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jueves, 18 de agosto de 2011

Charlas

Disculpen la tardanza, pero he cogido dos semanas de vacaciones y el ritmo vital varía... Sobre todo cuando anoche llegué al hotel y descubrí que el coche se lo había llevado la grúa. Imaginen el susto, porque lo que primero pensé es que el coche había sido robado. 
Total, que empecé a jurar y perjurar en todo el buen rollito este que había percibido tras dos días en Tarifa. Luego vi una pegatina naranja fosforescente en el suelo y la duda ya se limitó a "¿voy hoy o voy mañana?" me dejé Arrastrar por el buen rollito y he ido esta mañana. 

He aprovechado a hablar con los policías de Tarifa y me han contado que ahora está la cosa más tranquila, pero que hasta principios del 2000 tuvieron un problema grave con la heroína. Me han hablado de 5 hermanos enganchados y que murieron todos de SIDA. Me han hablado de que las dosis necesarias del día ascendían a unos 35 euros o 6.000 pesetas, pongan la cifra que quieran y que esto se traducía en robos de radios, asaltos y atracos. Que las persecuciones tenían lugar de tejado en tejado... Una serie de historias que revestidas por drogas están manchadas de una capa brutal de miseria. 

Me han contado que han tenido una época más relajada, pero que ahora se ven de nuevo jeringas. El policía que ha llevado el principal peso del relato quiere dejarlo por ceibas gallinas y vacas. Si él hubiera sido granjero todo esto habría sido también una historia referida por alguien, pero al haberlo vivido, lo cuenta con una concreción a la que nunca acudes si cuentas el relato de otro. 

2 comentarios:

Noumenadas dijo...

Historias tétricas aparte, tenga cuidado, amigo NRQ, que, con el levantazo, por ahí - por la punta de Europa- está "tó quizque" medio majara o majara entero.

Aunque para miseria humana de cojones, la del Canal Sur, que no ha emitido ni un solo minuto de lo del Papa, y eso que sus adláteres camuflados han llevado a la capital dos hermosos y artísticos pasos. Debe ser que la Virgen de Regla no les pega el mismo pellizco devocional que la Macarena; y si no que se lo digan al Marvizón y a la evanescente locutora que, cada viernes santo copan por total el espacio radioeléctrico de la región, retransmitiendo levantás por un tubo. Del Rocío y la manzanilla consecuente, dejémoslo estar.

Eso sí: de caballitos vandaluces -claro símbolo de la memoria histriónica franquista de los Domecq, ahora usufructuada por los sociatas, como las calas de Almería y el gaZpacho- puede usted tomar lo que desee, mientras le levantan la multa.

Bienvenido al arenoso sur.

Tasmania dijo...

Paseándose media España querido N, y acumulando relatos, fotografías, instantes de luz blanca... en ese viaje interior que siempre acompaña.