merkel con los movimientos totalitarios de la primera mitad del siglo XX y de estos la Canciller Merkel sabe bastante.
Pero rojo no es igual de agresivo aun teniendo el mismo origen temporal, totalitario e, incluso sanguinario. Recordemos que Lenin llegó al poder en Rusia en 1917 a través de una revolución que, entre otros, acabó con la vida de los Romanov en Ekateringburg y que su sucesor Stalin ordenó terminar con la vida de todo el que fuera una interferencia en su camino: 2,9 millones según las cifras oficiales soviéticas y 9 millones según las investigaciones tras la desaparición de la URSS. Toda una marca de la infamia en desquiciada competición con la Shoa de Hitler, pero esta vez en nombre de una bandera roja y del socialismo en vez de una cuestión de raza. Y esto por no hablar de Pol Pot y sus jemeres rojos, Ceaucescu, Castro… Y el bando contrario, aparte del mentado Adolf, no se queda corto con elementos como Stroessner, Videla o Pinochet.

El caso es que con tan funesta lista los términos socialista y comunista han salido mejor parados que sus opuestos. Al menos ningún político conservador se lanza hoy al ruedo nombrando alguno como un agravio. Es más, de hacerlo, le caerían más bofetadas que las que le han caído a la diputada Ninet, a Cantó y a todos los miembros de su club juntos.

Si vivimos en una democracia y para ello es necesario que haya partidos políticos, ¿qué necesidad hay de insultar a las convicciones de cada uno siempre y cuando participen del ruedo parlamentario? Por no hablar de la condición hombre-mujer.

lunes, 23 de diciembre de 2013

Todas las cosas

A aquellos lugares para llegar a los cuales el hombre se pasaba semanas o meses viajando se llega ahora en avión en unas horas. Aquello de lo que el hombre antes no se enteraba más que pasados unos años, o no se enteraba nunca, lo sabe ahora con la rapidez de un click. El germinar y el crecimiento de las plantas, algo que permanecía oculto a lo largo de las estaciones, lo muestran ahora los documentales en unos segundos. Los lugares lejanos de las antiguas civilizaciones...  nos los enseña el cine como si estuvieran a la vuelta de la esquina.

El ser humano recorre los más largos trechos en el más breve tiempo. Deja atrás las más largas distancias y, de ese modo, pone ante sí, a una distancia mínima, todas las cosas.

jueves, 19 de diciembre de 2013

leyes, impuestos y arbitrariedad

Ayer el Honorable Artur Mas dijo en el Parlament que si las leyes fueran sólo leyes sin sentimiento ni espíritu los esclavos seguirían siendo esclavos y las mujeres no votarían. Y es cierto. Pero también es cierto que se hicieron leyes para que los esclavos fueran esclavos y para que las mujeres no votaran.

Las leyes, como ya he expuesto con anterioridad, son arbitrarias. Si yo, Gobierno, no tengo dinero, subo los impuestos, que para eso tengo población que ingresa todos los meses. Así llegamos a la conmemoración oficiosa del Tax Freedom Day o Día de la Liberación Fiscal; marca en el calendario la fecha a partir de la cual lo que nos llega al banco es para nosotros y no para el Estado en función de los impuestos que tenemos. En España lo pudimos celebrar en 2013 el 10 de mayo.
Cuenten con que es el 10 de mayo como media nacional que coincide con los ingresos brutos anuales de 24.400€. A más ingresos, más avanza la fecha de su liberación dentro del año. Y conste que considero también todo el territorio nacional, que hay zonas con liberaciones más tempranas y otras, lógicamente, con más tardías.
Más de 5 meses, 129 días del año o 91 laborales si quito los días de año nuevo, Reyes y el 1 de mayo.  Luego que cada uno en su localidad quite los que crea oportunos, pero es una nada despreciable cantidad de días que trabajamos para mantener las ineficiencias de la Administración Pública. Sí, son ineficiencias porque en otro caso cada año el día estaría más cerca de enero en vez de alejarse más

Total, que esa ineficiencia hace que llegue alguien como el President Mas y decida gravar algún nuevo tipo de actividad o sobregravar alguna ya cargada. Y es arbitrario o, como decía Reagan sobre las políticas liberales (“liberal” en el sentido de allí), si se mueve, grávalo; si se sigue moviendo, regúlalo y si deja de moverse, subvenciónalo. Visto de otra manera, redacto una ley, la apruebo, la sanciono y, por peregrina que sea, tengo a la maquinaria recaudatoria o penalizadora activa para garantizar su cumplimiento. Así ha aprobado un gravamen sobre las sucesiones patrimoniales en inmuebles, otro sobre la estancia en establecimientos turísticos… en fin, leyes dirigidas a captar dinero porque no se saben ajustar a otra de sus leyes que es la de Estabilidad Presupuestaria.


La búsqueda del fin de la esclavitud ocasionó guerras, la más famosa una, precisamente, de Secesión. Y con respecto al voto de las mujeres y por extensión la igualdad, ésta no se consigue por leyes que la faciliten, sino por abolir leyes que la impidan.

lunes, 9 de diciembre de 2013

Centros comerciales y arquitectura


En los últimos años se han propagado los grandes edificios emblemáticos, construidos por arquitectos de prestigio, que no limitan su actuación a una ciudad o a un país, sino que proyectan para todo el mundo, con la única singularidad del propio bagaje de imágenes acuñadas por el arquitecto y, por tanto, reconocibles.

En los centros comerciales de ocio y consumo, donde la imagen está más estereotipada, la firma es importante como marca de empresa y no como obra del arquitecto; así - y es de manual- dependen más de la eficacia del márketing y de la capacidad de sorprender y entretener más que de construir una verdadera propuesta arquitectónica. Los emblemas urbanos necesitan del nombre del arquitecto reconocido mediáticamente, pues se constituyen en noticias culturales gracias a su nombre, otorgando otro tipo de impacto social a la noticia y avalando la operación.

Por esto -y lo saben muy bien muchos alcaldes- parte de la efectividad de la inversión y de la convalidación del proyecto reside en la elección del arquitecto.

jueves, 5 de diciembre de 2013

¿me espían?

¿Me preocupa que me espíen? Me preocuparía que un gobierno perdiera tiempo y recursos en averiguar qué digo, realmente.
¿Me preocupa que las comunicaciones privadas se monitoricen? Sí, claro.
Pero ¿qué se ha logrado a nivel de seguridad interceptando llamadas?

Francamente, ni idea, pero si tuviera que hacer una aproximación apuesto a que este tipo de métodos tuvieron mucho que ver con la operación de Bin Laden.
No creo que la CIA, la NSA, MI-5, Mossad o ninguna agencia tengan a millones de compatriotas sobreexplotados, con cascos en las orejas escuchando cada vez que hago una llamada. Evidentemente tendrán algún tipo de software descomunal traceando ondas en busca de pautas en las conversaciones o palabras concretas separadas un máximo de x segundos unas de otras. Supongo que al detectar algo que se ajuste a un parámetro que se pueda considerar de riesgo irán a por ese número. Y sí, todo esto me parece un atentado contra la intimidad y les puedo garantizar que la intimidad es lo que más me importa.

Pero, de nuevo ¿qué han evitado estas actuaciones? Pues ni idea, porque en general para estas cosas los éxitos son privados y los fracasos públicos. Muy públicos. Son públicos porque los medios que acceden a estas noticias, sobre todo los que tienen la exclusiva, se llevan las manos a la cabeza y quieren que nos llevemos las manos a la cabeza escandalizados cuando averiguamos que los americanos espían.
Pero estos medios se nutren también de noticias en las que ellos espían, siguen y sacan fotos de gente en bañador tranquilamente en la playa o publican columnas en las que narran cómo el actor tal habla airadamente en un restaurante con la famosilla cual. ¿Hipócrita? Llámenlo como quieran. Para mí es sólo el mismo criterio en distintas actuaciones. Conseguir tanta audiencia como puedan a través de noticias que hagan que la gente sienta curiosidad. Cuanto peor sea la curiosidad, mejor; es más fácil y más sabroso creer algo malo de alguien que algo bueno, no olviden.


¿Y Obama? ¿Me sorprende que un demócrata favorezca y defienda estas actuaciones? ¿un tradicional defensor de las libertades y los derechos, especialmente de los de la sociedad? ¿O un republicano? ¿un defensor de las libertades personales? No. Lo que me sorprendería es que un candidato dijera que interceptar conversaciones es bueno y que lo va a favorecer. Pero si tienes bajo tu responsabilidad la seguridad de un país no me sorprende en absoluto que salga a defender sus medios de inteligencia. Es más, me parece lealtad.