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lunes, 3 de enero de 2011

leyes

Pues miren; yo no soy fumador. Es más nunca he intentado fumar ni probar a ver qué es. Es más, a mi madre, que sí lo es, mi hermano y yo le tirábamos cuando éramos pequeños los paquetes de cigarrillos por la ventana porque no queríamos que siguiera fumando. Y hoy, treinta y-no-les-digo cuántos años después no se puede fumar en bares, restaurantes y otros sitios de recreo. Y me gusta esa ley. Me gustó cuando se prohibió fumar en los cines, aviones y lugares de trabajo. Nunca pensé que debiera pagar por las decisiones ajenas y ya tengo bastante con la subidas de impuestos, tanto directos como indirectos. Me gustó dejar de entrar en sitios con el ambiente cargado y que se dejara de ensuciar con colillas, ceniza y humo y me va a gustar el no tener que poner lavadoras según llego de cenar con amigos.


Pero…


… no puedo evitar pensar que cada semana que avanza nos enfrentamos a un estado más intervencionista y más legislador. No cuestiono la ley antitabaco, pero esta ley es una regla más a añadir en una lista que hace al ciudadano más sospechoso. Por supuesto que la forma de evitar perjuicio ajeno es pensar en el otro. Y a esta conclusión se llega exclusivamente a través de la educación, con lo que, al no poder garantizar la efectividad de los métodos educativos (bueno, ni su aplicación) destinados a hacer de la convivencia un valor esencial, pues se tira de leyes que penen la violencia de género (aunque la semántica sea integrante, la comunicación se centra en la mujeres), que penen la mala conducción, que penen si no hay suficientes mujeres directivas… es decir, leyes que controlan la operativa diaria de cualquier ciudadano. Insisto; perfectamente evitables si la población estuviera adecuadamente educada, pero cada día la población está peor preparada y es menos respetuosa, porque no vamos a hablar de los videos de teléfono grabados por estudiantes de insitituto en los que profesores se quedan en calzoncillos porque el "acto heroico del día" era comprobar la holgura de los pantalones.


Pero… 


… lo que más me preocupa no es ya el intervencionismo, si no el usar al ciudadano como denunciante. Sé que pueden decirme que es sacar las cosas de quicio, pero judaizar en el siglo XVI era delito y se usaba a la población para denunciar ritos ocultos. Savonarola tiraba de niños para delatar a quién infligiera la ley de Dios y esta mañana la ministra de Sanidad ha animado a los españoles a denunciar. De hecho FACUA ha habilitado un formulario web de carácter anónimo… por no hablar de la Italia de Musolini o la Alemania de Hitlar mucho antes de que se conocieran los campos de concentración. Entonces también se animaba a denunciar. ¿Exagerado? De acuerdo, vayamos por la vía de la reducción al absurdo; ¿Por qué se anima a denunciar el tabaco y no las infracciones de tráfico? ¿Son distintas una y otra en algún aspecto ante el perjuicio y el riesgo ante la vida humana? Muy posiblemente las consecuencias inmediatas de las de tráfico sean más graves ¿Entonces?



... tendría su gracia una llamada al 112 para denunciar a un loco a 230 km/h por la carretera;
   - 112 ¿dígame?
   - llamo para decirle que hay un loco en la A-1 a 230 km/h en sentido Burgos, en el km 84!!!
   - Señor ¿desde dónde me llama?
   - Desde el coche, me acaba de adelantar!!!
   - Señor ¿sería tan amable de darme su nombre y matrícula? Está prohibido hablar por el móvil mientras se conduce

13 comentarios:

Tasmania dijo...

Genial N... en los tiempos que corren el absurdo es el pan nuestro de cada día.

Artanis dijo...

Pues yo, estimado D. Nrq, soy un fumador por placer. Escaso, como tantos placeres, me concedo -raramente cigarrillos- mas puritos, cigarros, alguna pipa... cuando busco algún estímulo o cuando busco lo mismo que en un razonablemente buen trago o buena comida, pese al colesterol o pese a quién pese...

Y eso, junto a sus propios enunciados, me preocupa... ¿prohibir los clubs de fumadores? ¿y las sociedades gastronómicas? ¿o las sociedades privadas solo para hombres o mujeres? ¿y cualquier clase de recinto privado en el que se mantengan actividades que alguien pueda declarar como insalubres?

Cada manjar que devoramos, licor que visita nuestro hígado, cada bronceado excesivo, cada... cada... pero es nuestra decisión y bastante tenemos con pelearlo con nosotros mismos, como para encima pelearlo con el Estado...

Por cierto, D. Nrq, que sepa que estuvo vd. en mi mente en la tarde de Fin de Año... vagando estaba yo por una de mis queridas tiendas de 2ª mano cuando pude adquirir dos pequeñas piezas para la biblioteca. Una, era una biografía de Robert McNamara (¡a algunos ya les cuesta recordar a Kissinger, como para recordar a McNamara...!), escrita por Henry Trewhitt y publicada por Dopesa en 1.972. Pregunta... ¿cómo se siente un pueblo teniendo con mando en plaza a un hombre, aunque capaz, que luce como segundo nombre "Strange"... Robert Strange McNamara?

Los nombres... les regalo el tema... ¿determinan el carácter? ¡Ay, cuando enuncian todo tu nombre, de corrido...!

Nrq dijo...

Absurdo... a veces creo que la lógica va a ser lo extraño.

Mr Artanis, no se han de prohibir los clubs de fumadores o las sociedades gastronómicas, pero no creo que, por respeto, no por ley, se deba fumar dónde no todo el mundo fuma al igual que es un sinsentido que los productos orgánicos sean caros y el McDonald's no. La pasta condiciona la alimentación y la alimentación la salud. Viendo el precio de los productos naturistas, entiendo que los vegetarianos vistan tan mal (SNOB, así soy yo).

Gracias por tenerme en sus pensamientos. El día de fin de año me acordé de usted y su Grinchismo. Le emplazo el próximo año a mi casa. EL Southern Comfort lo pongo yo

Louella Parsons dijo...

Creo que lo comenté el otro día. Hace años que dejé de fumar pero ultimamente me apetece mucho, echo mucho de menos el gesto de coger el pitillo, darle unas vueltitas con los dedos para soltar el tabaco y que tire mejor, encenderlo, echar el humo relajadamente....vamos todo el ritual.
Espero que sea pasajero.

Estoy de acuerdo en que cada vez hay más intervencionismo y, en el asunto del tabaco, creo que se les ha ido la mano (y que no me comparen con países más desarrollados que hacen lo mismo...).

¿Parque infantiles, espacios abiertos alrededor de hospitales y colegios, celebraciones privadas.....? Vamos, absurdo.

Me ha gustado lo que comenta don Artanis en que bastante tenemos con pelear con nosotros mismos como para que venga el Estado a decirnos lo que debemos hacer.

Y, por supuesto, lo más gordo es lo del ciudadano denunciante.

En su día me escandalicé con las oficinas de delación que existen en Cataluña contra aquellos que no cumplan normas tipo rotulación en catalán. Una práctica aprobada con un gobierno socialista en la Generalitat.

Lo absurdo también es que si un bar tiene un cartel de "Prohibido fumar" y un cliente fuma, ¿quién paga la multa? Además, si no hay denuncia ni por los clientes, ni por el dueño del bar...¿cómo se gestiona el asunto?

Jujope dijo...

Este es un país de locos y va a peor ("pedor", que diría el Herrera, mente preclaramente ubicua).

Todo tiene por aquí tintes surrealistas, como en "Amanece que no es poco", o en "Museo Coconut". Y así hay que tomárselo para no volvernos locos los pocos cuerdos (ser "coherente" en este país está penado moralmente), que quedamos.

Pero el fenómeno que me preocupa -lo digo como sinécdoque- es el de la turba increpando a los controladores (harto aireado por TVE y pelotas). Si hay algo que la socialdemocracia sabe hacer a las mil maravillas es crear grupos de opinión y delación homologados por su "pensamiento único".

Por ejemplo, donde yo curro, ahora existe el grupo de los que se la suda que Zarrapastroso les haya trincado 700 euros de la paga extra, a cada uno o una de sus integrantes. Y no puedes decir nada en contra, porque automáticamente te tachan de "facha" y de no se sabe cuántas lindezas más.

Y en esas estamos. Me preocupa el derrotero fascistoide que ha cogido este país.

candela dijo...

Suprimir un hábito placentero por decreto ley lleva irremisiblemente al estímulo de la delación.

Una cosa y la otra son lo mismo.

Y, por supuesto que no estoy a favor de que los no fumadores fumen con mi cigarro.

Estoy a favor de la libertad indispensable para que el propietario de un negocio privado pueda decidir si en su local se fuma o no. Y que los clientes decidan si entran o pasan de largo.

Los no fumadores deberían darse cuenta de lo que significa la Prohibición. (¡cuantas buenas pelis sobre la otra Prohibición, ¿verdad ARTANIS?)

Louella Parsons dijo...

Me estoy acordando de la serie Mad Men (creo que Artanis hizo algún comentario el otro día sobre ella) y de cómo fuman a todas horas y en todos los lugares.
Creo que por eso me apetece fumar, porque estoy volviendo a ver la serie. Es buenísima.

Artanis dijo...

Cierto, Dña. Candela...

Sin ir más lejos, mi preferida es "Los Violentos Años 20" (The Roaring Twenties) de Raoul Walsh, facilmente encontrable en DVD y que no solo refleja la Prohibición, sino también la crisis del 29 y sus efectos sociales.

Artanis dijo...

Dña. Louella...

Creo firmemente que entre los muchos valores que han puesto a "Mad Men" entre las series más vistas, está, en verdad, que satisface el imaginario de satisfaccioón de placeres más vedados... Fumar, beber (incluso en horario de oficina...), exhibirse pletóricos de atractivo, la fornicación, etc...

Louella Parsons dijo...

Estoy a favor de la libertad indispensable para que el propietario de un negocio privado pueda decidir si en su local se fuma o no. Y que los clientes decidan si entran o pasan de largo.

Este es el asunto, doña CANDELA. Incluso, la razón de que los camareros traguen el humo en su centro de trabajo es absurda. Uno puede tener un local pequeñito y no necesitar camareros o, simplemente que los camareros decidan si quieren o no trabajar ahí.

Se calcula que unos 10 millones de fumadores van a intentar dejar de fumar y lo conseguirán unos 3.

¿Compensará el gobierno los impuestos del tabaco que va a dejar de recaudar con los gastos de la Seguridad Social que se va a ahorrar por enfermedades asociadas al tabaquismo?
Porque, en el fondo, todo gira en torno a este asunto.

Tasmania dijo...

Pues en la tele acaban de darnos la cifra del día: 300 delaciones en 24 horas...

Nrq dijo...

300??
Corro a rezar para que no estalle una Guerra Civil en España y, si estalla, que me coja del lado de Leónidas

Louella Parsons dijo...

300 denuncias??

Yo ya me empiezo a preguntar, ¿a quién tengo por vecino?

El gobierno insta a denunciar en vez de a cumplir. Qué país.