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martes, 1 de febrero de 2011

El animal social

"Mi comportamiento es predecible" Este fue uno de los mensajes fuerza de Mariano Rajoy durante una de las fases mas desconcertantes de la política de JL Rodriguez Zapatero a lo largo de la presente legislatura. Seguro que la recuerdan bien. Yo la releí ayer cuando, por motivos profesionales rebuscaba en las hemerotecas. Y es esa predecibilidad humana -yo, tan amiga de lo imprevisible, de lo renuente, de darle la vuelta a las cosas como se da la vuelta a un calcetín- la que, a mi juicio, nos conforta y aplaca, un poco al menos, nuestra ansiedad. Me explico.

Seria un error manifiesto sostener que el comportamiento social humano no es predecible en absoluto. ¿De que otro modo, por ejemplo, se hacen ricos los publicistas? Predecimos con acierto nuestros respectivos comportamientos sociales todos los días, y la continuidad de las culturas a las que pertenecemos depende de nuestra capacidad para establecer esas predicciones. Si usted y yo somos presentados en un acto social, yo estoy al menos tan segura de que si extiendo mi mano usted la estrechara como lo estoy de que si aprieto el pedal del acelerador mi coche ira mas deprisa.

No seriamos el animal social que somos si no pudiéramos confiar en las respuestas a nuestros comportamientos sociales la mayor parte del tiempo. Cuando el comportamiento de alguien es total y consistentemente impredecible, podemos decir de inmediato que estamos en presencia de una de las bestias salvajes o dioses de Aristoteles. Una sociedad en la que no fuera predecible la conducta de nadie no seria en modo alguno una sociedad. Bastante obvio, por otra parte...

PD: disculpen la ausencia de numerosas tildes. Las circunstancias me obligan a escribirles desde una céntrica cafetería olivica y desde un I PAD que, resulta evidente, no domino en absoluto. Seguro que mi querido APPLE MAN me echa un cabo....venga N, enviame un correo.

4 comentarios:

churruca dijo...

Somos unos bichos curiosos, querida Tasmania. Porque es cierto que sobrevivimos y perduramos como especie gracias a la previsibilidad, porque es la base de cualquier organización social. Y los seres humanos necesitamos vivir en sociedad. Pero, paradójicamente, donde la humanidad alcanza su grado más alto de excelencia es en lo impredecible: el genio. Y, más paradójicamente aún, si la genialidad, lo impredecible, puede prosperar e incorporarse al acervo humano es gracias a que ese entorno social, previsible, existe; porque de otro modo se perdería.
Así pues, es gracias a que somos predecibles que podemos metabolizar socialmente la impredecible genialidad. Tiende uno a pensar que estamos un poco chalados, la verdad.

Buenos días.

Tasmania dijo...

Bien curiosos Almirante, ¡Qué diferentes somos! y ¡Cuán reconocibles!

Jujope dijo...

No se lo vaya a tomar como una impertinencia, amiga Tasmania, pero no conozco a una sola fémina que no sea amiga de lo imprevisible, por simple que sea ella y por "original" que sea lo imprevisible.

Y ahora, al tema:

¿Y lo contentos que estamos todos con la movida norte-africana, ehhhhh??

¿Y esa felicidad de cuesta de enero que nos proporciona -sin comerlo ni beberlo, también imprevisiblemente- ver que hay un montón de gente que está menos contenta que nosotros con nuestro zapaterito, einhhhh?

El presentador de Intereconomía ha abierto hoy su telediario afirmando textualmente: "El mundo está en ebullición: en Jordania ha cambiado el gobierno..."

¡¡Qué carajo!! el que está en ebullición es este humilde notario de la realidad, perdido en la galaxia billgates, porque acaba de comprobar -una vez más- que el h.d.p. de Z. le ha vuelto a birlar unos cien euros del ala. ¿No te jode?

Jujope dijo...

De todas formas, siempre nos quedará la vocecita de Raquel González, dando cumplida cuenta en TVE de cómo marcha el fúrbo.