En el 2010 estuve en Estados Unidos en dos momentos
políticamente importantes. Uno de ellos fue el fin de semana de marzo en el que
el Congreso, entonces de mayoría demócrata y liderado por Nancy Pelosi, sacaba
adelante el programa Health Care del Presidente Obama. El otro fue en
noviembre, en las elecciones al Congreso y Senado que quedan entre dos
elecciones presidenciales y llamadas midterms. En esas midterms el Congreso pasó
a manos republicanas.
Pero en marzo todo era alegría a juzgar por el paseo de
Pelosi y demás congresistas caminando por el exterior del Capitolio, sonriente
y con el mazo de Speaker en la mano. 27 meses más tarde, es decir, hoy, el
Tribunal Supremo decidirá cobre la constitucionalidad de la reforma.
Los aspectos sobre los que se deciden van desde que si la
Administración descubre a alguien sin seguro puede ser multado, a prohibir a
las compañías sobrecargar la cuota de un asegurado nuevo si este llega ya con
una enfermedad, pasando por obligar a las compañías a suscribir un seguro a
cualquiera que se lo pida.
Con algunas cosas de la ley puedo estar de acuerdo, con
otras en desacuerdo y en otras… bueno, me parece fundamental que si un seguro
médico te cubre problemas de salud, las compañías no deberían nunca rechazar a
nadie o sangrarle por tener una enfermedad crónica.
Pero lo curioso del caso es que Obama ha centrado su mayor
esfuerzo en sus cuatro años como Presidente en esta reforma. Nada ha tenido
tanto trabajo, ha movido tanta estrategia, ha generado tanta polémica ni ha
sido tan controvertido como esta ley. Y la solución llega hoy a las 16:00 hora
española, 10:00 en DC. Hoy 28 de junio, 4 meses antes de las elecciones y de
una elecciones que separan poco a los contendientes.
Sea cuál sea el veredicto, los chicos de Axelrod y Messina (director
de estrategia de Obama y su jefe de campaña), deberán sacar punta a sus lápices
para preparar reacciones. Si se declara constitucional, la demostración de la lucha
por las clases medias y los menos favorecidos. Si es contraria habrá que
reaccionar para luchar por la reforma de nuevo y no abandonar a los que se
quedan fuera.