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jueves, 11 de agosto de 2011

SOBRE EL BUEN VIVIR (Para Artanis. By Mr. Chan)

No dispongo de vivencias propias para establecer un Decálogo sobre el goce del capitalismo. Nunca he tenido, a mi pesar, los recursos necesarios para disfrutarlo y tabularlo; lo más próximo ha sido algún amigo besado por la diosa Fortuna –digo besado- porque todos han sido herederos dilapidadores y no generadores de riqueza.

Dejando de lado, en esta ocasión, las consideraciones éticas que requiere el tema, porque las requiere y profundas, y tratando de no caer en frases harto manidas -que más parecen extraídas de galletas de la fortuna de cualquier restaurante chino- afirmo que me gusta el buen vivir.

He bebido cóckteles en cristal de Bohemia a la grupa de yates pantagruélicos y tomado wiskies en lofts neoyorkinos en vasos de plástico; compartido mesa con capos brasileños o diseñadores emergentes y restauradores hoy venidos a menos. He sido rescatado de colas de discotecas punteras de Europa y rozado mi codo con personajes del mundo de las artes y el espectáculo (¿una escena de Blade Runner?). Pero no ha sido, ni de lejos, buena vida. Muy divertida sí, pero no buena vida.

¿Qué es para mi buena vida? Buena vida es saborear una cerveza fresca en una terraza recóndita, situada en cualquier colina de Creta, con un modesto monasterio a tu espalda y el Mediterráneo acercando su frescor a tu cara mientras intuyes al fondo las costas de Libia. O ser invitado de honor en un pequeño asentamiento marroquí, acuclillado y lleno de polvo, alrededor de un "tajine de cuscús" en una jaima -aunque tengas que hacer de tripas corazón y comerte alguna víscera especialmente reservada para ti-.

Buena vida es llegar a tu casa y que te reciban con los brazos abiertos.

¡Ojo! No soy ningún hippie, aunque en alguna época los haya frecuentado acompañado por Carlos Castaneda. Noches de verano cerrando Ku o Pachá, esperando el amanecer en D'Alt Vila (¿?) -comprobando cómo Pocholo ya apuntaba maneras- o entregado a otros menesteres en alguna cala cercana jugando con el cajón de la reproducción.

Buena vida es encontrar la mirada cómplice de tu compañera cuando levantas la vista.

Buena vida es sentir vibrar en tu estómago las voces de sopranos, tenores y barítonos en la ópera de Berlín, París o Milán o contemplar con serenidad y tiempo cualquier obra de artistas como los nombrados días atrás aquí mismo.

Buena vida es ver tus genes corregidos y aumentados en tus vástagos.

Buena vida es, en síntesis, sacarle todo el jugo a los posibles de los que dispones.

13 comentarios:

Tasmania dijo...

Deuteronomio
La buena tierra que han de poseer

Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres.

Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.

Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.

Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años.
Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.

Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole.

Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre.

Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado.

Mr. Chan dijo...

¡Qué miedo Tasmania!

Por Dios no me asuste...

Neo... dijo...

Creo que la buena vida existe, aunque hasta el momento solo he tenido ramalazos de ella. Pero de una cosa si estoy seguro, solo se puede alcanzar con alguien a tu lado.

Un saludo.

Noumenadas dijo...

Excelente texto; buen compendio. Exactamente eso es "buena vida" y nada más. Aunque sería interesante ahora que vinieran los del tuiter a demostrar lo contrario.

(perdón por meterme lateralmente en un escrito ad hominem, pero he dejado la cervezona por un momento -pues el texto lo merece- al socaire de un escondrijo, en la Costa del Sol.)

Anónimo dijo...

Amén, Mr. Chan

churruca dijo...

La buena vida se basa en un delicado equilibrio entre lo emocional y lo material, en el que el elemento fundamental es el emocional: los afectos. La escasez material es difícil de sobrellevar, pero la afectiva es imposible.

Aunque no niego que en este mundo la escasez material puede fácilmente llevar a la afectiva; ya saben: tanto tienes, tanto vales. No obstante, los afectos que se puedan perder por esta vía ni eran afectos ni nada que valga la pena conservar.

Luego están las “buenas vidas” de los demás, las que vemos desde fuera. Apropósito de éstas, hace tiempo oí una canción, no me pregunten de quién, que tenía una estrofa muy buena:

I hate my life. I hate my life. I want the life that you think I have.

Louella Parsons dijo...

Muy buena entrada, Mr Chang.

Cuanto más has vivido, más sabes de la vida, más de sus alegrías e inevitablemente también más de sus penas y por eso, cuanto más vives, menos necesitas.
En el fondo, les petits pleasures es lo que buscamos. Pero sobre todo, como dice Churruca*, los afectos.

*Genial la frase de la canción

Artanis dijo...

Y, ahora yo ¿qué digo? ¿qué contesto? Evidentemente, nada. Ya que no ha lugar a réplica ante una exposición tal. Lo que debo hacer es decir... gracias. Ya que creo recordar que -efectivamente- solicité que vd.* ampliara su narración acerca de su experiencia y vida. En su caso, suenan colindantes. En otros, corren paralelas, condenadas a no encontrarse, a menos que el piloto de un giro inesperado.
Segundo, podría manifestarle envidia, pero este es un sentimiento muy pobre ante su exhibición, de la que infiero que ha vivido vd. diez vidas más que yo. Créame que digo todo esto con admiración.
El viaje y cómo cunde. Conozco a personas que han gastado media docena de pasaportes, aunque han viajado con amigos de siempre y rodeados de la normativa y la programación. Evidentemente no pertenece vd. a esa casta.
Ha establecido vd. (y adivino que su acompañante) su propia normativa de la buena vida. Espero que sigan cumpliéndola.

* Se lo solicité bien en su personalidad de diseccionador de cucarachas, bien en la presente, que parece inspirada en el tenebroso personaje creado por Sex Rohmer... digoooo Sax. ¿En qué estaría yo pensando?

Mr. Chan dijo...

Interesantes sus reflexiones sobre algo que, de alguna manera, todos perseguimos.

Cierto, en compañía la vida va mejor, pero no creo que sea imprescindible. Imagino que con respecto a esto tendrán algo que decir los "singles" por elección.

¿Y que me dicen de las buenas vidas de los demás como apunta Churruca? Creo que lo mejor es no anhelarlas ni envidiarlas, no vaya a ser que se nos cumpla el deseo.

Artanis, ya quisiera yo pero Fu Manchú era mucho más perverso y sofisticado.

Anónimo dijo...

Doy fe de que la buena vida existe o al menos existió para mi alguna vez, ya hace mucho tiempo.
Estoy de acuerdo con Churruca tiene que haber un euqilibrio entre lo emocional y lo material, ganando por supuesto siempre el emocional, pero qué dificil se hace la vida cuando faltan las dos!!
Perdón por mi pesimismo, prometo ser mas positiva la próxima vez.
Un saludo

Unknown dijo...

Ciertamente, Mr. Chan, ha sido usted afortunado-y parece seguir siéndolo-en esta vida, que le ha permitido escoger varios caminos, generalmente vedados a la mayoría de los mortales corrientes, para poder recapacitar en un recóndito lugar de la hermosa costa sur de Creta, refrescándose frente al mar con una cerveza ¿Alpha? en la mano.
Debería usted contar sus experiencias con lujo de detalles, hasta el límite que permita la intimidad. Sería una experiencia muy enriquecedora.
Un saludo a todos.

Tasmania dijo...

Nada más lejos de mi intención, mi querido Mr. Chan... El miedo nos diluye, nos muestra cuán frágiles podemos llegar a ser...

La buena vida, sin embargo, nos dice cuán dichosos somos o cuánto podríamos llegar a ser si nos aceptamos, si nos queremos...

Estoy con Jano. Cuéntenos más Mr. Chan, más, mucho más...

Artanis dijo...

A fuerza de repetirme y con toda la sinceridad de que vd. me crea capaz...
Más.
Por favor...