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lunes, 14 de enero de 2013

Políticos en la red

La comunicación política parece haber vivido un boom en su manera de transmitir mensajes con la llegada de las redes sociales e internet, a pesar de que -a mi juicio- su utilización trasciende más por lo cuantitativo que por lo cualitativo.

La transparencia, la espontaneidad o naturalidad y la diversidad del conocimiento creado son los preceptos principales, no los únicos, que conforman la riqueza de las redes sociales. Estas características que crean una comunidad digital rica son muy complicadas de alcanzar por el conglomerado de perfiles creados alrededor de un determinado perfil político.

Y es que las redes de los políticos son egocéntricas, giran en torno a un individuo, a su persona, no a sus contenidos que no difieren de los del resto de los miembros del partido al que pertenezcan. Lo importante y vital de una red es poner en el nodo principal una motivación, un interés, una idea... eso proporciona fortaleza en la red y hace que no importe cuál ha sido el modo, los lazos, en que tu red se ha conformado.

¿Es posible entonces crear una red fuerte en el ámbito político? Desde luego una primera aproximación a los perfiles de los políticos nos muestran redes monolíticas, pensamiento único, falta de independencia y el ideario como argumento por lo que los lazos débiles que se crean no adquieren la fortaleza esencial para dotarlos de poder, independencia y autonomía.

Y es que son lazos débiles aquellos que sociológicamente se crean a partir de intereses comunes y con los que se tiene poco o ningún contacto. Los lazos fuertes, por el contrario, son aquellos creados con amigos y familiares por contacto y afinidad emocional. Éstos últimos poco o ningún interés tienen para un perfil político en la red.

La clave está en la independencia y la autonomía, cuestiones poco frecuentes en las estructuras de los partidos políticos.

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