Dejó escrito el filósofo Emil Cioran que “hay que tener mucho coraje para hacer frente a la primavera.” También dejó esculpido sobre papel: “Soy como una de esas viejas maniáticas que ven en todo desconocido un asesino”.
Con las coordenadas de ambos aforismos queda plasmado mi sentimiento –que no el ánimo- en estos días de rampante decadencia moral de toda una sociedad en estado de letargo y abulia.
La gente, ni reacciona, ni se para a pensar en cómo le manejan los hilos. Anda como hipnotizada por el penúltimo implemento que le ha propinado la empresa Cofidis, para poder
pagar a tres o cuatro veces su precio un pequeño decodificador de TDT, que ayer se quedó obsoleto, pero sin el que hoy no podrían contemplar lo mal que baila Belén Esteban.
Para colmo, llevo dos días oyendo sin parar a quienes se dan golpes de pecho por tener trabajo “fijo de la administración”, que compensa –según los muy masoquistas- la permanente sangría salarial con la que no salen nunca –me viene a la mente “El ángel exterminador” de Buñuel- de una obscena indigencia intelectual ligada a una galopante indigencia material. Como si tener trabajo “fijo” en Hispania fuera una opción elegida con trampa y ventajismo, para hacer agravio comparativo –a sabiendas- a los millones de liberales que cambian de currelo como de camisa, en esta Jauja de los puestos de trabajo a gogó. Como si uno no hubiera preferido estar donde se merece, en lugar del bacalao seco ese, hijo del amigo del que manda más, que lo ha puesto con contrato blindado de 12.000 euros al mes.
Porque yo quería ser locutor de radio –como el Herreracarlos- pero había una invasión de advenedizos dispuestos a hacerlo gratis total, o por cuatro perras, y así perdí la vez, aunque no la honra. De todas formas, me alegro por mí, porque el otro día echaron a uno que llevaba la tira y ahora –mira que además es de familia “bien”- no tiene donde caerse muerto, porque en Jauja ya no hay más puestos de su ringorrango. Esto no es una peli americana, donde cambiar de novia o de trabajo es tan bello y fácil como devorar chocolate. Así que, no tienen que perdonarme la vida, puesto que encima le están dando la idea a ese peligro con patas que se apellida Rodríguez: la próxima vez, quitará a sus funcionarios no asesores el “privilegio” de trabajar hasta la jubilación, a menos que rebrote la especulación inmobiliaria y las nuevas hipotecas a 40 o 50 años, desaconsejen, una vez más, hacer el trabajo cada vez más volátil y temporal.
Estoy decepcionado, sí. No porque mi escepticismo proverbial se vea tan justificado como en una maldición bíblica. Sino por el fracaso de la especie en su conjunto y también de algunos especímenes que me han tomado como blanco. Como abismo blanco –en expresión surgida del genio de Luigi- al que me arroja implacablemente su satanismo inmisericorde. En concreto una depredadora con ínfulas de progre -¡a quién se le ocurre coquetear con alguien de moral dudosa!: a otro alguien con los justos prejuicios- que, como tal basura, está bien siendo nada más que basura. Al menos, ese es el consuelo de los que me aconsejan.
Pero la decepción de esta primavera ciorana, de simbólico cianuro para la masa social, descansa fundamentalmente en la puesta en escena insoportablemente cínica elaborada por
el corifeo que siempre hace creer a los incautos estar por encima del bien y de mal. La gente que ama y admira a su Zapatero (remendón) padece síndrome de Estocolmo. De su mala, perversa conciencia, de su inmoralidad salvaje y dantesca, de su falta de escrúpulos, de su maquiavelismo sin fisuras… Exactamente igual que esa pseudoprogre que desgraciadamente he conocido, rabiosa por conseguir un puesto fijo en la administración, para pedir al día siguiente la excedencia merecida en el cubo de la basura de una remota caverna, más allá de las montañas.
domingo, 16 de mayo de 2010
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11 comentarios:
Mi estimadísimo Juante.
No es suficiente culpar al resto de nuestra aflicción. Lamentar los hechos que afrontamos.
Se avecina un gran cambio en nuestras vidas -que no un revés planetario- Nuestra tarea, nuestra obligación, es llevar a cabo ese cambio pacífico y constructivo para todos.
Aquellos que no hacen nada invitan a la vergüenza y a la violencia. Aquellos que actúan audazmente reconocen tanto el derecho como la realidad.
Mi querida Tasmania.
Sabias palabras, reconfortante gesto del brazo sobre los hombros.
Una llamada a la esperanza que tiene el gusto de la verdad y el cariño sincero.
Va por ti. Gracias.
Me refiero a que va por ti, este brindis de fino, bien fresco.
(Y por los demás, también.)
Saludos cordiales.
Pero, ¿hay un Candidato? Me refiero a si hay alguien ahi fuera que pueda liderar un partido hacia una victoria en las urnas y reconvertir España como para que otra crisis no le vuelva a castigar de igual manera.
Sé que el siguiente comentario sonará duro, pero somos un pais en el que nos detestamos. No sé si tanto como en Canadá o en Bélgica (tampoco sé si bastante más, pro los pongo como ejemplos de países con problemas identitarios), pero no nos gustamos los unos a los otros y el candidato que llegue tendría que reformar desde el día 1 y debería saber que, muy posiblemente, sólo tuviera 4 años para llevarlo a cabo.
Afrontar la realidad y plantarle cara a los hechos.
Con audacia,sin violencia y con mucha inteligencia.
El Bambi Exterminador,ha conseguido que la prima de Vera sea esa vieja maniática,que sea capaz de ver con un TDT chino,una imagen tan real que haga comparable el baile de Belén Esteban,con el gobierno de Zapatero.
Que conste que no es una comparación insidiosa, es una realidad triste.
Tenemos derecho a un cambio ante una realidad quebrada de valores.
Pues que viva el cambio Mesala, que viva la diferencia NRQ y que viva el fino Juante.
La revolución está en nosotros mismos..
Querido Juante,
Lo peor de todo es la tristeza.
Cuando se deja atrás la incomprensión ante lo sucedido, el enojo o la ira que nos ha producido y que sin duda nos han movido a actuar, cuando nada de lo puesto en práctica da resultado, entonces llega la decepción. Y con ella, de la mano, la tristeza.
La tristeza nos inmoviliza en un lugar a medio camino entre el dolor y el descreimiento. A medio plazo, nos blindamos emocionalmente y nos hacemos más escépticos, para que no vuelva a doler. Pero es importante, antes de eso, sanar bien la herida para que con el tiempo, luzca una bonita cicatriz que nos recuerde lo que aprendimos. De modo que, si me lo permite, éste es mi consejo.
Levante la vista. Respire hondo. Suelte lastre.
Y en cuanto al cambio social que necesitamos (y digo 'social', porque va mucho más allá de electoral -supuesto que encontremos al candidato-) estoy con Doña Tasmania en que el cambio está en nosotros mismos, y con Don Nrq en que no es tarea fácil ni rápida para quien le toque asumirla. Cuatro años son claramente insuficientes.
Pero el primero que enciende una luz es quien primero se alumbra. Así que, cuando llegue el momento, obren en conciencia, que Uds. la tienen.
Acabo de ver "Sin control", donde Jennifer Aniston no era lo que era. Bonita catarsis, incluso para quien se pasa el tiempo criticando el cine americano.
Cordiales y finos saludos, damas y caballeros.
Y gracias, doña Patricia, por su bellas aportaciones.
Gracias por ese fino, caballero.
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