Aunque quepa cuestionar la ausencia de violencia en el movimiento feminista es cierto, sin embargo, que esa violencia es muy diferente de la que ha acompañado a los procesos revolucionarios al uso. La diferencia más notable es que, mientras en las revoluciones conocidas la violencia es la que habitualmente aplican los revolucionarios a quienes se les oponen, en el caso del feminismo, la violencia es la que las propias mujeres sufren.
De hecho, las feministas que postulan un modelo revolucionario para el logro de sus objetivos, nada dicen respecto a que éste haya de alcanzarse mediante el empleo de la violencia sino a través de la acción política organizada en las sociedades democráticas. Así, los postulados revolucionarios de Firestone son tan radicales que cuesta imaginar un mundo en el que en verdad pudieran llevarse a cabo:
1.- La liberación de las mujeres de la tiranía de la reproducción biológica por cualquier medio y la difusión de la concepción y la crianza de los niños a toda la sociedad, hombres y mujeres.
2.- La plena autodeterminación, incluida de la independencia económica, de las mujeres y los niños.
3.- La integración total de las mujeres y los niños en todos los aspectos del conjunto de la sociedad.
4.- La libertad de todas las mujeres y niños para hacer lo que quieran sexualmente.
Sin embargo, nada dice la autora respecto al empleo de la violencia para alcanzar cambios tan radicales en la organización de la sociedad. En realidad, sólo en una ocasión reciente se ha postulado el recurso a la violencia para hacer avanzar la causa del feminismo. Así lo hizo Valerie Solanas quien, predicando con el ejemplo, atentó gravemente en 1968 contra la vida de Andy Warhol. Poco después de tal intento de asesinato, se publicó el principal manifiesto que Solanas había escrito con anterioridad y en el que literalmente pedía castrar a todos los hombres.
En política es difícil diferenciar los desequilibrios mentales de las reivindicaciones programáticas o es difícil corregirlas si se advierten. Probablemente la historia de Europa sería distinta si alguien hubiera encerrado a Hitler en un hospital psiquiátrico en lugar de en la cárcel a raíz del fracasado golpe de Munich.
sábado, 2 de abril de 2011
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6 comentarios:
Diversos textos de ciencia-ficción plantean la posibilidad de cambiar la Historia, a base de modificar pequeños, casi inapreciables detalles, que con un efecto mariposa, provocan trascendentes cambios (por ejemplo, "El Fin de la Eternidad" de Asimov, que ya cité en alguna ocasión).
Así que podemos crerer que la II GM se hubiera abortado con el encierro en el Turuting Center local del joven Adolfo. Aunque el magma de las cicatrices, ofensas y tratados que quedaron desde el fin de la IGM, puede que hubiera seguido ebullendo hasta la llegada de otro, más o menos alterado.
Eso no implica que los seis millones de judíos hubieran resultado exterminados, o tantas vidas consumidas en la pira bélica. Pero hay individuos y colectivos que parecen destinados (u obtusos, recalcitrantes en su terquedad) a correr hacia el abismo. Puede que ellos no vean el abismo, sino una paradisíaca playa, pero...
Cuando uno ve una playa y no un abismo, cualquier opción termina por resultarle válida. Pocos son los que desde medios de comunicación (MMCC, por usar el estilo tasmánico) apoyan abiertamente la eliminación de Gadaffi (y sus hijos, añado, como buen romano).
Hace falta una profunda determinación -con la que no se puede estar siempre de acuerdo- para rechazar siempre y sin reparos, la violencia. Tomémosla como lo que es, una herramienta que forma parte de nuestra naturaleza. Domeñada, pero comprensible. Como una bestia en un zoo. La llave en nuestro bolsillo.
Como ya he comentado en otra ocasión en este foro, no estoy en contra de la violencia, creo que forma parte de nosotros mismos, como un brazo o una pierna; sin embargo, no defiendo en absoluto su uso de forma gratuita o abusiva como, por desgracia, estamos habituados a vivir y percibir.
Al hacer referencia a la violencia padecida por las mujeres, Ms Tasmania, entiendo que se refiere, exclusivamente, a la variedad de violencia física; ya que en cuestiones de violencia verbal, su género se maneja holgadamente, así como en aquellos episodios en los que se requiere una buena labor de zapa desde la sombra...pasando un poco de puntillas por aquellos episodios en los que, las féminas, han sido irremisiblemente el eje motor de dichos procesos.
Creo, no obstante, que la violencia que las mujeres generan es debido al miedo que sus aptitudes e inteligencia producen.
El movimiento feminista las ha colocado en el lugar que ocupan hoy pero en algún cruce de caminos se perdieron y su norte se desdibujó. A partir de ahí, en lugar de reclamar su posición en la sociedad como hembras, han querido reclamar una ubicación que, por genética, no les corresponde.
En cuanto a la defensa de la libertad sexual de los niños, así a bocajarro y sin matices, resulta tan absurda como irrisoria...sin comentarios.
Casualmente, vimos ayer la película "Antes del amanecer", de Richard Linklater. En ella, la protagonista francesa Julie Delpy (deliciosa promesa en "La pasión Beatriz") le dice al chico ligado en el tren, en un momento dado: "El feminismo es un invento del machismo, para que un puñado de machistas tengan más mujeres que repartirse; por eso dicen sus defensores que las mujeres feministas tienen que ser más libres, no comprometerse con nadie y así estar más disponibles siempre".
Por otro lado, creo que ha sido el mismo Zapatiesto quien hoy ha afirmado que "el Psoe es un partido femenino". Obvio, ser de izquierdas es de niñas y ser de derechas es de tíos fachas y machistas asquerosos. Es el mensaje reduccionista pero veraZ que mejor funciona hoy en día, desde que sale de los megáfonos del llamado "Nuevo Orden Mundial", bien concebido en su día por la CÍA, principal muñidora del feminismo, conocido también como "feminazismo".
Además, me atrevo a aportar un nuevo elemento de discusión: hablar de este tema (el feminismo, en sus variantes actuales, que personalmente sufro en mi curre incluso con disposiciones legales absolutamente discriminatorias) es cuestión femenina. Los hombres no hablamos ni escribimos de ello. Hablamos de fútbol, motos, portátiles, juegos, pero nunca de feminismo. En todo caso, algunos abyectos lameculos pagafantas del poder, sí que hablan de tal, pero haciendo uso de su condición de gusanos.
Y sí, es cierto: la violencia psíquica de las mujeres, lejos de ser un recurrente y literario lugar común, es una verdad como una Catedral. Hay mucha violencia femenina misógina de las propias mujeres, que no cuenta "porque ella lo vale" y, sobre todo, una incontenible violencia subrepticia y emocional (y física, of course) contra el hombre, simplemente para explotar impúdicamente cierta cualidad de egoístas, eugenésica y eminentemente femenina, en un momento político que utiliza a la mujer como reclamo. Necesario para la izquierda, ya que la caída del muro la dejó sin argumentos. Y también el Banco necesita pillar de la mujer, ya que los precios fueron hiperinflados, precisamente por la misma izquierda.
Vaya... pues la hembra que lo parió, estimado Vengador ¡¡¡
Sin embargo, voy a reconocerle una verdad como un puño, las mujeres podemos ser muy crueles y somos muy capaces de mantener esa crueldad a lo largo de toda nuestra vida. Es lo que tiene la tenacidad, para lo bueno y para lo malo...
Pero ¿Se han preguntado alguna vez por qué las mujeres nos sentimos atrapadas por ustedes, los hombres? Es como si nos tiraran del brazo, unos hacia un lado, otros hacia el contrario.
Macho, hombre, tío, sujeto, pavo, varón etc, son expresiones que, salvo matices de contexto, no ofenden a ningún "ente" del género masculino.
Mujer, tía, fémina, pava, hembra...tienen (o deberían tener) aplicada la excepción antedicha, las mismas connotaciones que para nuestro sexo.
Creo, modestamente, que es éste uno de los cruces de caminos en los que las feministas se perdieron.
Me reconforta saber que es sólo en los matices en lo que discrepa. Así que no tengo ningún prurito en cambiar el sustantivo, puesto que, única y exclusivamente, lo he utilizado para no repetirme.
En cuanto a su pregunta, prometo responderla si usted resuelve satisfactoriamente mi duda: ¿Porqué los hombres estamos atrapados por ustedes, las mujeres?
Una de las cosas que las mujeres han asumido en este grotesco giro a la izquierda donde verdaderamente no saben ni donde están de pie es en la "delación" o el vicio del chivateo, que ningún código moral o de honor parece haberles proscrito históricamente.
Ya no solo la execrable incitación al chivateo de la Pajín de principios de año: lo veo constantemente en el trabajo, amistades y en la familia. Con el daño que ello acarrea. Chivarse es muy femenino, muy de Zapatero...
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