¿Las personas famosas que hacen anuncios en televisión realmente utilizan los productos que anuncian? ¿Verdasco lava su pelo con H&S? ¿Carmen Machi toma siempre esos yogures? ¿Fernando Alonso conduce de verdad el automóvil que anuncia? Aunque no tengo la menor idea, supongamos que sí, que en efecto los utilizan. En caso de preguntar a esos famosos por qué anuncian esos productos, ¿Qué responderían? ¿Y qué nos dirían sus respuestas acerca de lo mucho o lo poco que se conocen a si mismos?
Tendemos a atribuir nuestra propia conducta, mucho más que la conducta ajena, a causas externas. Esta tendencia probablemente se debe a que disponemos de más información cuando se trata de nosotros mismos. Atribuimos nuestros éxitos a causas internas y nuestros fracasos a causas externas, pero hacemos lo contrario tratándose de otras personas. NRQ nos traía un clásico el otro día ¿recuerdan? "he aprobado vs me han suspendido"
¿Somos de verdad tan capullos"
lunes, 20 de junio de 2011
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6 comentarios:
Kevin Roberts comentaba que le encantaba usar H&S porque era una marca a la que tenía mucho cariño y con la que sentía mucho compromiso... y es calvo!!! No creo que Vedasco tenga más compromiso con el chanpú de Procter más allá del ingreso de pasta en la cuenta corriente. El publicista tampoco anduvo muy fino al identificar "precisión" con colocar los cubiertos en la mesa; para mí que es más "compulsión" u "obsesión"... vamos, un trastorno.
Pero el segundo párrafo es más interesante porque nunca he sabido si somos flojos o combatimos en demasiados frentes sin poder acometerlos todos, con lo que, antes de aceptar una incapacidad, buscamos justificación mediante elementos externos. Si somos flojos y no nos gusta, bueno, los interesados, por favor, sitúense en la cola de la izquierda, que vamos a reprenderles por su comportamiento y a darles el primer baño de voluntad.
Si los frentes son muchos, posiblemente no tengamos una técnica bien definida para acometerlos (o puede que, en parte, seamos flojos).
No hay, que no hay, gurús que te disciplinen en virtud de místicos pactos con tu entorno y tu mejor psicólogo siempre es el que no te arropa. A partir de aquí todo es disciplina.
Tengo una historia por ahí de cómo la autocomplacencia y la búsqueda de lástima te puede alejar, pero no la tengo bien construída en oraciones.
Cierto que Verdasco refleja con los cubiertos un TOC que con los años se acentuará.
“Esta tendencia probablemente se debe a que disponemos de más información cuando se trata de nosotros mismos”
¿Ud. cree Ms. Tasmania? No tengo muy clara esta afirmación, me da la impresión de que la mayor parte de las personas hacemos pocos ejercicios de reflexión y asunción de responsabilidades.
De vez en cuando es saludable mirar para adentro.
Sí los hacemos, Mr Avenger. Al menos tanto como para adoptar una de estas dos actitudes:
a) hacer deBrief de lo que hemos hecho bien y mal para autocriticarnos y buscar mejors
b) exculparnos y lanzar la responsabilidad al otro
Si ya lo dice el profesor Rodríguez Braun, doña Tasmania: "El mejor amigo del hombre es el chivo expiatorio".
Lo que probablemente no incluya que, para algunos, el chivo expiatorio es la otra mitad de su yo. Pero sucede, sucede...
Realmente esas son las dos opciones, aunque creo que la segunda sale a bocajarro: ¡yo no he sido! sin reflexión alguna (en muchos casos), es casi como una muletilla.
Mi piedad, adornada con ribetes de hastío, va hacia los que se sienten siempre y pase lo que pase, culpables.
No por débiles. No por pesados. O incomprendidos. Puede que, a veces, me haya sentido así. Puede que crea que (casi) todos -en algún instante de debilidad- podemos sentirnos a un paso de encontrar que, como el "sucker" de una partida de póker al que si no has localizado en los primeros quince segundos es que el "sucker" o mamonazo, vulgo pardillo, eres tú, nos precipitemos en los abismos culpables. Pues bien, siempre hay gente proclive a encontra la clave oculta que les señala como culpables, como instigadores, como elemento picante de la salsa que dinamiza la úlcera hasta convertirla en cáncer devorador.
"Soy culpable" es el lema de muchos. No tiene por qué ser cierto. Sencillamente, no tiene por qué ser definitivo.
Y, tras tanta tontería, disfruten esta otra chorrada, de divertida letra...
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