Ayer me alarmó una noticia que apenas ha tenido repercusión:
Gobierno y PNV comparten la preocupación ante una eventual escisión en la banda terrorista.
Lo primero que piensas es que la tregua (o falsa tregua si tenemos en cuenta el impuesto revolucionario que sufren los empresarios o el permanente armamento de la banda aquí y en Francia así como la formación de pistoleros) se va a romper. Luego la experiencia también nos dice que quizás sea una táctica más dentro de una serie de movimientos que estamos observando entre el gobierno, la izquierda abertzale, presos, sentencias judiciales….
La alerta ante de este tipo de noticias o hechos es que los implicados en las supuestas negociaciones con los terroristas, como pueden ser el Gobierno, el PNV, la Izquierda Abertzale….nos quieran convencer de la existencia de terroristas malos y buenos o por suavizarlo algo, “terroristas radicales y moderados”.
No es la primera vez que esto ocurre en procesos de negociación con terroristas y más cuando hay intermediarios por medio (véase Brian Curry).
Nada más falso, no hay diferencia alguna entre los terroristas.
Todos son radicales, todos han asesinado por unos objetivos, todos han colaborado a ello, todos han chantajeado a la Democracia y al Estado de Derecho.
Esto que parece tan obvio, no lo es tanto. Recordemos que Zapatero llegó a decir que Otegi había hecho un discurso por la paz, con todas las connotaciones de bondad que esta expresión lleva implícitas. ¡Cuánta gente vio entonces a Otegi como un hombre bueno que nos traería la paz.
Otra cosa es que algunos terroristas, por la edad o porque son presos con horizontes penales larguísimos o porque esperan obtener algo a cambio, quieran abandonar la banda.
Pero esto no les hace buenos, ni moderados, ni apostadores por la paz, ni arrepentidos (de hecho, los componentes de Sortu, la antigua Batasuna, no han condenado ni uno sólo de los atentados etarras habidos hasta ahora).
Simplemente son determinadas actitudes de algunos terroristas y sus cómplices que por intereses personales o porque esperan negociar con el Gobierno sus objetivos o porque quieren obtener dinero (presentándose en las listas electorales) se muestran como “los buenos y moderados” frente a los “radicales”.
Pero lo importante y necesario es que estas actitudes NO deberían tener relevancia alguna a la hora de llevar a cabo la política antiterrorista.
En el momento en que se les da importancia a la hora de fijar la estrategia en la lucha contra ETA, entraremos de nuevo en su juego mostrando una vez más nuestra debilidad.
(Gracias a Mr NRQ por dejarme su turno)
4 comentarios:
Omagh y el IRA Aunténtico
Por mucha ETA Auténtica que haya, la no auténtica seguirá siendo ETA y sus miembros, terroristas, y deberán pagar por sus delitos y se tendrá que hacer justicia.
No hay comparación posible con Irlanda. En su día comprobamos con estupor cómo algunos periodistas, políticos y opinión pública veía a Otegi como al Gerry Adams español.
(corrección: Brian Currin)
Aquiles y la tortuga, Ms. Parsons. Así nunca los alcanzaremos. Por lo menos no hasta que, pasito a pasito, escisión a escisión, hayamos pagado el 100% del precio.
Si no se entiende la verdadera naturaleza de un problema no hay forma de acabar con él. Y algunos se resisten a comprender que la verdadera naturaleza de ese problema que llamamos ETA, lo que lo ha hecho tan perdurable, es el haberlo considerado un asunto político. ETA es esencialmente un problema de orden público. Delincuencia organizada pura y dura. Las veleidades políticas de quienes participan del negocio son problema de ellos, no nuestro.
Que una organización que se dedica al crimen organizado disponga de un partido político es una anormalidad. Esto lo saben incluso quienes se rasgan las vestiduras sólo con pensar que los ciudadanos que la apoyan se queden sin representantes. Cosa que no es ya que no sea trágica, es que ni siquiera es cierta.
Los ciudadanos que dicen apoyar a ETA por razones “políticas” tienen los mismos derechos que cualquier otro ciudadano. Y ni uno más. Y los ciudadanos tenemos derecho a votar, pero no el derecho a disponer de una opción con la que nos identifiquemos al 100%. Eso sólo le ocurre a un reducido porcentaje de votantes; el resto votamos a opciones que nos son más o menos afines. Y si esos ciudadanos que dicen apoyar a ETA porque es independentista y de izquierdas disponen de opciones independentistas de izquierdas a las que votar, a las que si no votan es porque ellos quieren votar a ETA y lo que representa, no porque no sean independentistas de izquierdas.
No lo podía haber explicado mejor, querido CHURRUCA. Aquí no hay ningún problema político. Es un problema de orden público.
Opciones políticas por la independencia de "Euskalherria" hay varias. Cualquier otra lista o candidatura con los mismos objetivos será inevitablemente la mano política y recaudadora de dinero y datos para mantener el terrorismo necesario para chantajear a la sociedad.
Pero no hay manera
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