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lunes, 12 de diciembre de 2011

Opinión pública

En la resolución 1003 sobre Ética en el Periodismo del Consejo de Europa se establece el periodismo y la comunicación mediática como un elemento constitutivo de la vida y la experiencia democrática de los ciudadanos en las sociedades libres:

"In addition to the legal rights and obligations set forth in the relevant legal norms, the media have an ethical responsibilitiy towards citizens and society which must be underlined at the present time, when information and communication play a very important role in the formation of citizens' personal attitudes and the development of society and democratic life"

Los medios de comunicación y su proceso se definen como uno de los elementos constitutivos de la opinión pública. Aunque la opinión pública no se identifica con el proceso de comunicación mediática, es un elemento imprescindible y una condición necesaria.

Desde los primeros textos que definían la Ilustración como un nuevo modelo social y político hasta la actualidad los medios de comunicación fueron definidos como un componente esencial asociado a dos de las grandes libertades que definen la matriz y la génesis de la democaracia: la libertad de expresión y la libertad de información. En los textos fundacionales de la Ilustración francesa la opinión pública se establecía como el máximo logro de lo que ellos denominaban la revolución de la inteligencia, y los medios de comunicación devenían como su principal agente al dar voz y movilizar a todos los sectores sociales y políticos.

En definitiva, esta revolución de la inteligencia que transformó el mundo occidental al crear la modernidad se basó en cuatro ideas principales: la idea del ciudadano, el Estado democrático, la sociedad civil y las libertades de expresión y de difusión de ideas.

¿Una opinión pública libre y unos medios de comunicación con plena libertad de difusión de ideas y de información? En mi opinión, nos lo hemos cargado todo.

PD: "La democracia es la única forma de régimen político cuya legitimación implica necesariamente la comunicación" (Blumler, 1997)

4 comentarios:

Noumenadas dijo...

Más importante que la comunicación es la educación. Y más importante que ambas es la ética de las personas, que debe conducir a una valoración moral de cualquier acto o gesto, por insignificante que sea.

No obstante, para no ponernos solemnes, insisto en lo de la "educación" o formación del entorno, ya que la Comunicación de Masas actúa como dormidera en el caso de los media tradicionales y como pasatiempos disgregador, en el caso del internete.

Pongamos un ejemplo concreto de mass media: por mucho que el payaso sardónico Juan Carlos Ortega figure en "La Dos" mariposeando en un programa supuestamente cultural y artístico, quienes ya de por sí -por los filtros adecuados de su persona, su ética y formación- no admitan que un caricato advenedizo, sectario sociata y ombliguista, ostente la potestad de presentar un formato o espacio cultural, aunque se trate de un acto de tolerancia, coadyuvarán con su razonable y matizada oposición intelectual -a la larga- a que semejante bodrio no se consagre ni otorgue cartas de naturaleza, cara a la galería, aunque sea de puertas afuera.

En Apaña ocurre ahora justo lo contrario, hemos llegado al colmo de lo aberrante: un concierto de disco rayado (sic) por RNE2 sienta cátedra de multiculturalismo y hace creer a una población adocenada y estólida que vive en el mejor de los mundos culturales posibles. No digamos, como en el caso del sujeto nombrado más arriba, si se pone a elucubrar bárbaramente sobre Barceló. Mucha gente se lo llega a creer.

Los medios, no obstante, tienen la menor culpa. Que la Campos invite al plató al espectro de la María Jiménez y haya mucha gente colgada de semejante estropicio es consecuencia de genética + mala educación.

Louella Parsons dijo...

Hoy en día los medios de comunicación son empresas comerciales y su objetivo, por tanto, son los beneficios.
La línea editorial de un medio se ha enquistado ya sea en lo que los lectores quieren leer, ya sea en la defensa de las actuaciones del partido al que pertenezca la ideología del medio sin importar la objetividad.
La opinión pública traga esa subjetividad sin filtro alguno y se le priva del derecho a tener su propio juicio y opinión sobre los hechos. La opinión pública se ha polarizado y las ideas han desaparecido del debate público.

No sé cuándo ha ocurrido esto, querida Tasmania, pero la sensación es que uno está ahogado en un sistema cerrado sin perspectivas de ilusionar o de buscar nuevos objetivos para mejorarlo.

Tasmania dijo...

Lo cierto es que, a pesar de todo, algunos medios, en algunos asuntos, hacen verdadero periodismo de investigación, como por ejemplo El Mundo en el caso de Unión Mallorquina, un partido político disuelto por corrupción que se organizaba como una verdadera mafia.

Hay otros casos pero ¿cuántos se quedan en el tintero?

Ahora que el periodismo vive una de sus peores y más desacreditadas fases de su historia es cuando los buenos periodistas tienen la oportunidad de hacer buen periodismo.

Noumenadas dijo...

Lo que sí está claro es que los medios de comunicación convencionales y profesionalizados son y seguirán siendo los verdaderos garantes de la "libertad de expresión". El "feedback" no sirve para nada. El caso Urdangarín, por ejemplo, aireado con pelos y señales por El Mundo, puede ser un paradigma. Otro es lo que colea sobre el 11-M.

Pero una cosa bien diferente es la consideración que le merezca a la gente "lo publicado". Aquí intervienen los tamices personales (ayer, una sociata me sacó lo de la guerra de Irak; yo le saqué lo de la de Afganistán. Pues bien, ni me escuchaba, puesto que su prejuicio es infinito; yo sí la escuché a ella y estoy contra las dos guerras. Otro ejemplo, Elisa Beni y Lucía Etxebarría se echaron a degüello contra un tertuliano de progrejuli, sólo porque éste reflejó el papanatismo de Zp, como corolario a su zapatética gestión).

Y está claro que la atomización del internete no va más allá de poder ver a tu compañera de trabajo en bragas. Desde el punto de vista de la Comunicación con mayúsculas -sin perjuicio de los wikileaks un tanto inanes y anecdóticos- Internet no vale un pimiento. Es disipador y la gran filfa del siglo XXI, por mucho que el hipócrita Zp diga ahora que no aprueba la ley Sinde, ante la presión de las redes sociales. Más bien, de lo que se trata es de establecer la falacia de las redes sociales, para que operen los mandamases con mayor impunidad, como se está viendo constantemente.

Saludos.