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jueves, 9 de junio de 2011

lista

Si tuviera quye decir cosas que no había en el año de mi nacimiento, pero que ahora no sabría vivir sin, estarían;
Internet; salva colas en organismos públicos y permite poder argumentar con datos y hechos sin necesidad de llegar a tu casa y abrir una enciclopedia de treinta años atrás.
Correo electrónico; Dejo el recado ahí y a lo largo del día se lee. Me encanta ver cómo el correo ha dado argumentos a toda aquella gente que le mola autojustificarse; "esto ya lo puse yo en un correo"
El airbag… digo yo, por ahora (toc-toc), no me ha saltado nunca.
El iPod; ¿y cuando te ibas de viaje y sólo tenías una cinta para el walkman? Hay lugares de Francia que la única banda sonora que le pegan son las canciones de The Works de Queen.
¿Se imaginan volver a tener dos canales y que uno de ellos empezara a las 5 de la tarde?
¿Facebook y twitter? Bueno, sí, bien, pero… tampoco me matan. Prefiero twitter y porque es como una alarma para estar atento a cosas nuevas.
Counting Crows, James Yuill y El Ala Oeste. En serio; Los Pecos son malos, Status Quo un bluff y Los Hombres de Harrelson… ¿han probado a verlo ahora?


Pausa dramática; Excel y Power Point (y porque no han probado Keynote). En serio ¿cómo maduraban antes las decisiones? ¡Con un, Excel Roosevelt hubiera visto el fin de la Segunda Guerra Mundial!


… y si fuera Leire-Pajínista habría puesto la democracia en el principio de la lista. Pero no soy ella. Me gusta mucho la democracia y los sistemas democráticos, aunque la nuestra no está entre los modelos más efectivos, pero para mí no es algo barato que utilizar como gag. Hablar de verdad de democracia es una gran conversación para grandes hombres, no para aquellos que buscan un titular o una etiqueta.


En cambio tardo igual, 6 horas, en llegar a NY. Ahora, eso sí, puedo optar a ver varias películas, series, documentales… y no dos películas que el comandante del avión quiera… aunque no en todos los vuelos.
Y en NY... bueno, Savoy, Pastis, el Meat Packing, la terraza del Gransvort, la camarera encantadora del Pitti (es que no reservan) y McNally - Jackson.


Lego no ha dejado de sorprenderme y, cada vez que paso delante de una tienda de juguetes siento la tentación de comprar una caja, de lo que sea. Sus muñecos son un monumento de diseño.


Para finalizar recuerdo vivamente los viernes por la noche en casa de mi tío Felipe y cómo estábamos frente a la TV viendo La Clave; siempre he lamentado no haber tenido más años para poder entender el programa.
... ¡ah, y Lou Grant!

15 comentarios:

Tasmania dijo...

Uy!! y muchas cosas más N.

El IPOD dices, fíjate que cuando era una niña soñaba con que se inventara algo que me permitiera moverme por la casa y seguir escuchando música sin molestar a los demás, con cascos claro...cosas de familias numerosas.

El walkman fue, para mí, el invento del siglo.

Artanis dijo...

El walkman...

Dña. Tasmania... ¿puede aclararnos la leyenda urbana de que hubo "festa rachada" en Maguncia, cuando Guttenberg imprimió el primer ejemoplar de La Biblia y que vd. ya soñaba con el boli Bic...?

No hay nada como un testimonio de primera mano...

Uno, que arregla zapatos dijo...

¿Y qué me dice de la fotofrafía digital, Don NRQ? ¿Recuerda cuando había que esperar casi hasta una semana para ver el carrete que había hecho, cruzando los dedos para que no se extraviase en el centro de revelado?


[tendría que hacer otra entrada que tratase de todas las cosas que ya no existen y que, para bien o para mal, echamos de menos. Verbi gratia: el gasolinero que nos daba la lata en los 70 con echar "una latita de aditivo "Wynns" para que el coche consumiera menos…]

Flops!!! dijo...

Cierto que la lista es más amplia, pero celebro que no haya incluido en ella el teléfono móvil. ¡Te llamé y no has contestado! ¿A qué esa obligatoriedad de estar en todo momento a disposición de cualquiera que marque tu número?

Mi vástago menor tenía pasión por los LEGO; abrías el mueble bar –o cualquier armario- y te encontrabas una escena perfectamente estructurada, hasta el más mínimo detalle, ya fuera urbana o campestre . Lo peor, que no te dejaba interactuar, eran suyos.

Lou Grant, vaya tiempos…los dos únicos canales tenían cierta ventaja: permitían las relaciones con los compañeros de barrio, las tardes de bicicleta o los partidos en la calle.

Louella Parsons dijo...

Yo pondría en primer lugar de mi lista Internet y me asombra que todavía haya gente que nuestro entorno, edad, estudios, que sólo utilice Internet en su lugar de trabajo y luego se va a su casa (y no tiene ni un portátil) no tengan ninguna necesidad de seguir curioseando o investigando en Internet.
(Y si les cuento que mi madre todavía busca un número de teléfono en ¡la guía de Teléfonos!)

Ayer una amiga me invitó a una presentación de cruceros de lujo, lo más top, luxury que actualmente existe (Artanis, usted fue una vez a un crucero,¿ no?). El caso es que me imaginaba una presentación Power Point, con vistas del barco por dentro, de las suites, de los restaurantes…..No hubo nada de eso. Fue exclusivamente un speech de duración suficiente para no aburrir pero tan bien estructurado que todos nos hicimos una idea de lo que era el lujo en un barco de esos. (Había alguna pega en la presentación pero no afecta a lo de las nuevas tecnologías de las que hablamos)

La canción triste de Hill Street, buenísima.

Y estoy con The Toxic…..¿por qué hay que estar a disposición de todo el mundo que marque tu número de móvil?

Nrq dijo...

Ms Parsons, Mr Avenger; había una publicidad de una operadora de móvil que decía "¿te acuerdas de cuándo llamabas a un sitio y no a una persona?".

Yapoco dijo...

Internet fundamentalmente, pues sin él, el gps, el libro electrónico, el mp3, o la fotografía digital no serían lo mismo.
Te juntabas con unos amigos, se hacían unas fotos...y con suerte en tres meses te pasaban alguna de ellas, mientras tú aún no habías acabado tu carrete de 36.
Te dejaban unos pocos lp, y entusiasmado dedicabas toda una tarde a grabar tus canciones preferidas en un casette para oír en el coche.
Salías con la bici de montaña y ya podías haber empollado bien la ruta en la cabeza o llevar chuletas con las indicaciones necesarias para no acabar perdido por el monte.

No sé si con los ninis todo esto acabará, pero anda que no parten con ventaja.


El bote de wynns aún existe y está en vigencia; quien no lo está es el gasolinero, pues ahora apenas se mueve de la caja registradora.

Anónimo dijo...

Por lo general no añoro nada de antaño, quizás la "canción triste de Hill street". Me encanta el presente y mirar al futuro, si bien no por por ello he perdido intimidad. Con ello quiero decir que yo soy de aquéllos que en cuanto cierro del despacho no vuelvo a abrirl el internet hasta que me reincorpore al trabaj, ya sea durante el fin de semana o durante todas las vacaciones.
Si tengo a mi familia conmigo ni siquiera recurro al móvil. El año pasado tuve la inmensa suerte de perderlo el primer día de mi estancia veraniega.
La intimidad es para mí de gran valor y me ahogo con el sentimiento de que alguien pudiese creerse con derecho a poderme localizar a todas horas o pedirme cuentas por no haber respondido a no sé qué mensajes escritos en ese aparitillo que utilizan cada vez más los pasajeros de los transportes públicos y los viandantes, olvidándose de contemplar y aprehender su entorno.
En mi caso tengo una necesidad creciente de prescindir de las pantallas y aún disfrutando mucho de la existencia de todas las posibilidades actuales, me refugio a menudo en mi intimidad.

Uno, que arregla zapatos dijo...

El teléfono móvil y la disponibilidad…

¿Recuerdan cuándo los ejecutivos desactivaban el "busca*" para que no pudieran localizarles?



(el busca viene a ser como el neandertal del móvil actual)

Nrq dijo...

Mr Uno;

anda que no choca ver películas en las que a un personaje le llaman por el busca y devuelve la llamada.

El busca no me tocó ni tangencialmente, además

Uno, que arregla zapatos dijo...

Cuando les pusieron "busca" a los servicios de mensajería había que padecer siempre al "mensa" de turno que, tras entregarte tu envío, siempre te obsequiaba con la pregunta "¿puedo utilizar el teléfono para hacer una llamada, por favor?". La llamada en cuestión era para planificar las próximas entregas.

Eran los tiempos en que no existía la tarifa plana de telefonía fija…


(por cierto: qué tiempos en los que las llamadas telefónicas te costaban de acuerdo a diferentes tarifas: locales, provinciales, nacionales…)

Nrq dijo...

Y eso también va a cambiar, con el correo en el móvil, Whatsapp, llamadas sobre IP... ¿alguien echa de menos el disco del teléfono de baquelita?

Flops!!! dijo...

Hermoso ejemplar -tanto el de sobremesa como el de pared- con sus estrías en el lomo y aquel curioso sonido que emitía el auricular cuando el disco regresaba a su posición original y ¡como no! el cable forrado de tela. Conozco a un nostálgico que lo conserva.

Louella Parsons dijo...

¿quién viajaba antes al Caribe, hacía un crucero, cogía un avión o iba a NY? Pues cuatro ricos.

Ahora lo exclusivo es refugiarte en un lugar rural donde todos los lugareños se han ido a la ciudad a trabajar para poder ir de vacaciones al Caribe.


¿Y cuando llamar a otra provincia era poner una conferencia?

Yapoco dijo...

Cuando en una llamada interprovincial en horario laboral de mañana el minuto salía por más de ¡50 pesetas! (año 1989, por ejemplo), impuestos no incluidos. Y en horario barato entre 10 y 20 pesetas, creo recordar.