El
aumento del número de periodistas desempleados ha pasado de 3.030 en el período
de 2008-2009 a 6.500 parados según el 'Informe Anual de la Profesión Periodística', que edita la APM y la cifra se elevará a 10.000 periodistas en
paro al añadirle los que se graduan cada año en las facultades de
comunicación.
No es
muy difícil ver de dónde han salido tantos periodistas parados. Sucesivos Expedientes
de Regulación de Empleo que continúan negociándose dos años después de
que comenzara la crisis, recorte en los salarios de
los colaboradores (El País), aumento de la carga de trabajo (El
Mundo), dibujan el complejo y nada alentador panorama del empleo para
los periodistas hoy en día.
Una
situación paradójica considerando que las grandes televisiones han vuelto a sus
millonarios beneficios y que la caída de la inversión publicitaria se recupera
lenta, pero sostenidamente. Los medios han realizado todos los recortes
posibles, pero a pesar de ello siguen adelgazando sus plantillas. Y es que el
problema ya no son los ERES, sino que el incesante goteo de
despidos. En La Razón han despedido a dos históricos de la redacción hace
algunas semanas, al mismo tiempo que el nuevo director de ABC, Bieito
Rubido, afirma que importa más la calidad, que la cantidad de los
periodistas en una redacción.
Es la
historia de una muerte anunciada en la que los directores y dueños de los
medios siempre han mirado la cuenta de resultados sobre el producto
periodístico. Un producto periodístico a la baja, a pesar de lo que los neo
gurús de la sociedad de la información digan en sus tweets o en sus redes
sociales. El periodismo digital es la nueva frontera, sí, pero siempre
realizado por periodistas. Y un dato: quizás los twitteros no sepan que los
periodistas peor pagados son los de Internet. Ése es el futuro que quieren los
editores. Larga vida al papel, larga vida a Internet, pero corta vida al empleo
periodístico.
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