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martes, 17 de mayo de 2011

talleyrand

Hoy es el aniversario de la muerte de Talleyrand. Clérigo, Primer Ministro de Francia, 4 veces Ministro de Asuntos Exteriores, tuvo cargo político con Luis XVI, la Revolución Francesa, Napoleón, Luis XVIII, Carlos X y Luis Felipe, lo que implica que fuera considerado o un genio de la política o un traidor al Antiguo Régimen, a la Revolución, al Emperador y a la restauración, pero desde luego era un habilidoso hombre de intriga ya que, entre otras lindezas, pasó los últimos años del Imperio filtrando información a los austriacos y rusos.


Como hablar con estas dos naciones era un buen motivo para pasar toda una vida a la sombra (de las rejas o bajo tierra), decide hacerse valedor de la restauración borbónica, a lo que Luis XVIII, con más ganas de ser rey que de saber cómo se reina, le nombra el delegado onmipotente para el Congreso de Viena y la firma del Tratado de París en el que no les fue tan mal, dado que mantuvieron todo el territorio que ya era francés antes de Napoleón.


Impedido de una pierna, su percepción propia le hacía ser receloso, sin cercanos que no estuvieran atados por el interés, el chantaje o pasajeras confianzas. Utilizaba a el cortejo y la conquista de las mujeres tanto como  la política y el poder  que de alguna manera compensaban el sentirse limitado físicamente. Un personaje que articulaba a través de la ambición una terapia y que se lanzó en un momento dado a una doble espiral de ascenso e intriga en las que, al mismo tiempo que desempeñaba una labor para su país, creaba nuevas redes que le ayudaran a lograr su próximo paso.


No digo que sea raro el comportamiento, digo que es extraordinaria la dimensión.

9 comentarios:

Flops!!! dijo...

Clérigo es equiparable a cultura, -más en el siglo del que nos habla-, conocimiento, enrevesamiento, etc. Eso justamente es lo que no lo hace comparable a la horda de incultos y osados semi-analfabetos que nos representa hoy en día. Exceptuando alguna salvedad, en general no se libra uno de la palestra.

De todos modos vaya pánico tenerlo enfrente ¿no?

Nrq dijo...

Pánico... hasta tenerle de tu lado!!!

Louella Parsons dijo...

Hay un libro titulado "Poder terrenal. Religión y política en Europa. De la Revolución Francesa a la Primera Guerra Mundial." en el que por supuesto Talleyrand aparece en varias ocasiones.
En este libro, además de cínico oportunista, le describen así:

"...Su figura poco atractiva, ataviada con una anticuada casaca del Directorio, avanzaba inclinada, lentamente, sobre unas piernas torcidas[..]Tenia una boca enorme llena de dientes podridos encima de un cuello largo, ojos grises muy hundidos, totalmente carentes de expresión, un rostro que destacaba por su insignificancia, frío y tranquilo, incapaz de ruborizarse o de revelar alguna emoción[..]un auténtico Mefistófeles.

Todas las épocas tienen sus talleyrands en mayor o menor grado. Hay que alejarse de ellos.

Gladius dijo...

Y eso que no lo has puesto todo: Fue obispo y excomulgado y vuelto a reponer como obispo.
Una bestia de la supervivencia...

Artanis dijo...

buenas tardes...

Permítanme que sea yo quién traiga la cita más popular

Chateubriand, al ver entrar a Talleyrand, codo a codo con Fouché...

"Era la representación del Vicio apoyado en el brazo del Crimen."

Gulliver dijo...

¿Fouché, Fouché...? ¿A quién me recuerda ese hombre?
¡Lo tengo en la punta de la lengua! Aaal.., Aaalfreee..

Anónimo dijo...

ALBIAC: La maldad sin grandeza

Todo está dicho ya.

Lindo Gatito dijo...

Es lo que me pasa por no tener el hábito de entrar en esta embarcación de navegación rápida, que no apresurada.

I'm sorry, Désolé, chiedo scusi.

Leída la entrada dedicada a ese fascinante personaje, que terminó su vida como el multimillonario Duque de Otranto, iba a poner un par de cosillas, pero se me han adelantado GLADIUS y ARTANIS.

No sólo fue obispo (de Autun, luego efectivamente excomulgado por haber jurado la Constitución Civil del clero -una escisión de Roma en toda regla; entre otras cosas, eliminaba el celibato-), sino que también fue regicida, al votar la muerte de Luis XVI. Al hermano del infortunado monarca, que reinó con el nombre de Luis XVIII (porque el hijo de María Antonieta murió prisionero en el Temple), no pareció importarle ese detallito de nada.

Bueno, vicios y pecadillos de juventud, amnistiados por razones de estado mayores. Tampoco Werner Von Braun, el genio de Peenemunde tras las V-1 y las V-2, fue juzgado con excesiva severidad por quienes mandaron al sacrificio a tantos miles de chavales contra la bestia nazi.

Sí que hay que alejarse de los "Talleyrand", como dice mi querida LOUELLA. Lo malo es que "ellos" no se dejan y, con más o menos nivel de similitud anímica, a sus epígonos los encontramos en TODAS partes.

Lindo Gatito dijo...

Huy, qué despiste más tonto...

Se me ha liado la neurona, porque fue Fouché quien recibió el título de Duque de Otranto. Talleyrand fue duque de su mismo nombre (además del más que probable padre de Eugène Delacroix, el gran pintor).

Pero tanto monta, monta tanto, Talleyrand como el de Otranto.