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domingo, 28 de noviembre de 2010

Anna, la plata y el oro

Anna era hija de Sigmund. Ella siguió los pasos de su padre, cuya teoría sobre la personalidad enriqueció con importantes aportaciones. Por alguna razón, la ansiedad y la proteccción tuvieron un papel preponderante en el trabajo de los Freud sobre la personalidad. Una se queda con la curiosidad de saber en qué clase de hogar creció Anna. Me la imagino llegando a su casa con una mala nota en el examen final de historia, ciencia y profesión, por ejemplo, o en el de psicobiología...

¿Cómo pudo responder mal esa pregunta sobre el ello, el yo y el superyó? Quizás estaba demasiado ocupada pensando en los mecanismos de defensa. En su práctica psicoterapéutica, Anna aplicó gran parte de la teoría de su padre a la solución de problemas infantiles. Sus aportaciones ampliaron el trabajo teórico de Sigmund. Aunque la mayoría de la gente nunca ha oído hablar de ella, Anna Freud heredó el don de su padre de entender y explicar la personalidad humana.

Y me interesan especialmente sus estudios sobre los mecanismos de defensa. La ansiedad y el conflicto afectan nuestras interacciones con el mundo. Compartir la oficina, la habitación y el armario, tener deudas a tutiplén... son ejemplos de los conflictos que enfrentamos todos los días. Las aportaciones de los Freud han ayudado a comprender que nuestra personalidad se ve reflejada en los mecanismos con que solemos afrontar las dificultades de la vida. Sería un error suponer que defendernos desde el punto de vista psicológico es un comportamiento negativo. Muy al contrario, es fundamental para nuestra supervivencia. Nuestras defensas nos protegen e impiden que nos sintamos abrumados.

Sin ellas, todos terminaríamos con un colapso nervioso ¿no creen?

Y ahora, si me permiten, una preguntita (la que me ha revuelto hoy la cabeza y me ha llevado a pensar en todo esto):

¿Creen ustedes que la medalla de plata es la única que te entregan por perder?

5 comentarios:

Noumenadas dijo...

Otra pregunta-trampa... y en domingo. Habrá que tomárselo con filosofía.

No, Tasmania. También suelen entregar mucho la de oro, por perder.

Hace poco, al juez Bermúdez; hace más, a Barceló. No hablemos del Cine y de la Fotografía, donde todos los perdedores son los que se alzan con las medallas de oro. A Garzón, por perder, yo no sé cuántas medallas de oro le han concedido, como a González. Y a Zapatiesto -no lo olvidemos- no paran de concederle medallas de oro, desde el 11-M, desde el Financial Times, desde el G-20, desde la cancillería alemana de Merkel, etc. Por ejemplo, es notable la medalla de oro que le acaban de otorgar, por ser el primero de los "pigs" (Portugal, Italia, Grecia, Spain). Él mismo hizo honor a su medalla de oro cuando habló de que íbamos a adelantar a Francia y todo.

Obama también le concedió la medalla de oro del día de la oración deuteronómica.

Y, a mi alrededor, constantemente veo a gilipollas integrales enseñando sus medallas de oro; en el trabajo, sobre todo, donde rige el principio de Peter, por el cual, todos los inútiles e inútilas están encaramados en lo más alto.

Sobre los mecanismos de defensa te diré algo, mi querida Tasmania. Creo que la mejor defensa siempre es un buen ataque, como el de Robert de Niro en Taxi driver, si nos lo tomamos como una alegoría de la triste realidad. De nada sirve ir esquivando. La gente debe saber quién es el malo y quién es el bueno, como en las pelis. Y actuar en consecuencia.

Unknown dijo...

Como buena gallega que es usted, Tasmania, termina su post con una pregunta; y como buena Tasmania que es usted, con una pregunta críptica. No creo que a los ciudadanos de a pie nos entreguen ninguna medalla, de cualquier metal u otro material, porque nuestras vidas se mueven fuera de cualquier protocolo, y mucho menos por perder lo que nunca hemos ganado: la popularidad que no disfrutamos ni padecemos (gran alivio)los seres anónimos que no tenemos calles dedicadas pero disfrutamos, como seres libres, de todo el callejero del mundo mundial.
Recuerdo una "medalla" que me concedieron en una playa por ser el primero en nadar hacia un muchacho que era arrastrado por la corriente y no podía salir. Después de mi "hazaña" se tiraron dos hombres más y entre los cuatro logramos salir del agua. Cuando estábamos en la arena la gente me rodeó mientras me aplaudían, y yo les recordé que no era el único, que había dos más sin los cuales probablemente no hubieramos logrado salir: Sí, pero tú has tenido los co..... de tomar la iniciativa...Un medallazo.
Los mecanismos de defensa los utilizamos todos porque nadie soporta su debilidad frente al ataque al que constantemente nos vemos sometidos, incluso a nuestra propia autocrítica tan demoledora. Pero...Pregunto:
¿Somos conscientes de los mecanismos autodefensivos que utilizamos y por qué los utilizamos?

Artanis dijo...

Ha traído vd. Dña. Tasmania, una de esas paradojas -sencillas, a mi nivel, casi un chascarrillo- que se me quedó grabada desde la primera vez que la oí.

La plata, te la dan cuando pierdes. Cierto. Es como la gran broma oculta en el chiste del masoquista y el sádico (cuánta catgoría freudiana...) que están a punto de iniciar una relación sexual.*

¿El ganador de la plata se siente superior al de bronce? Puede ser. debe ser, dicta la lógica y aún así... ¿lamenta la oportunidad perdida? ¿Se siente, tan solo, consolado? ¿Segundón? ¿Ha de hacer el noble ejercicio de acomodarse a ser "lo mejor después de"?

Anna, siempre oculta por la sombra del padre; los hijos actores de los actores veteranos; Amis hijo, contra Amis padre... Y, a la vez ¿podría ser quien soy, quién he llegado a ser, quién podré llegara ser, sin mi padre?

Y si mi padre no está, y si no me crió o -como en la mayoría de los casos- no llegué a conocerle y tan solo en la madurez, con él ya desaparecido, comienzo solamente a intuirle...

De cualquier manera, déjeme decirle algo... hay algunas categorías en las que necesito llegar a esa medalla de plata. Sé que a la de oro no puedo, pero a la de plata... quizá tampoco, pero en algunos aspectos, cuando siento que mi espíritu no está del todo muerto, la ansío...

* El masoquista le dice al sádico "golpéame", a lo qe éste replica, secamente...

NO.

Tasmania dijo...

Muy gallego también Artanis ¿no te parece Jano? Pero también tu dejas preguntas sin respuesta.

No, no creo que seamos muy conscientes de nuestros mecanismos de defensa y es una pena porque nos delatan... Dicen mucho más de nosotros mismos, de cómo se conforma nuestra personalidad, quiénes somos, cómo padecemos y hasta dónde somos capaces de defendernos.

Y medallas muchas sí Juante pero están tan tan desprestigiadas que algunas ni las aceptaríamos ¿no crees?

Noumenadas dijo...

Esa es la clave, mi querida Tasmania. Prefiero un millón de veces departir con la limpiadora o la conserje de mi antro, que hacerlo con ese par de (melonas) que se han sacado el doctorado recientemente, con las artes que marca una legislación viciada y amañada por el rodillo.

Moralmente -lo que es peor- deja mucho que desear la mayoría de acreedores supuestos de esas medallas de oro. Porque las de natación o del mundial de fútbol no cuentan: son para juegos de los Reyes Magos.

¿Se creyó Obama su Nobel de la Paz?