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viernes, 7 de enero de 2011

etapas

Ayer Obama nombró a Bill Daley su nuevo Chief of Staff tras la salida de Emanuel para optar a la alcaldía de Chicago y la interinidad de Rouse. Como ya comenté en la Zodiac, la salida de Emanuel se produce un mes antes de las pasadas elecciones de noviembre y, desde mi punto de vista, como señal del Presidente hacia un nuevo Congreso aún por elegir, pero del que no se tenían muchas esperanzas respecto a lo favorable para los demócratas que fuera a resultar.
La salida de Emanuel, Axelrod, Summers (ambos se marcharán en breve), o la recién anunciada de Gibbs para liderar la reelección, son movimientos hacia un entendimiento bipartidista. De hecho, sobre el secretario de prensa Gibbs, comentan en D.C. que ha pasado dos años siendo un tipo amable, simpático y cernano a los medios, pero que vuelve a sus fueros de perro de presa, dispuesto a arrasar a nivel de comunicación con cualquier posible obstáculo que pudiera impedir la permanencia de su jefe en el Despacho Oval. Es decir, sale del Ala Oeste toda la significación que contrastaba con ocho años de gobierno republicano y que prometía un cambio en América para que, presumiblemente, dejen hueco a un destacamento de profesionales de los negocios y de la política insider de Washington. La Casa Blanca se hace puramente operativa y su máxima va a ser la eficiencia; obtener el mayor rédito con el menor riesgo. ¿Acaso creo que Emanuel y sus chicos no son eficientes? No, creo que eran buenos. Pero es que ahora tocan dos años de obtener resultados y no cabrear mucho a los liberales o a los republicanos moderados que pueden hartarse del Tea Party en breve, y para esto es mejor estrategia sacar cosas adelante sin liarse mucho en disputas ideológicas.


Total, que tras tres meses de barbecho con Rouse para ver en lontananza qué va a pasar, llega Bill Daley, un alto ejecutivo de JPMorgan Chase, firma dónde cobra hasta 5 millones de dólares al año por ser responsable de la supervisión que el lobby del banco hace en la capital federal. También es miembro de la junta directiva de Boeing y de Abbott Laboratories. Daley, además, es miembro de una saga que es a Chicago casi como los Kennedy a Boston; su padre fue el Gran Alcalde de la ciudad, el histórico, y su hermano mayor el alcalde saliente en febrero. Según todos los indicios,  pues, Obama necesita desapegarse de alguna manera de las alas más políticas y centrarse en la vía cercana a la economía e influencia corporativa y Daley tiene ambos perfiles, porque le hicieron alto directivo de Chase debido a su etapa anterior como político, de la que atesora cargos como dirección de campañas y una secretaría de comercio con Clinton. Por supuesto que ya se han alzado voces para denunciar lo apegado del nuevo Jefe de Gabinete a ciertos intereses comerciales, lo que le invalidaría éticamente para el cargo, pero la elección está hecha a sabiendas de estas protestas.


Si quieren lo miramos con detenimiento y vemos qué hicieron los anteriores presidentes de cara a la reelección, pero esa carrera ya ha comenzado y a Obama le interesa recuperar ya un terreno de influencias financiera y empresarial y, en seis u ocho meses, empezar a trabajar el electorado ahora que el único candidato declarado para las elecciones del 2012 es él. Si no, no llega.

2 comentarios:

Tasmania dijo...

Parece que Obama sabe bien lo que hace. Daley atesora un perfil extraordinario, encaja como un guante en la nueva situación de BO, nueva política interna de la WH y nuevas relaciones con el Congreso de representantes y corporaciones.

Echaremos de menos a Enmanuel, el gran enforcer, pero será un gran Alcalde de Chicago, sin duda.

Louella Parsons dijo...

La ideología ni organiza ni gestiona bien y muchas veces tienen que venir los gestores a sacar del atolladero a un Presidente

Interesante la nueva etapa hasta 2012 a base de procurar el diálogo y los acuerdos bipartidistas pero, por de pronto, los republicanos ya han exigido a Obama que retire la nueva agenda medioambiental que incluye medidas para reducir la emisión de gases con efecto invernadero.