
La felicidad que buscamos es la felicidad del dominio, que busca la
plenitud e la multiplicación de todo tipo de realizaciones, que son casi
siempre consumos. No es la vida de Fray Luis de León, reitrada del
mundanal ruido. Es una felicidad que requiere éxito. Éxito y felicidad
forman un pack que nos ponen ante los ojos. Hoy no basta ser feliz,
también hay que parecerlo. La estética del bienestar forma parte del
bienestar mismo. ¿Y cómo ser feliz si se está gordo, si no se puede
vestir bien, o si se posee un coche desvencijado?
Los escaparates de la
felicidad nos rodean por todas partes y se han convertido en severos
regidores de nuestras vidas (Bruckner)
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