“Todos deseamos vivir muchos años, pero nadie quiere ser viejo” decía Swift. Como eso no es posible echemos un ojo al futuro que nos espera a todos.
Si las tendencias actuales continúan, muchos de nosotros viviremos todavía bastante tras cumplir los 80 años y según algunos autores, algunos alcanzarán los 100, pero cómo viviremos a estas edades es una cuestión mucho más incierta.
El principal cambio estructural que está sufriendo nuestra sociedad es que en su conjunto envejece y envejece fuertemente. Según las previsiones de Naciones Unidas, la sociedad española en quince años puede ser la más envejecida del mundo. Cualquier pequeño incremento en la esperanza de vida multiplicará el número de personas mayores. Además, los progresos más importantes se están produciendo en las edades en las que ocurren la mayor parte de las defunciones actualmente, lo que puede aumentar de forma importante no sólo el número de la población mayor, sino sobre todo su nivel de envejecimiento.
El número absoluto de personas de 65 años y más en España sobrepasará los 8,5 millones en el año 2025, pero el número de personas muy mayores (octogenarios, nonagenarios y centenarios) se habrá triplicado en esa fecha. La población mayor del futuro inmediato será muy muy mayor.
La posibilidad de un incremento de la extensión de la vida y de un seguro e importante aumento de la población de edades muy avanzadas impone la necesidad de preguntarse por la calidad de esos años añadidos a la vida. Retrasar la muerte y añadir años a la vida no significa necesariamente una prolongación de la vida en buen estado de salud.
De hecho, la reducción de la calidad de vida a edades avanzadas es una cuestión que preocupa desde la antigüedad. En la mitología griega Aurora obtuvo para su esposo la inmortalidad, pero se olvidó de pedir que fuera acompañada de una eterna juventud. En vano lo alimentó de ambrosía, Titón envejeció, se volvió solitario y sufrió una fuerte decrepitud, hasta que los dioses, apiadados de él, lo convirtieron en cigarra. El riesgo de encontrarse en una situación de dependencia en la vejez ha existido siempre pero su magnitud ha cambiado.
La Biblia no es más misericorde con la vejez avanzada, en el Eclsiastés se dice: “Y acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes de que vengan los malos días y lleguen los años de los cuales digas: no tengo en ellos contentamiento; antes de que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y las nubes se formen tras la lluvia; cuando tiemblen los guardas de la casa y se encorven los hombre fuertes, y cesen las muelas porque han disminuido y se oscurezcan los que miran por las ventanas; y las puertas de afuera se cierren por la bajeza de la voz de la muela y se levante a la voz del ave, y todas las hijas de la canción sean humilladas; cuando también teman de lo alto y los tropezones en el camino y florezca el almendro y se agrave la langosta. Antes de que la cadena de plata se quiebre y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente y la rueda sea rota sobre el pozo”
4 comentarios:
Es verdad. Habría que prepararse por si tenemos la "suerte" de llegar a una vejez muy avanzada.
No quiero ser frívola, pero no se me ocurren más que un par de cosas: caminar, es decir, hacer ejercicio, y no perder la curiosidad por lo que pasa.
Apasionante y complejo el tema que se plantea hoy en esta bitácora. Asusta y también fascina; sin saber exactamente qué proporción aplicar a cada sentimiento.
Algunos científicos sostienen, que así como estamos programados genéticamente para crecer y multiplicarnos, no lo estamos para envejecer, si no que esto ocurre debido al deterioro celular que se va produciendo a lo largo de nuestra vida.
Las investigaciones sobre la enzima Telomerasa (fuente de la inmortalidad) están bastante avanzadas; el problema, hasta ahora insalvable, es que las células cancerosas también son inmortales.
Saltar este obstáculo es una cuestión de tiempo, y no muy lejano.
¿Se imaginan poder vivir varias vidas?, ¿ejercer varias profesiones?.
Ese entrecomillado en la palabra "suerte" es muy acertado pero lo que está claro es que es mejor no dejar de estar nunca en forma (física y mental) para sobrellevar lo mejor posible la vejez. Y eso es trabajo diario.
Es el desafío que tienen delante las sociedades avanzadas, pero como sus dirigentes no miran más alla de cuatro años. Y la duquesa de Alba una avanzadilla
Saludos blogueros
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