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jueves, 20 de octubre de 2011

Cristina Olmos

La creencia de que la sangre menstrual es fuente de impurezas es recurrente en infinidad de culturas, entre las que podemos citar casos de pueblos australianos, africanos, norteamericanos… también alemanes o griegos. Plinio advertía de que el sexo femenino podía, en estos días y sólo por contacto, transformar el vino en vinagre, infestar los campos de parásitos o empañar los espejos. Para la doctrina tradicional del judaísmo, tal y como recoge el propio Talmud, las actividades en las que se involucra la sangre de la mujer conducen a la impureza. En la Biblia (Levítico, 15, 19; 15, 31) se afirma tajantemente: “la mujer que tenga la menstruación será aislada durante siete días y alejaréis a los hijos de Israel de su impureza, para que no mueran por culpa de ella” Incluso hoy, entre nosotros, en ciertos contextos sociales y en edades avanzadas, no es infrecuente asignar a las mujeres, durante el período menstrual, la capacidad de cortar algunas salsas y de dificultar actividades culinarias. La sangre femenina posee, además, ciertas capacidades de atracción. Así los hombre infieles, o simplemente los deseados, pueden llegar a ser atraídos, vertiendo gotas de sangre en el vino que se disponen a beber. Ojo, la dosis debe ser administrada con suma cautela, ya que un exceso puede producir un estado de alienación definitiva y tampoco se trata de eso. Cuentos, antiguas creencias, supersticiones, encantamientos… muchos de ellos insisten en tópicos: materia infundada, caprichosa y malvada que se enreda a través de los siglos y que ya no resulta posible ovillarla adecuadamente.
Algarabías para algún asíduo de esta zódiac, aquí, Shere Hite

8 comentarios:

Nrq dijo...

Por Favor, Mr. Artanis; en cuanto lea la entrada de la Cartoon, hágame una señal y nos ponemos a opinar, que aquí se respeta todo menos la corrección política.

Y, por favor, dese prisa, que el artículo de Hite me apelotona comentarios en la cabeza y no sé por dónde empezar y eso que ya la foto es una mina. O intentar ser incisiva mediante un anacronismo ya desde el primer párrafo; "¿Creen que las mujeres de los tiempos prehistóricos recorrían los bosques protegidas con compresas o tampones?. ¿O iban en libertad, exhibiendo sin miedo (tal vez con orgullo o, al menos, naturalidad), cada mes, la sangre roja que goteaba de sus vulvas?. "

Y no digo que no haga apreciaciones razonables, que las hace, pero esta mujer siempre ha tendido a perder el criterio en función de una militancia y, qué quieren que les diga, lo mismo nunca esperó que Fromm se siguiera leyendo

Artanis dijo...

Incapacitado me siento para hablar en contra de la doctora (hablando de doctorandos) Hite (que no Hyde) ya que forma parte de mi educación erótico-sentimental. Mientras otros corrían(se) al lavabo con el anverso del As, yo me embutía en la lectura del Informe que lleva el nombre de aquesta dama. Se entreveró en mi escaso magín aquella definitiva aseveración de una norteamericana (no sería neoyorquina, ¿verdad, D. N? Más bien de Milwakee o de algún centro de rednecks) que dejaba dicho que "sólo con una pistola en la sien comenzaría a barajar como una leve posibilidad la idea de besar un pene." E incluso el gran Elvis Presley (quién llamaba a su cipote Little Elvis -por afecto, no por tamaño... o eso dicen todas las que usan el "pequeño"-) se negaba a practicar el cunnilingus, ya que "era cosa de negros". Tal lo narra en sus divertidas memorias Cybill Shepherd.
Fetichismo aparte, bloqueos psicosomáticos ante la vista -y el olor- de la sangre, no cabe duda de que nos hemos venido criando en un cierto repelús y que la colisión de los amantes en esos días se ha teñido (que no manchado) de perversión ante los ojos de la mayoría. Que una Dama Roja te llame, suena más a cuento de Poe, a película italiana del género "giallo" (amarillo, paradójicamente), a un (sobre)salto de intimidad cuya aceptación crea vínculos que van más alla del ocasional encuentro que persiga el sosiego carnal.

Kinsey y otros estudiosos, no sé qué habrán escrito. Mis conocimientos no llegan a tanto y goglear ahora, sería una impostura, por mi parte.

En consecuencia y perturbado -como vd., D. N, picarón- por ese viscoso arco iris que Dña. Cartoon nos ha plantado en la zodiac, no puedo sino admitir que discrepo de lo que se suele admitir como habitual... cada paso que damos aceptando un tabú, disminuye el misterio. ¡Quiá!, que diría D. Arcadi. Trae otros nuevos, nuevas fronteras nada kennedyanas... o sí, porque mira que le gustaba al zoo catolicón clavar picas en Newport.

Admitamos que pocos grados de mayor intimidad pueden existir que la contemplación, la exhibición, el uso y disfrute -que no el accidente del empujón, cuál ariete- del tampón hasta el Infinito y Más Allá. A excepción de esta infrautilizada pieza llamada bidet. Pero esa es otra guerra...

Louella Parsons dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Louella Parsons dijo...

Incluso hoy, entre nosotros, en ciertos contextos sociales y en edades avanzadas, no es infrecuente asignar a las mujeres, durante el período menstrual, la capacidad de cortar algunas salsas y de dificultar actividades culinarias.

No sólo en ciertos contextos ni en edades avanzadas, querida Tasmania.
En mi entorno, mujeres "modernas", profesionales de todo tipo, viajadas.....todavía están convencidas de la influencia de "esos días" para cortar las salsas.

De todas formas, una cosa son los prejuicios y otra la discreción para ciertos temas y Shere Hite, queriéndose hacer la moderna, desbarra desde el primer párrafo conviritiendo su alegato a favor de mostrar con naturalidad toda nuestra feminidad (habrá que sentarse como ranas en el metro) en un texto de pésimo gusto.

Nrq dijo...

Me ha chafado, Artanis.
Dos consideraciones; el primero que es usted un romántico, por lo del Informe Hite. Lo segundo que me refería a la foto de la propia Shere Hite.

Abolió tabúes, es cierto, pero el tonillo Wonder Woman... no sé, soy de la gente que es osada, incluso excéntrica, pero trae la autoafirmación bien sostenida desde casa, en plan Curchill o Golda Meir (para que no se diga que sólo planteo modelos masculinos)

Artanis dijo...

Pero... ¡N!...
¿Se toca vd. con una foto de Dña. Hite?
Lo próximo será con una de Lidia Falcón...

Tasmania dijo...

Bueno pues...visto lo visto me percato de que, en efecto, el asunto menstrual sigue generando polémica. Nada más contra natura...

También compruebo que entran ustedes al trapo de miedo cada vez que nombro a la Hite.

Finalmente, mi nombre es Tasmania, Taz a lo sumo (por eso de mi tendencia a la simplicidad) ya les llega !!!

Tasmania dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.