Si
quieres hacer que algo permanezca en la memoria de la gente tienes dos vías: el
tiempo y la promoción. La primera consigue, por sí misma, construir la leyenda
y hacerla permanente. La segunda… bueno, la segunda según dure el dinero que se
pone para promocionar. Y así todo.
Cuando
en las Olimpiadas de Los Ángeles veía jugar a Jordan, ya era una sensación.
Fichó por los Bulls y metieron mucha promoción a la pareja Jordan – Woolridge.
Hoy en día que levante la mano quién sepa quién es el segundo jugador. Pero
mientras Jordan jugaba uno se sentía privilegiado de vivir esa época. Como con
Sampras, Phelps, Federer, Nadal, Bolt, Zidane.
Y luego
hay deportes y competiciones que son leyendas por sí mismos y alrededor de
ellos se sigue construyendo una historia aún más grande gracias al paso del tiempo. Están ejemplos como la
Copa América, que este año ha tenido de todo; desde una muerte en una regata a
una remontada épica, o, por supuesto el Baseball.
El Deporte de América. Y la MLB (liga profesional americana) es la liga más seguida
del mundo con una audiencia total en 2011 de 73,4 millones de espectadores y
una media de más de 30.000 por partido. El siguiente deporte en audiencia es
también el baseball en la forma de la liga japonesa con 21,6 millones. Si se
preguntan por la Liga española es octava, detrás de la NFL, NHL, NBA, la
Bundesliga y la Premier con 11,5 millones. Entre el primero y el segundo más de
50 millones de espectadores. Y ambos el mismo deporte. Claro, dirán que se
juega casi todos los días, pero en España la Liga y la Champions juntas ni se
acercan.
Además
ha dado lugar a guiones y películas fantásticas y, alguna ya legendaria, como
Campo de Sueños, El Mejor o MoneyBall.
Pues el
baseball tiene desde ayer un nuevo campeón de las Series Mundiales; Boston Red
Sox. Un club fundado con este nombre en 1908 (desde 1901 eran los Boston
Americans) que fueron el máximo exponente del deporte a principios del siglo XX
pero que tras el campeonato de 1918 les llegó la llamada “Maldición del Bambino”.
La historia implica a una leyenda dentro de otra. En 1919 los Red Sox venden a
Babe Ruth a los Yankees y, desde entonces, no volvieron a ganar ningún título
hasta que John Henry compra equipo en 2002 y les lleva al título en 2004, 2007
y este año, rompiendo la maldición.
Y no lo
hace con grandes estrellas y fichajes estratosféricos. Es un equipo potente,
pero los Yankees, Dodgers y Phillies tienen mayor presupuesto. Lo que hicieron
fue seleccionar cuidadosamente a los jugadores hasta tal punto que una de sus
actuales estrellas es Dustin Pedroia; no especialmente alto, no especialmente fuerte,
no especialmente rápido, pero ha hecho una temporada que ya querría cualquiera
de los 25 jugadores mejor pagados de la MLB en 2013 y entre los que no se
encuentra ninguno de los Red Sox.
Ha
ganado un equipo que el año pasado hizo una temporada desastrosa y ésta es una
de las grandezas de las ligas profesionales americanas. Hay predominancia, sí,
pero nunca es una cuestión de dos.