Un día decidieron ir a por lo que había tras los escritos. Un día decidieron ir a ver qué se ocultaba tras la selva y quién era la bestia que atemorizaba.
Y vimos que la Tierra no era el centro del Universo. Y aceptar eso supuso resistencia. Pero ¿cómo no íbamos a ser los favoritos?
Nosotros que habíamos levantado templos. Templos enormes a los que acudía gente de todo el planeta a rezar, agradecer y pedir
Nosotros que habíamos defendido la Fe hasta dónde la Fe había nacido.
Nosotros que luchamos contra los que negaban a Dios
Nosotros, a quiénes Dios había declarado el centro de la creación…
…
Nosotros no éramos el centro del universo.
Por supuesto nos opusimos. Juzgamos a quién afirmaba tal herejía. Sentenciamos, condenamos y ejecutamos. Pero llegaron otros.
Y esos otros que llegaron abrieron un claro en el bosque. Y en el bosque mostraron que no había más que plantas y animales. Que todo era una continuación de la creación.
Y nos enseñaron que fuimos nosotros los que habíamos hecho por no hacer habitable el bosque. Que lo que habíamos hecho era ponernos en la entrada sin permitir el paso y sin hacer tampoco nada por mirar dentro.
Y no conseguimos nada porque siguieron avanzando. Y cada vez nuestra oposición era más débil porque cada vez tenía menos dónde apoyarse.
Es más, esa oposición hizo que ciertos personajes intelectualmente débiles, de conclusiones erróneas, llegasen a ser declarados héroes. Mártires. Porque en ningún caso hicimos por rebatirles con lógica, sino a través de la justificación de la fe. Hubiera sido extremadamente sencillo negar sus teorías. Pero… no, no habría sido sencillo porque la negación de las suyas llevaba implícita la negación de las nuestras. Porque ellos discutían lo que nosotros habíamos establecido y entonces, en algún punto, nos dimos cuenta que estábamos tan equivocados como ellos.
lunes, 19 de abril de 2010
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12 comentarios:
Hacer leyes implica inevitablemente que algunos grupos impongan sus creencias al resto de nosotros. Ello es de la naturaleza del proceso democrático. Si decimos que "debemos" hacer algo, estamos haciendo un juicio moral. Cuando nuestros legisladores convierten ese juicio en ley, el "debe" de alguien se convierte en un "tiene que" para toda la sociedad.
¿Es o no es peligroso? ¿Es así como funciona el pluralismo?
La gente debería actuar de acuerdo con lo que proclama creer. De otra forma, estaría violando su propia conciencia y mintiéndose a sí mismo y al resto de nosotros.
No he entrado, a propósito, en el tema de si el estamento religioso controla o no a través de la creencia. Evidentemente la apertura de la ciencia les hizo perder control. Un control que, incluso, tenían en tribunales y aparatos legisladores.
Y entonces, tras la pérdida de esa influencia y del aparato judicial, los estándares cambiaron. Se empieza a legislar en base a un criterio civil y no religioso. Claro que asesinar y robar seguía siendo delito porque vulneraba a tu igual, pero proclamar que Jesús no era tan divino como humano (o viceversa) o negar la virginidad de María ya no era un delito civil penado, sino que pasó a ser reprobado de forma intelectual, se dejó de aplicar el delito de herejía y, si hacías afirmaciones de ese tipo desde el seno de la iglesia, "tan sólo" se te apartaba de la comunidad. Lo entrecomillo porque entiendo que al religioso apartado, lo que para mí es "tan sólo" para él pudo ser traumático.
Concluyendo. Hemos pasado de una legislación totalmente preventiva a un estadio en el que no se legisla si no ha habido dolo previo. Si no se ha demostrado antes que la actuación de uno supone el perjuicio sensible de un segundo.
Y, curiosamente, los países sajones, más alejados del poder romano, han desarrollado una forma de actuación y de legislación ,ás basada en la experiencia que en la regulación. Son países más centrados en la jurisprudencia y sus actuaciones estratégicas, tácticas, directivas... se basan en acumulación de experiencias a partir de las cuales se infieren reglas. Mientras, en los países latinos, son las reglas las que derivan en comportamientos particulares.
Curioso
¿Conocen una magnífica película titulada “El caso Winslow” (The Winslow Boy)?
Está basada en un hecho real en el que un ciudadano interpone una demanda al Almirantazgo inglés, una institución de principios de siglo que “nunca se equivocaba”.
Para demandar a esta institución (o a la Corona), había que solicitar una “Petición de Derecho”, si no, el caso no podía ir a juicio.
Tal Derecho se concedía como un acto de gracia. El Fiscal General, en nombre de la Corona, ratifica la decisión con las palabras: ”que se haga lo justo” y el juicio ya se podía celebrar.
”Hacer justicia es fácil. Hacer lo justo, no” es el leit motiv de esta película en la que se reivindica el valor del honor y la verdad de una familia frente a una interpretación negligente de la ley.
La justicia como fundamento de la ley y lo justo como el espíritu que debe existir detrás de su aplicación.
¿De qué nos sirve legislar basándonos en criterios civiles, dolos previos, experiencia, jurisprudencia….si nuestros prejuicios nos impiden luego interpretar de forma justa la ley?
(La película es un prodigio de perfección : sus actores y cada uno de sus gestos, la ambientación, el guión.....No se la pierdan)
Pero Ms Parsons, al menos la jurisprudencia, la práctica, el repetir de una experiencia, es un caso terco de cómo se va a comportar un elemento en entornos similares bajo condiciones repetitivas.
Newton no obligó a la manzana a caer a 9.8m/s2 (el 2 es "al cuadrado"), pero nos seguimos empeñando en hacer funcionar algo bajo un modelo que creemos más adecuado. La ley de herencias protege todos los modelos posibles? La viuda, en muchos casos, se queda sin nada sobre el papel, por ejemplo y por no entrar en polémicas mayores.
No se crea, D. NRQ, no se crea.
Suele decirse que "la práctica hace maestro", y esto es válido lo mismo para aprender a hacer integrales que para montar en bicicleta.
Pero, ¿qué le hace pensar que un modelo jurídico basado en la práctica, como el sajón, es mejor que el otro, como parece Vd. indicar? Y digo 'mejor' en el sentido de 'menos arbitrario' o, como decía Dña. LOUELLA, 'más justo'.
Si ya nos cuesta entender y aceptar muchas veces la interpretación de las leyes que se realiza en nuestro ordenamiento jurídico* [en el que el orden de prelación de fuentes prioriza: (i) la Ley; (ii) la Costumbre; (iii) los Principios Generales del Derecho], siendo que las leyes son algo objetivo y redactado de manera inmutable para todos, qué le hace pensar –digo- que es más limpia, menos sujeta a arbitrariedad, la interpretación de una persona (el Juez en este caso) sobre la opinión previa de otros (la jurisprudencia, en el modelo sajón) sobre casos 'similares', sucedidos probablemente en otro tiempo y vistos con otros ojos (lo que probablemente no los haga tan similares)? El mero hecho de apoyarse en la práctica podría conducir a perpetuarse en el error, también.
No crea (no crean) que tengo la respuesta del millón de dólares al respecto. Ambos modelos tienen ventajas e inconvenientes, como todo en la vida. Pero el nuestro es éste, y adaptando lo que Vd. decía, sólo nos queda seguirnos “empeñando en hacer funcionar algo bajo un modelo que creemos más adecuado.” No es que sea más adecuado: es que es el nuestro.
* Y si no, fíjese en la frase que se ha hecho tan popular últimamente a tenor de las sentencias varias de estos nuestros Tribunales: “Lo acepto pero no lo comparto”. Sólo faltaría, en un Estado de Derecho! Pero esto me llevaría por otros derroteros que no estoy segura de querer abordar, tal y como está el patio últimamente en esto de la separación de poderes…
Ms Patricia,
¿de veras cree que el orden en el que usted enuncia las fuentes del derecho son las más efectivas? ¿Cree que las bases en las que se fundamenta la redacción de una ley (redactada por seres humanos, igual que aplicada) es más válida si es a priori que a posteriori? ¿no cree que es la práctica de la justicia la que debe mostrar el camino hacia dónde la regulación se encamine?
Mire, si no, cómo ha cambiado el uso de la propiedad intelectual en los últimos 20 años. ¿Cree que la ley es capaz de ir más rápido que la realidad?
¡Qué buena recomendación, Cara LOUELLA!
Una gran película de David Mamet, que atesora unas cuantas joyas en su filmografía, no digamos ya en su dramaturgia. Mamet se baso, al parecer, en una obra teatral de Terence Rattigan y al no poder llevarla a escena, como quería, optó por su escenificación cinematográfica, absolutamente modélica. Jeremy Northam está absolutamente inmenso.
¿Conoces "Oleanna"? Si no es así, te la recomiendo vivísimamente. Apagar el fuego de los abusos contra las mujeres con el lanzallamas de los abusos de las mujeres. El biofeedback de la intransigencia.
Estimado D. NRQ,
El orden de fuentes que le indico es el orden de aplicación en nuestro ordenamiento jurídico, con independencia de que yo crea que es más efectivo o no. Es decir, ante un hecho determinado sujeto a derecho, en nuestro ordenamiento jurídico se aplica primero la ley; caso de no haberla, la costumbre; y, por último, los principios generales del derecho.
Por supuesto que las leyes las redactan personas. Y comisiones designadas al efecto! (Lo que nos llevaría de nuevo a la separación de poderes, que dejo expresamente de lado). Están sujetas a error, evidentemente. Pero no soy capaz de valorar si a más o menos error que el estudio de casos anteriores para extraer de ellos la norma a aplicar.
Y desde luego, se realizan siempre a posteriori del hecho que, por repetido o relevante, se hace necesario regular para facilitar la aplicación de un mismo tratamiento a casos semejantes. El Derecho siempre va por detrás de la realidad (no digamos ya su aplicación, que muchas veces se eterniza).
El Derecho está para dar respuesta a las necesidades de la sociedad, me decían a mí cuando lo estudiaba. Pero esto queda casi en el Pleistoceno, así que no me haga mucho caso...
Ms Patricia;
noticia de hoy
En un sistema en el que la jurisprudencia sentara precedente suficiente como para penar un delito (con un juez formado, competente... ya sabe los requisitos normales), la agilidad de la ley habría sido mayor.
También yo lo creo NRQ
La jurisprudencia es madre, o debería serlo
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