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lunes, 30 de enero de 2012

Periodismo en crisis

Yo no creo que la red sea una amenaza para la profesión periodística. Muy al contrario, creo que es su tabla de salvación. Cierto, la profesión ha de adaptarse a nuevos tiempos pero eso es, siempre, un desafío. El auge de las tablets y de los eboks irá de la mano de nuevos formatos periodísticos de mayor profundización y análisis.

Ante la sobrecarga informativa, los periodistas y medios reivindican, con razón, su labor interpretativa y analítica, que nunca podrá ser sustituida por la innovación tecnológica. En mi opinión, la clave está en elaborar contenidos que den una vuelta más y en la formación de nuevos géneros como el periodismo de datos.

Y es que el ciudadano ya no necesita un portavoz o una agrupación para expresar sus demandas y exigencias a gobiernos y empresas. La innovación tecnológica ha traído consigo la participación, cada vez más activa, de los ciudadanos en todos los ámbitos, como consumidores, como pacientes, como lectores, como votantes... Ahora empresas y organismos públicos deben aprender a interactuar  con los llamados eCiudadanos de forma directa y sin intermediarios. Y los medios de comunicación deben incorporar estas nuevas fuentes a las redacciones.








6 comentarios:

Noumenadas dijo...

Buenos días.
Bonito tema de palpitante actualidad. Ahora bien, permíteme -querida amiga- una enmienda a la totalidad del imaginario colectivo subyacente en la cuestión:
-1. Debería desaparecer la carrera de Periodismo (ahora se dan de tortas por currar de profes en FP o de cajeros en Auchan) Los políticos provincianos arribistas, sin embargo, no paran de poner facultades de periodismo -al igual que aeropuertos inútiles- porque saben bien lo demagógica e inútil que es una facultad de periodismo.
-2. Los medios tecnológicos actuales y sus contenidos (blogs, redes sociales, foros, etc.) no aportan absolutamente nada ni a las coberturas de los acontecimientos, ni a las valoraciones de noticias, ni a la información de los ciudadanos. Más bien desinforman hasta el paroxismo y han introducido un componente de "caos" que no hay que menospreciar. Cara al futuro, la deriva megaguay de las mal llamadas "nuevas tecnologías" irá a peor, a emborronar aún mucho más la ya atribulada vida de las personas.
-3. Efectivamente, la prensa convencional no desaparecerá. Nos hemos enterado de lo de Urdangarín gracias a ella. Y de lo del barco hundido también, en estos tiempos de vídeos instantáneos enviados a los amiguetes desde un simple móvil. No digo ná de una subida de bolsa o de la defenestración de una compañía aérea de la que -al parecer- "no se entera" ni el "misterio" de Fomento. El gourmet y "bonvivant" Herrera y su mariachi, mi colega y paisano Ignacio Camacho, el pravda y todos los demás, seguirán ahí mientras funcione su palmarés, su minuta y las sucias palanganas de sus becarios.

Corolario: vivimos los peores tiempos para verdaderamente tener conciencia de lo que pasa. El rebaño de borregos está ya demasiado globalizado.

Buenos días.
(Postdata: sigo sin encontrarle utilidad al ipad, sin perjuicio de que es un gadget cojonudo de la estupenda Apple).

Sostrato de Cnido dijo...

Yo creo que ni más ni menos que antes, hacen falta periodistas y periodismo.

Lo que si que ha desaparecido, y es triste, es el periodismo coherente. Se que la gente no puede ser objetiva, pero al menos debería ser coherente.

Como persona, el periodista tiene sus ideas, y no puede abstraerse para la redacción de un articulo de lo que su idea y conciencia dicta, por lo tanto, un articulo siempre esta sujeto a interpretación.

Pero no existe un periodismo comprometido, los medios de comunicación, y por extensión sus profesionales, son medios militantes de los partidos políticos u organizaciones.

Se echa de menos un poco de aire fresco

Louella Parsons dijo...

Pues sí, querida Tasmania, de hecho, comprobamos muchas veces cómo periodistas que oímos en radio o tv hacen comentarios que hemos visto nosotros escritos anteriormente en blogs o foros de internet.

De todas formas, es complicado su futuro. Ese "elaborar contenidos que den una vuelta más" que usted propone lo encuentro muy difícil, sobre todo para periodistas a la antigua usanza. Si no se reciclan, no sé cómo van encajar en el nuevo mundo de las comunicaciones aunque tienen la oportunidad de que otros más avezados vayan perfilando el modo de buscarse su sitio y ellos copien el modelo.

¿Hasta cuándo la prensa en papel?

Artanis dijo...

"- ¿Escribes? ¿Cuánto te pagan?
- Un centavo por palabra.
- Un millón de palabras y estás en casa."
(Hammett, de Wim Wenders)

Las palabras siempre fueron baratas, excepto para los que alcanzan el Olimpo y cotizan con taxímetro de oro. Hoy, los vocacionales compiten, no sólo entre ellos, sino también contra el millón de monos con máquina de escribir que amenazan con redactar un Shakespeare, aún por error (estoy perezoso como para mirar si de verdad fue Eco quién dijo eso o es un fake...)

Cada día, encontramos blogs (y ahora, en pequeñas "diocesis" twitteros) que desprenden, sino talento, corrección. Estamos en el camino para recuperar un hábito de lectura, que ya no tiene como motor la búsqueda y la acumulación de saber, mas la comprobación de que nuestro amigo, nuestro vecino, nuestro cómplice, acude a las mismas fuentes cotidianas que nosotros.

Noumenadas dijo...

Quizás lo más importante se me pasó en mi comentario de ayer. Va:

Afirmo taxativamente: NO EXISTE LA RETROALIMENTACIÓN, EL "FEEDBACK" de cualquier noticia o comentario, que tan equivocadamente invocan en las Faculs de plumillas. Es una colosal aporía, un sofisma si quieren, una falacia como un camello, si les parece.

Al igual que no importa lo que pusiera nadie en un papelito bajo el Guernica de Picasso o bajo una cerveza belga vendida en Auchan, tampoco importa nada, pero nada de nada, ni los putos sms de los talkshows, ni lo que uno pueda pensar sobre el onanismo insufrible de la plumilla Ana Pastor, ni las Cartas al Director seleccionadas por el filtro correspondiente del Pravda o de la Garceta.

No digamos ya de lo que se pone en un bló o en una red sexuá. Nasty de plasty: estos últimos son aún peores en el ejercicio compulsivo de su (falso) derecho a réplica, contrarréplica y tiro porque me toca. No, no y no. Miren vds.: en ningún tipo de Comunicación de Masas es posible o deseable la retroacción de la transmisión del mensaje de receptor a emisor. Importa una higa lo que opinemos sobre la corrupción en la familia real. Sólo podemos aspirar como sociedad a crear una profesión altamente profesionalizada -como las demás- llamada "periodismo". Todo lo demás son milongas. El papel y los micrófonos de radio y tv nunca dejarán de existir y todo lo que propicia Internet no tiene más futuro que enmarañar hasta el paroxismo las truculencias y devaneos de cada fulanito o fulanita de tal: per se, Internet no aporta absolutamente NADA que no sea alimentar a cuatro megauplómanos más o menos desaprensivos.

Postdata 2: En la comunicación interindividual o diádica (en una pareja, de madre a hijo, entre compis de curre o por móvil a quien sea, tampoco existe el cacareado FEEDBACK de las positivistas y posibilistas facultades de periodismo).

Tasmania dijo...

Pues yo sigo pensando que la industria periodística se reconvertirá en sucesivos años. Se producirá un regreso al periodismo genuino, pero no en los soportes tradicionales.

La credibilidad y la reinvindicación de la profesión periodística determinarán el devenir del sector. Periodistas y redacciones deben recuperar su función como pilar de la sociedad y deberán reaprender a fidelizar lectores y espectadores e interactuar con ellos.

Creo que será clave la defensa de la función social del periodismo. Que existe, oigan, existe.