No recuerdo el último suicidio de un hombre de negocios en España. No quiero decir que no lo haya habido en los últimos años pero no lo recuerdo. Sí recuerdo bien, sin embargo, huídas de constructores y otros hombres de negocios al Brasil o a las antípodas, después de dejar agujeros financieros por rastro.
Esto de huir carece de la épica del suicidio, aunque aún conserva una cierta aureola romántica y viajera, como la del Dioni, con los ingredientes nobles que se dan en toda aventura. En cambio, el espectáculo de los hombres de negocios de hoy, banqueros en su mayor parte y también ex políticos metidos a banqueros, entrando y saliendo de los juzgados, acusados de estafar millones de euros, carece de cualquier valor humano, ni siquiera el pequeño riesgo que se puede esconder detrás de una escapada.
Esas sonrisas inexpresivas y blancas que les vemos en la televisión son la imagen trivial de la vulgaridad más cínica.
lunes, 30 de septiembre de 2013
lunes, 23 de septiembre de 2013
La teoría de Stenberg
Sternberg desarrolló la teoría triádica de la inteligencia, en parte para defender la inteligencia práctica. Existe la creencia popular de que Einstein tenía una inteligencia superior para las matemáticas y la física, pero era incapaz de atarse los zapatos. No sé si eso es cierto, pero Sternberg considera que un aspecto importante de la inteligencia es el sentido común o inteligencia práctica, y yo estoy muy de acuerdo con él.
Según la teoría de este psicólogo norteamericano tres son los componentes:
Inteligencia componencial, que se refiere básicamente a los mismos factores que evalúan las pruebas de inteligencia tradicionales (memoria, fluidez verbal etc.)
Inteligencia experiencial, referida a la capacidad de manejar dos clases de problemas: nuevos y rutinarios
Inteligencia práctica, o sea, la que permite al individuo desenvolverse en la vida diaria sin ser atropellado por los coches, sin discutir con agentes de la autoridad o sin acumular basura hasta el techo.
Como en el caso de Enstein existen talentos asombrosos, Michel Jordan o Morzart... según la teoría de otro psicólogo, Howard Gardener, que también es profesor en Harvard, todos somos asombrosos al menos en un aspecto.......... pero ese es otro tema.
Según la teoría de este psicólogo norteamericano tres son los componentes:
Inteligencia componencial, que se refiere básicamente a los mismos factores que evalúan las pruebas de inteligencia tradicionales (memoria, fluidez verbal etc.)
Inteligencia experiencial, referida a la capacidad de manejar dos clases de problemas: nuevos y rutinarios
Inteligencia práctica, o sea, la que permite al individuo desenvolverse en la vida diaria sin ser atropellado por los coches, sin discutir con agentes de la autoridad o sin acumular basura hasta el techo.
Como en el caso de Enstein existen talentos asombrosos, Michel Jordan o Morzart... según la teoría de otro psicólogo, Howard Gardener, que también es profesor en Harvard, todos somos asombrosos al menos en un aspecto.......... pero ese es otro tema.
jueves, 19 de septiembre de 2013
Montemos un lobby, cambiemos la ley electoral
Montemos un lobby. Montemos un lobby que busque convencer a
la sociedad y a los representantes nacionales que lo adecuado a estas alturas
de democracia no son ya las listas abiertas, sino un sistema como el sajón en
el que los candidatos de un partido peleen entre ellos para postularse a un
asiento del Senado o del Congreso y luego, a los ganadores por cada partido, enfrentarles
en las elecciones legislativas y que les elijan los votantes.
No es como intenta disfrazar UPyD que quiere cambiar la
regla actual (D’Hont) por la Hare (usada en Brasil) en la que a tantos votos
para tantos asientos, pues divides asientos entre votos y la cuota que
consigues son los asientos que ocupas. Lo más gracioso es lo que dicen en el
punto 5 de su programa respecto a la modificación de la ley electoral y es que;
Hasta
que el desarrollo de las herramientas informáticas permita la introducción
sencilla de laslistas abiertas, el procedimiento de elección de los Diputados seguirá el
principio de “listas desbloqueadas”, de modo que el elector tenga la posibilidad de alterar el
orden de los candidatos en la lista.
Es decir; ninguno de los dos medios propuestos dejan al
elector la decisión de quién le acabará representando. El partido sigue
decidiendo a quién sube a listas y, en vez de ser tres políticos que se
presentan y luchan por la candidatura, son tres amigos del jefe que consiguen
meter su nombre en la lista que le toca al votante. Tampoco resuelve el
problema principal; el elector no conoce a su representante y al representante,
una vez sentado, le importan tres pepinos las necesidades del elector. Si el
representante tuviera que enfrentarse directamente a su electorado cada x años,
ya veríamos cómo, a la hora de apoyar leyes, piensa en cómo va a sentar en su
circunscripción.
¿Y qué excusa es esa de Hasta que el desarrollo de las
herramientas informáticas permita? Si se decide cambiar el Sistema
Electoral, el Estado abrirá un proyecto en el que se cree un sistema que
permita este tipo de elección y recuento. La gente de UPyD está muy alejada de
la realidad tecnológica, me da a mí. Esta propuesta junto al desbarajuste de
Cantó en Twitter no me genera mucha confianza cada vez que hablan de Nuevas Tecnologías.
Mientras esto no ocurra cualquier interpretación por parte de los políticos de lo que los ciudadanos puedan querer o pensar no deja de ser una declaración en medios de algo que el 90% los españoles ni siquiera sabe que pasa.
lunes, 16 de septiembre de 2013
¿El periódico global?
Los becarios de El País están de enhorabuena... o no.
Verán, la inspección de trabajo actuaba de oficio hace casi un año, denunciando y sancionando a esta cabecera por mantener a los estudiantes que habían realizado el máster UAM-El País como becados pero realizando el trabajo de redactores. Ahora la justicia confirma esa relación laboral irregular y multa con 160.000 euros al periódico.
La denuncia proviene de 2012 cuando la Tesorería General de la Seguridad Social denunciaba a la empresa por mantener en sus puestos a los becarios del máster del diario realizando exactamente el mismo trabajo que cualquier redactor, más allá de sus funciones prácticas. A la denuncia se unía el comité de empresa y ahora un Juzgado de lo social de Madrid.
Los becarios desempeñaban las funciones propias de los trabajadores en plantilla llegando incluso a entrar a formar parte de los turnos de redacción, ya sea en las noches o los fines de semana. El País, quién te ha visto y quién te ve. Las cosas no pueden empeorar ¿O sí?
Verán, la inspección de trabajo actuaba de oficio hace casi un año, denunciando y sancionando a esta cabecera por mantener a los estudiantes que habían realizado el máster UAM-El País como becados pero realizando el trabajo de redactores. Ahora la justicia confirma esa relación laboral irregular y multa con 160.000 euros al periódico.
La denuncia proviene de 2012 cuando la Tesorería General de la Seguridad Social denunciaba a la empresa por mantener en sus puestos a los becarios del máster del diario realizando exactamente el mismo trabajo que cualquier redactor, más allá de sus funciones prácticas. A la denuncia se unía el comité de empresa y ahora un Juzgado de lo social de Madrid.
Los becarios desempeñaban las funciones propias de los trabajadores en plantilla llegando incluso a entrar a formar parte de los turnos de redacción, ya sea en las noches o los fines de semana. El País, quién te ha visto y quién te ve. Las cosas no pueden empeorar ¿O sí?
jueves, 12 de septiembre de 2013
en recuerdo de dos 11 de septiembre
Ayer era
11 de septiembre. A lo mejor porque no soy catalán, aunque sí del Barça y porque no
oculto que el catalán es una lengua que me gusta intentar hablar. O porque (vamos a por
el topicazo, pero es lo que es) me encanta Gerona, la provincia entera, y
Barcelona; partes de la provincia y, por supuesto la ciudad; Bel y Cia; las
calles ortogonales que incitan a desorientarte por ser todos los cruces semejantes pero todas las calles distintas; Can Isidre; Vinçon; los nombres de las calles
como Consell de Cent, Pau Claris... y hasta un taxista pakistaní que me contó en una
ruta “de escapada” la historia política reciente de su país.
Nota al margen; puede
que leyendo esto piensen “freak”, pero Pakistán como realidad política es
apasionante y tienen armamento nuclear, lo que condiciona mucho las miradas
sobre su estabilidad.
Pero
para mí el 11 de septiembre tiene toda la implicación en el World Trade Center. “11 de septiembre”
está totalmente monopolizado por este hecho sin ningún tipo de calificativo
adecuado.
Pero
viendo las noticias de hoy todo es cadena humana, Diada, el líder de ERC
besando en el momento que pasa la cámara a, entiendo, su hijo en la estelada
que el niño lleva como capa (buen timing, sí señor), gente encantada, haciendo
la ola también cuando pasaba la cámara, gritando por la independencia, Artur Mas
pisando la bandera al subir al altar de una iglesia en Gerona… Por cierto, mal
gesto. Las banderas no se deben pisar ni usar como alfombras porque significa
desprecio a lo que representan o la creencia de que un territorio está a tus pies.
Y en cambio
ves en apenas diez segundos el Empire State iluminado de rojo, blanco y azul
con los dos haces de luz de la Zona Cero de fondo. Y me da por pensar que
mientras en un país se genera júbilo por la celebración de la separación en el
día que se celebra una derrota (¡una derrota!), otro país, 19 veces más extenso
que España y 300 veces más extenso que Cataluña se une en silencio en el recuerdo
de una tragedia.
lunes, 9 de septiembre de 2013
El beso
El otro día me reencontré en twitter con esta mítica foto de Doisneau. Una fotografía hermosa, llena de sentido y de emoción. Estuve revisando la obra de este fotógrafo y me topé con alguna anécdota interesante. Verán.
Un día, cuando Robert Doisneau estaba trabajando en su taller, le advirtieron que en la sala de espera le aguardaba un hombre y una mujer que querían hablar con él de algo importante. Sin dejar la tarea que le ocupaba en aquel momento, les mandó el recado de que la importancia de lo que pretendían era, probablemente, muy grande, ya que se trataba de fantasmas, pero que él era un simple mortal y carecía de competencia para amañar cosas del otro mundo.
El célebre fotógrafo, que tuvo que soportar durante toda la vida a cientos de caraduras o curiosos que aseguraban ser los protagonistas de la foto que le hizo famoso en todo el mundo, esa pareja feliz sorprendida besándose en la calle, tenía un institnto infalible para detectar a todos los pesados que iban a visitarle con idéntica pretensión.
Cansado de esa historia, después de que tantas parejas jurasen que eran ellas las que figuraban en la fotografía, Doisenau llegó a la conclusión de que lo que ocurrió fue que por pura casualidad, o a causa de un misterio incomprensible, fotografió a un par de fantasmas.
Y pensaba yo que cuando murió, en 1994, cuando entró para siempre en esa parte nebulosa de la vida, probablemente aclaró de forma definitiva el suceso más relevante de su carrera como fotógrafo. Entonces, creo yo, debió conocer la identidad de la pareja. Seguro que eran ángeles.
Un día, cuando Robert Doisneau estaba trabajando en su taller, le advirtieron que en la sala de espera le aguardaba un hombre y una mujer que querían hablar con él de algo importante. Sin dejar la tarea que le ocupaba en aquel momento, les mandó el recado de que la importancia de lo que pretendían era, probablemente, muy grande, ya que se trataba de fantasmas, pero que él era un simple mortal y carecía de competencia para amañar cosas del otro mundo.
El célebre fotógrafo, que tuvo que soportar durante toda la vida a cientos de caraduras o curiosos que aseguraban ser los protagonistas de la foto que le hizo famoso en todo el mundo, esa pareja feliz sorprendida besándose en la calle, tenía un institnto infalible para detectar a todos los pesados que iban a visitarle con idéntica pretensión.
Cansado de esa historia, después de que tantas parejas jurasen que eran ellas las que figuraban en la fotografía, Doisenau llegó a la conclusión de que lo que ocurrió fue que por pura casualidad, o a causa de un misterio incomprensible, fotografió a un par de fantasmas.
Y pensaba yo que cuando murió, en 1994, cuando entró para siempre en esa parte nebulosa de la vida, probablemente aclaró de forma definitiva el suceso más relevante de su carrera como fotógrafo. Entonces, creo yo, debió conocer la identidad de la pareja. Seguro que eran ángeles.
jueves, 5 de septiembre de 2013
El sobre
Tengo un sobre de la Agencia
Tributaria encima de la mesa de la cocina de mi casa al que ayer le pregunté “¿qué
quieres ahora?” Y seguí con cierta rabia contenida y cuya contención era
incapaz de ocultar la frustración; “he estado medio año fuera de España, sin
ingresos, viviendo de mis ahorros y cuando vuelvo me dices que te debo 700€… No
entiendo de qué, pero no quiero que la multa los convierta en el doble. Porque
además tienes la potestad de meterte en mi nómina y cogerlos cuando quieras. He
quedado contigo en pagarlo en dos plazos. Entonces, ¿qué quieres ahora?”
Entiendo que debo pagar impuestos.
Como decía Wendell Holmes “es el precio a pagar por vivir en una sociedad
civilizada”. Pero que simplemente subir los impuestos sea el recurso del que no
sabe administrar... No creo a priori en la competencia del que dice “Subamos los
impuestos. Recaudemos. Ejecutemos” como primer y último recurso, ni creo que
realmente estén pensando en soluciones. Simplemente “el dinero está ahí. Vamos
a cogerlo”.
Y que tenga que abrirle la puerta
cada vez que llame, porque no es mi invitado y no quiero recibirle, pero aún
así tengo que abrir, hace que mi intimidad tenga una herida después de sacar un
cuchillo no necesariamente bueno ni especialmente afilado. Más o menos como a
Prometeo, pero yo no he robado el fuego de nadie.
Y ya no quiero ni pensar en los
gastos que se utilizan como argumentos para encarar a los políticos; coches,
viajes, salidas de dinero por el cajón que no es, EREs, facturas… porque, de
expresar esa rabia, sólo me queda pegarle fuego al sobre. Y creo que no es
excusa en un recurso decir “lo recibí, pero lo quemé. Entiéndalo señor
mediador; cada vez que lo pienso me duele hasta su propio sueldo”.
Y como no tengo una pregunta más
inteligente, tendré que ir a casa y encararme a él de nuevo para, probablemente
gritarle “¿¿¿qué coj*** quieres ahora???” y abrirlo.
P.D.: El otro día en Twitter alguien muy habilmente publicó más o menos lo siguiente: "El otro día mi hijo me preguntó qué eran los impuestos y me comí el 37% de sus gominolas. Se quedó llorando. Está preparado para el futuro"
P.D.: El otro día en Twitter alguien muy habilmente publicó más o menos lo siguiente: "El otro día mi hijo me preguntó qué eran los impuestos y me comí el 37% de sus gominolas. Se quedó llorando. Está preparado para el futuro"
lunes, 2 de septiembre de 2013
Tábanos
A finales de agosto siempre llegan los tábanos. Unos bichos odiosos que me machacan y me envenenan. Hace tiempo que está de moda decir que los animales son pacíficos y que no se meten con nadie, a no ser que se sientan atacados, pues en ese caso se defienden con las armas que tienen. Y esto vale para los bichos que siempre se consideraron peligrosos, como es el caso de los lobos, o para aquellos que no causan más que molestias, como mis odiosos tábanos.
Es una teoría semejante esa que asegura que no hay hombres malos, sino víctimas inocentes de una sociedad ruín. A pesar de que se trata de ideas que parecen estar en contra del sentido común, hoy tienen gran acogida, sobre todo entre los intelectuales. De manera que entre los bárbaros se entretienen cazando bichos, o ejecutando sentencias de muerte, y las almas cándidas que aseguran que las cobras no muerden y que los ladrones son gente honrada, estamos los tontos a los que nos pican los tábanos.
Es una teoría semejante esa que asegura que no hay hombres malos, sino víctimas inocentes de una sociedad ruín. A pesar de que se trata de ideas que parecen estar en contra del sentido común, hoy tienen gran acogida, sobre todo entre los intelectuales. De manera que entre los bárbaros se entretienen cazando bichos, o ejecutando sentencias de muerte, y las almas cándidas que aseguran que las cobras no muerden y que los ladrones son gente honrada, estamos los tontos a los que nos pican los tábanos.
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