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lunes, 26 de abril de 2010

Revoluciones



Primero y principal quiero dejar un tema abierto para que alguno de los participantes se atreva a entrar con él, tanto en entrada como en post, whatever love most.


Recuperando la historia de Savonarola (y manteniendo una impaciente espera porque Ms Taz entre con el tema de Maquiavelo, un gran teórico, pero cuya biografía deja perplejo por lo alejada de su vida respecto a sus teorías) quería lanzar la pregunta ¿qué hace que una autoridad sea depuesta?


Por supuesto me dirán que la revolución, la toma de conciencia y alguna que otra aspecto válido, pero demasiado abstracto. ¿Qué hizo que cayera Savonarola? ¿y que echaran a Dante de Florencia y luego lo quisieran recuperar? ¿Y el Zar? ¿Y la Unión Soviética? ¿qué hace que caiga todo un estamento organizado con un aparato represor (y si no represor sí coaccionador) detrás de él? ¿Qué hizo que no cayera De Gaulle en el 68?


 Básicamente la pregunta es de dónde nace una revolución y cómo se mueve a una población para conseguir deponer a una autoridad. Y con cuidado, porque las interesesante es la de Savonarola. Cómo se consiguó que él cavara su propia tumba… bueno, que encendiera su propia pira.


Obviamente el motivo no es el hastío de la gente, que sería uno de los componentes de la combustión, pero no la chispa ni lo que lo enciende, sino que el hastío es la madera, lo que mantiene la hoguera viva. Normalmente se necesita alguien que lo organice y alguien que dé la cara y no tienen por qué ser la misma persona (ni tiene por qué ser una). En los tiempos que corren hoy en día, la inmediatez de todo y la información constante hacen que el ánimo se deba mantener cogiendo la ola de ese bombardeo y, entonces, bombardear con tu mensaje. Al haber mucho ruido, se hace necesario que tu ruido se oiga, y eso obliga a lanzar mensajes cortos de significado no claro, sino obvio. Y con esto se hace madera.


Pero a Savonarola lo tumbó su vanidad y su soberbia (bonitos compañeros de viaje para un dominico). Ambos hicieron que el Vaticano le llamara a capítulo porque estaba adquiriendo demasiado poder fáctico y ambos hicieron que rechazara el llamamiento. Entonces hubo un choque de autoridades dónde ganó, paradójicamente, el Vaticano. Paradójicamente porque Florencia siempre fue LA REPÚBLICA. La ciudad que se identificaba con David, que venció a los filisteos, al poder opresor. Pero Savonarola se había llevado de calle y por la inoculación del miedo, a las clases bajas y medias florentinas y era una amenaza a una forma de vida que venía de la época de Cosme el viejo, incluso de antes. Los del Arno dejaron que la autoridad papal sintiera miedo por perder el control y se quedaron esperando a que, en palabras de Les Luthiers, los acontecimientos se precipitaran. El movimiento fue genial; Para mantener la autoridad esperan a que una autoridad moral superior actúe, quedando ellos no ya sólo como inocentes de sedición, sino como guardianes de la fe.


Entonces me pregunto; ¿en manos de quién estamos?

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