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domingo, 2 de mayo de 2010

Evaluación Continua



Ayer escuché una frase que me tuvo dando vueltas un rato. No mucho, no poco, tan sólo dando vueltas. La frase era "no es que cada día el periodismo sea peor, es que las noticias son una mierda". Hay que entenderlo en el contexto de que estaba hablando un corresponsal de guerra que había pasado un tiempo trabajando asignado al día a día de un gobierno.
Comentaba esto en relación a que estar sentado cada día en la sala de prensa de un palacio presidencial buscando el rumor, el micrófono abierto, la metedura de pata, la filtración por parte de uno de los empleados, responsables, asesores… y de ahí para arriba.
Hasta tal punto esto es así, al menos en España, que los telediarios son una sucesión de cortes con políticos diciendo frases "llamadas a pasar a la historia", "grandes demostraciones que reconducirán la dinámica social de este país"… y podemos seguir con una colección de banalidades que trasladan la línea hasta el siguiente grupo de noticias que son las herederas de aquel periódico tan popular en los 70 llamado el caso y del que, lo último que recuerdo, es que algunos compañeros de clase utilizaban las que tenías toque de humor negro para forrar carpetas.


La línea entre aprovechar el rumor y reconstruir una historia se diferencia en que, para la primera, buscas un gran titular para un día y en la segunda tiras del hilo hasta que encuentras y expones los hechos. En la primera se dejan muchos cabos sueltos por dónde el apelado puede reinterpretar y replicar y en la segunda lo dejas cerrado como para sólo oír explicaciones.


Los telediarios buscan el flash y no la historia y disfrazan informar sobre violencia como una actitud de denuncia. Si se les pregunta por qué, contestarán que porque la gente muestra interés y eso es explicación suficiente.
Mi padre me dijo una vez (100% real, no les engaño) que la TV es basura porque nadie se ha preocupado de hacerla mejor. Si las televisores pasaran Shakespeare el 80% de su tiempo, necesariamente subiría el nivel medio de exigencia. Pero estamos en la situación contraria; baja el nivel y arrastra el resto de niveles con él, como un imán, hasta tal punto que no sabes quién empezó aunque sí quién tiene más delito porque teniendo la vía, no participa de poner remedio.


La gran paradoja es que abren titulares con el informe Pisa una vez al año

7 comentarios:

Tasmania dijo...

Mi querido, querido NRQ

Tus cavilaciones de hoy, Día de todas las Madres habidas y por haber... me ha recordado numerosos debates domésticos.

¿Qué ponen hoy en la tele?
!Avísame cuando empiece el telediario¡
!Silencio niñas que no oigo nada¡...

La tele... un fenómeno sobre el que una familia puede llegar a discutir seriamente, incluso a pelearse por quién tiene el mando.

La tele... una mierda. Sí. Creo que tu padre tenía toda la razón del mundo pero, déjame que me quede con la segunda parte de tu reflexión... ¿quién es el culpable de que siga siendo así?

O mejor todavía, ¿quién permite que el nivel sea arrastrado sin fin -al parecer- siempre hacia abajo, a un fondo que parece no tener suelo?... ¿el rebaño?

El rebaño es fruto de lo que "ellos" hacen. PISA, reflejo de una LOGSE, pasar con cuatro asignaturas... si uno va despacio... pues vamos todos despacio, no vayamos a dejarle solito...

A veces es posible sortear el sortilegio (cacofonía)

Mi hija mayor me dijo anoche, mientras empollaba (¿Recuerdas esa palabra N?) que le apetecía muchísimo empezar sus estudios universitarios... me emocionó. Era sincera... A Marta -como a mí- nunca le gustó la tele.

Louella Parsons dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Louella Parsons dijo...

Completamente de acuerdo, NRQ.

Pero, ¿para qué acabar con la televisión basura?

Es un negocio para mantener un nivel de audiencia necesario para ganar dinero por un lado, mientras que por otro, trata de convertir al telespectador en un ser ignorante sin capacidad para comprender lo que está viendo y así anular también cualquier átomo que le quede de su conciencia (crítica) de ciudadano.

Me ha gustado la frase: Los telediarios buscan el flash y no la historia y disfrazan informar sobre violencia como una actitud de denuncia

Ya no importa si las noticias son verdad o mentira, si se disfrazan o si ni siquiera se dan porque al telespectador tampoco le importa porque ya sólo sabe lo que ve y, encima, no lo entiende.

Y así está el asunto. La televisión ha pasado (si alguna vez estuvo en otro lado) de crear opinión pública a formar vulgares masas de subciudadanos teledirigidos.

¿A quién le importa el informe PISA?

El asunto da para mucho.

Nrq dijo...

...

pero la TV es una vía, un canal, y como tal debe ser empleado.
La cuestión de la calidad de la TV (centrados en lo que podemos considerar más necesario de poner cerebro, las noticias. Lo demás dejémoslo en la papelera) y del nivel de la población es una cinta de moebio. Una cinta una cara y una arista. Si sube el nivel del público, subirá el nivel de la TV. Si sube el nivel de la TV sube el nivel del público.

Ambos, por tanto son víctimas y verdugos. Y no es la publicidad, que seguirá contratando mientras el programa tenga audiencia.
Yo, una vez, me cerré en banda a comprar un producto porque lo anunciaba un personaje.
Si Nike impulsaba con Jordan para incentivar, el fabricante en cuestión debió pensarse mucho a quién escogían. ¿Conclusión? yo no debía ser considerado su target. dejé de consumir

Si yo veo Friends, los publicistas tienen medios para saber quién ve Friends, qué consumen y qué podría consumir un "consumidor" de Friends. Si la gente deja de consumir un programa y se pasa a otro, la publicidad se va con ellos.
Con lo cual, descartada la responsabilidad del anunciante.

¿Qué debe arrancar la excentricidad (desviación de una sección cónica con respecto a una circunferencia), el público o el medio?

Tasmania dijo...

Pero cómo me enreda mi querido N.

Aún no sé si es el público, los anunciantes, los espectadores de Friends, los que hacen las parrillas, los directores de informativos.... los culpables.

Oh culpables. Menuda palabra Patricia. Da para mucho.

D. NRQ, es usted insaciable.

Nrq dijo...

Taz;

para esto, como para otras muchas cosas, la culpa es una escopeta de postas. Prefiero la asignación de responsabilidades

Unknown dijo...

Buenas noches.

Menudo jardín en el que se han metido ustedes, tal día como hoy, domingo de la Madre!

"La tele", ni más ni menos!

Sin ser la persona más autorizada para hablar del tema (he salido bastante rara en esto), sí puedo decirles que:

- Efectivamente, esto es cosa de dos: la TV y el público. Y funciona como un círculo vicioso. Unos no dan nada mejor porque los otros no lo piden y viceversa.

- ¿Quién debe romperlo? En mi opinión, quien tiene el poder 'real' de hacerlo, esto es, la TV (quienes la definen, programan, rigen y crean). Pero antes de seguir, me parece importante diferenciar entre TV pública (tienen deber de servicio público, que yo recuerde) y TV privada (cada uno gana/pierde su dinero como mejor le parece).

- La responsabilidad no es de los anunciantes. "El dinero es por definición oportunista. No conoce lealtades y no se deja ideologizar. El dinero se mueve y se va de los páramos hacia zonas prometedoras." , decía H. Tertsch el otro día hablando de la (des)calificación de S&P a nuestra deuda. El anunciante irá donde más público objetivo afín encuentre para su producto, cosa que se estudia exhaustivamente, como bien dice D. Nrq. Y más en estos tiempos, que no están los presupuestos de publicidad para tirar la casa por la ventana.

- ¿De verdad se puede romper el círculo? ¿A quién le interesa? Las TV públicas siempre han sido afines al gobierno de turno, interesa que sea así y no veo a ningún partido con ganas de cambiarlo, pese a lo que digan cuando son oposición. Esto es como el tema de la reforma de la ley electoral, que tanto le gusta a D. Nrq. Y en cuanto a la otra parte del círculo, esto es, los "belenvidentes" (© Juante, de nacionalidad -todavía- apañola), ¡qué quieren que les diga! Son muchos años de LOGSE, LODE y otras variantes, y además tienen (tenemos) pocas ganas.

- Lo que sí sé es que cada día la calidad es peor. Un ejemplo familiar: Recuerdo a mis padres hablar de teatro cuando era pequeña y pensar '¡Cuándo han ido a ver todas estas obras!?". Muchas las habían leído, sí, pero otras muchas fueron gracias a Estudio 1. Pasen, pasen y vean el plantel de autores y actores que por allí pasó. Díganme si hay algo equivalente hoy en la TV y hasta estoy dispuesta a encenderla alguna noche.

Pd. Guarde lo de la culpa en el altillo, Doña Tasmania, baúl de Temas Pendientes. Como lo del trabajo, que no me olvido. Y un día de éstos lo abrimos...