Ciudad Trujillo 1961. Allí un hombre que no suda tiraniza a tres millones de personas sin saber que se gesta una maquiavélica transición a la democracia. Una era a la que da voz Vargas Llosa en La Fiesta del Chivo.
El sonido impecable e implacable del general Trujillo, El Chivo, y la voz sosegada del hábil Doctor Balaguer, sempiterno presidente de la República Dominicana.
Una mujer, Urania. No le habían hecho un favor sus padres. Su nombre daba la idea de un planeta, de un mineral, de todo.... salvo de la mujer espigada de rasgos finos, tez bruñida y grandes ojos oscuras, algo tristes.
La fiesta se acaba. Urania regresa a la isla que juró no volver a pisar. Urania sigue vacía y llena de miedo. No ha tenido un solo amor.
Se terminó la fiesta. Es hora de democracia. El Rey a muerto. !Viva el Rey¡
Un puñado de estrellas ha sido arrojado sobre los ojos de los hombres. Centellean ayudándoles a abrirlos, a recibir nuevamente la luz de sol... Urania regresa para recuperar su vida.
Hay un merengue dominicano titulado, Mataron al Chivo, que dice:
"El pueblo celebra
con gran estusiasmo
la Fiesta del Chivo
el treinta de mayo"
Vargas Llosa dio un paso en Perú que le fue frenado de inmediato. Sobre él cayeron las descalificaciones y los insultos que hoy escuchamos sobre nosotros mismos.
Necesitamos otro puñado de estrellas que nos permita de nuevo ver la luz.
domingo, 25 de abril de 2010
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8 comentarios:
Excelente novela, Dña. Tasmania, que por momentos le encoge a uno el corazón cuando ve (lee) las cosas de las que somos capaces los hombres para conservar el poder. A cualquier precio (nunca mejor dicho).
Curiosa saga la de Trujillo, que acabó "living la vida loca" en los años dorados de la jet-set apañola (© Benjamingrullo).
Como si nada hubiera pasado.
Espero que las estrellas que se vean sean las de cada uno. Particularmente no creo en los líderes; soy más de lobby que de adeptos y por eso espero que haya un cambio en los sistemas de elección y financiación.
Lobby, líderes, adeptos... las estrellas somos nosotros mismos querido NRQ
Sólo nosotros podemos abrir o cerrar nuestros ojos, sólo nosotros podemos permitir, aún pestañeando, que la luz llegue a nuestra pupila.
Las estrellas que nos pueden ayudar a hacerlo están dentro de uno mismo
Me lo ha puesto en bandeja de plata, querida Tasmania:
"Todos estamos en las alcantarillas, pero algunos miramos a las estrellas".
Oscar Wilde
PD. Me tranquiliza ese atisbo de positividad por su parte. Ultimamente me tenía ud. preocupada. Al igual que D. Nrq.
Oh no, no, Patricia.
Es posible -no, es seguro- que en ocasiones trasmita cierto escepticismo respecto al ser humano y al futuro del mundo que ha creado... pero no, no pierdo el aliento ni las ganas.
Me va a comprender usted muy bien cuando le confiese -como hago en este preciso instante- que yo también tengo hijos.
Dos hermosas mujeres a las que enseñar a echar raíces y a que tomen el vuelo -bien alto- llegado el momento... como usted nos recordó tan sabiamente en esta humilde zódiac hace unos días.
Me ha emocionado su comentario, Doña Tasmania.
Le agradezco profundamente su sinceridad y su sensibilidad.
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