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miércoles, 12 de enero de 2011

Cuestión de azar

En octubre de 1940 un editorial de The Times proclamaba que "no podía haberse predicho ninguna serie de acontecimientos más improbable" que la que llevó a Winston Churchill a liderar el Partido Conservador británico. ¿Pero qué era exactamente lo que intentaba transmitir el periódico a sus lectores al afirmar esto? No que la secuencia de acontecimientos fuera inexplicable. Al contrario: desde entonces, se han dedicado muchas páginas de historiografía y biografía a explicarla. Sin embargo, cuanto más detallada la narración, más claro tengo que The Times tenía razón.

¿Quién podía haber previsto en 1935, cuando se celebraron las últimas elecciones británicas antes de la guerra, que este político indómito y bebedor de sesenta años, marginado como estaba dentro de un partido al que había vuelto a unirse once años antes -después de haberlo abandonado hacía veinte- que había sido el segundo de un líder con quien estaba más enfrentado aún en la política exterior que en la interior?

Bueno, francamente, la sorprendente improbabilidad de la carrera de Churchill no es menos sorprendente que la de muchos otros... salvando las distancias, la del propio Presidente Zapatero, por ejemplo, o la de Bill Clinton, o la de Gengis Kan.

Lo que algunos consideran predestinación, inspiración divina... al observador independiente puede parecerle, sólo, una suerte extraordinaria. De acuerdo, pero... ¿qué es la suerte?

No, no quiero decir que la historia humana sea una larga partida de cartas, una cuestión de azar... pero algo tiene que ocurrir, alguien tenía que ser Primer Ministro en 1940.

Ahí les queda.

10 comentarios:

Nrq dijo...

Nota para Mr Gulliver (con el permiso de Ms Tasmania); le dejé esta mañana un post en la entrada de ayer que le puede interesar (y al resto también, claro) sobre Apple y la simplicidad

Nrq dijo...

Ms Tasmania;

Clinton era gobernador y apuntaba maneras tempranas, muy tempranas. ¿Acaso Obama que fue Senador sólo tres años? Creo que él también lo tenía muy claro y así lo mostró en su estrategia electoral

Noumenadas dijo...

Efectivamente, das en la diana, una vez más. A mí es algo que me descoloca, sinceramente. Y me inquieta. Porque efectivamente conozco casos personales que son de antología. La suerte, esa injusta y vil traidora que no pone a quien lo amerita en su sitio.

Debo estar así porque ni el saimaza puede con mi escepticismo.

Noumenadas dijo...

Gracias Mr. NRQ por la página TED, con la exhibición de David Pogues. Curioso que esté sponsorizada por Rolex, como el Concierto de Año Nuevo.

Me he reído, por no llorar. Porque son cosas de cajón.

Uno se pregunta: ¿Qué tipo de "suerte" es la que ha llevado al majareta de Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, a ser una especie de dios que maneja los hilos de más de 500 millones de criaturitas?. La gente se ha vuelto grillada del todo, digo.

Un perfecto "inadaptado social", como dice aquí: Demasiado "amables" con Facebook inventa el mayor despropósito humano de toda la Historia de la Humanidad y van los de Time (curiosa concomitancia con "The times") y lo nombran "hombre del año". ¡Tiene narices!

Mí no entender. Me reafirmo en lo dicho sobre la suerte: una canallada. Aunque sea a toro pasado, les dejo este enlace de la (no sospechosa de progre y quizás, por eso mismo) Cadena SER:

Más divorcios, gracias al Facebook

Noumenadas dijo...

Quizás más interesante, por universal, sea este otro enlace, que aparecía al lado del anterior (no se lo pierdan):

Perfil del afortunado actual

Habla sobre los siete pecados capitales que dan suerte a los tontos y a los locos y es un justo retrato de la generación actual de treintañeros (hasta la cincuentena de zETA y oBAMA).

¡Ah! Y permítanme un poco más de vara, con este refrán popular (que estoy lanzado, con el saimaza): "La suerte de la fea, la bonita la desea".

Louella Parsons dijo...

Querida Tas, estoy de acuerdo en que muchas veces el azar lleva a los políticos a nombramientos inesperados pero en el caso de Churchill, no creo que llegara a ser Primer Ministro por mera suerte.

Cuando Chamberlain dimitió, desbordado por la guerra (e incapaz de formar un gobierno de coalición con los laboristas), Churchill estaba dirigiendo toda la ofensiva de la Royal Navy contra los alemanes. Incluso había trasladado su domicilio al edificio del Almirantazgo.


De hecho, cuando asumió el gobierno británico dijo algo así como que su vida anterior había sido una preparación para afrontar aquellas circunstancias tan difíciles.

Claro que, otros, con una experiencia a base de corrillos en los pasillos del Congreso y sin apenas formación, sí han llegado a Presidentes y Ministros por carambolas y peloteos.

Gulliver dijo...

Lo que denominamos azar no es ni puede ser más que la causa ignorada de un efecto conocido (Voltaire)
...

Maese NRQ, muchas gracias por el enlace que me dejó en la anterior entrada. Muy interesante.

Artanis dijo...

A veces, nos podemos sentir tentados de aceptar la "explicación" mesiánica... el hombre adecuado en el momento adecuado, pero designado y emplazado como por una fuerza de la naturaleza o un ente superior. Mejor nos iría si aceptásemos, sencillamente, que existe un número de personas preparadas, de ideas claras y en disposición de liderar y que cuanto más extensa sea esa pléyade de preparados, de meritorio, mejor.

¡Ah la escasez, ese mal!

Noumenadas dijo...

Y, ya que lo cita en el post, querida Tasmania, necesitamos muchos hombres como Zapatero. Y mujeres como sus menestras (pero no como mi jefa). Que no es que sean de lo que no hay, ni que uno piense que tenemos lo que nos merecemos, que no. No se trata de eso. Sino de que con ellos y sus epígonos, la suerte está echada. Son todos los que están, incluído el Barceló: no hay duda.

Tasmania dijo...

Creo que la suerte tiene mucho que ver con la oportunidad, con la capacidad de tener una mirada larga sobre las cosas y las circunstancias, por lo tanto, de ser así, la suerte -en efecto- no existe.