Muchas veces me he preguntado si los adultos podemos aprender comportamientos mejores. Creo que sí. Lo importante es definir qué es un comportamiento mejor; ¿un comportamiento más convencional? ¿tal vez comportarse mejor es renunciarse?... pero en fin, esa es otra historia.
Verán, puesto que constantemente estamos interpretando la información que recibimos del mundo cabe pensar que, a veces, distorsionamos esa información y, por tanto, incorporamos creencias irracionales a nuestra visión del mundo. Es más, diría que, incluso, hechos de este tipo podrían crear dificultades interpersonales y trastornos emocionales, consecuencia de procesos inadaptados del pensamiento.
Nuestras reacciones son producto de la manera en que interpretamos las situaciones o los hechos. Hay ocasiones en que es natural experimentar emociones negativas, ante una pérdida, un fracaso o una ofensa, por ejemplo. No creo que las reacciones negativas sean necesariamente anormales pero, cuando las reacciones emocionales y conductuales son extremas, fijas y repetitivas podrían reflejar perturbaciones psicológicas.
Lo que quiero decir es que nuestros pensamientos son, a menudo, distorsionados o producto de prejuicios y esto nos causa problemas. Creo que la realidad de cada uno de nosotros es consecuencia del modo en que percibimos lo que ocurre en el mundo, o sea, que algunas maneras de pensar conducen a trastornos psicológicos.
Por ejemplo, si pierdo el empleo no es lo mismo pensar "Tengo que buscar otro trabajo" a pensar "Nunca volverán a contratarme" La diferencia es tan abismal como seguir en el mundo o perderse en él. Nada más y nada menos.
martes, 14 de junio de 2011
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4 comentarios:
Por favor, Ms Taz, un clásico; "he aprobado" y "me han suspendido"
No hay mentes vírgenes ni inocentes. Lo que hay es gente prudente que busca no contaminarse mucho
... y gente, claro, que busca incrementar sus índices de polución, claro
O sea, lo de la botella medio llena y medio vacía.
Creo que las personas ya nacemos predispuestas a interpretar los acontecimientos de una forma u otra. No tiene nada que ver con nuestra inteligencia sino con el carácter.
Pero también creo que los que son un poco "nube negra", sí pueden cambiar y hacer esfuerzos por interpretar la realidad de forma positiva. Y aquí, sí creo que influye la inteligencia.
A veces me funciona; intento aprender a pensar, vivir y crecer y esto se consigue interactuando con todo aquello que nos rodea.
Interesante reflexión. “¿un comportamiento más convencional?” Creo que sólo sirve para caber en un patrón que, a menudo, no es siquiera de nuestra talla. Iría incluso más allá, sólo corresponde a un engaño para ocultar cómo somos realmente. Existen maestros del disfraz pero tampoco se puede uno sustraer completamente puesto que en alguna medida, siempre somos prisioneros de ellos.
¿Cuándo no hay que renunciar? No sé ustedes pero a lo largo de mi vida he tenido que ir haciéndolo en todos lo ámbitos: afectivos, familiares, laborales etc. Se renuncia a unas cosas en función de otras que se quieren conservar o conseguir. ¡Putas disyuntivas! (con perdón).
Creo que la genética juega un papel capital en nuestras vidas (por no decir que juega directamente con nosotros) y determina nuestro carácter y sus matices (aquí se me adelantó Ms Louella). Y así su amalgama, hará que unos veamos la botella medio llena y otros medio vacía.
Ya saben que uno es un poco simple.
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