Y echando un vistazo a los periódicos del día, voy y me enredo en algunas reflexiones...
En cambio, en los posmodernos la fe ideológica del individuo no es el resultado de una decisión de la voluntad, que eso exige un esfuerzo, sino el signo aparente con el que uno se presenta ante la comunidad social: una pegatina que uno se pone en la chaqueta, un periódico que se lleva en la mano, una emisora de radio que se escucha, unos lemas mediáticos que uno repite durante el día para ser sustituidos al siguiente.
Los valores que defienden, pues, los posmodernos carecen evidentemente de principio moral alguno puesto que son enteramente arbitrarios. Y es que en la posmodernidad, como se han fundido valores y principios, el hecho mismo de presentarse revestido con los lemas del día define una determinada posición ideológica. De este modo tan sencillo -y que no acarrea esfuerzo alguno- ya se "es", tan sólo repitiendo incansablemente los mantras tal como han sido difundidos por el sector de la máquina mediática con que uno desea identificarse. Esto ya constituye un principio moral en sí mismo.
Sin embargo, esa pretendida movilidad arbitraria de los principios, que en sí misma podría ser considerada progresista -frente al dogmatismo inmovilista de los conservadores- incluye una decisión absoluta de la voluntad, decisión que en la modernidad era de la voluntad del sujeto, mientras que en la posmodernidad es de la voluntad de la máquina comunicativa.
Esta voluntad mediática oculta una lógica binaria del sí o el no, del 1 o el 0, del dentro o fuera, del progresista o el conservador.
Enredada un domingo, un hermoso domingo... Me voy al jardín.
8 comentarios:
Es que cada vez más la información, el debate (?), la comunicación (?) se reducen más y más al mero intercambio de consignas eficaces, al modo de eslóganes publicitarios. Y en ese campo simplista la izquierda, creo, atiborrado su discurso de cargas seudoemocionales inmediatas y demagógicas, lleva casi siempre las de ganar. Curioso, porque he escrito algo parecido hoy a esto tuyo.
Saludos blogueros
Pues le visito, querido...
Creo que en España existe aún demasiado fanatismo ideológico. Otra cosa es que ciertas ideas se amolden o camuflen bajo lo politicamente correcto de cada momento.
En España haría falta más pragmatismo, del tipo del empirismo científico y menos ideología política y fanatismo. El debate político parece del siglo XIX.
Estamos en una sociedad tecnológica donde la economía es vital y la mayoría de la clase política tiene pocos conocimientos tecnológicos y de economía. Sólo dan vueltas a viejos y rancios temas mientras el país se arruina.
No se le da a la comunicación la importancia debida.
No obstante, son los sociatas y progrerío en general los que usan los medios a su antojo y saben como nadie convertir a sus borregos en manjar del perro de Paulov.
La derecha no se entera de la misa la media. Vive de sus instintos, pero nada más. Y hoy en día eso no es suficiente, pues los valores no venden; cayeron en desgracia, por el momento.
Por ejemplo. Esta misma mañana (y ayer) escuché unos gemidos radiofónicos de una despechada por el malvado Sos-stress. Al parecer, ese es el tema políticamente "correto" del "memento" progre. Pues nada, sin perjuicio de arrebatar a zopenco su exclusiva -restadora de votos peperos- voto también simbólicamente porque fusilen a ese lenguaraz al amanecer tras juicio republicano sumarísimo. Y no vale que se la dé de biempensante el chaval, ¿eh?. Que la logse la puso Rub por algo, para que hasta los mentideros fachosos se alineen convenientemente con lo políticamente "corruto".
¡¡Uf!! El terediario de TVE de hoy a las (s.o.s)tres ha sido como la segunda parte de "Sonrisas y lágrimas", con sus naZis y todo:
Niñas guapas convenciéndonos de la de pobres (sin solución de continuidad) que hay en el mundo.
¡Que enredadora es vd.!
Y yo, sin mi Finkielkraut a mano...
"Un par de botas, equivalente a Shakespeare."
Versión socialdemócrata... ¿y si lo que necesitamos en este momento es caminar (o arrimar el hombro, o ensuciarnos las togas o...)? ¿Se puede caminar con un pié en "El rey Lear" y otro en "Hamlet & Juliet" (o como se llamara, que no me acuerdo...)
Mr. Bucan, creo que ese fanatismo está vacío, No, no creo que sea ideología, al menos no cultura ideológica, no importa el fondo sino la forma...
¿Romeo and Juliet? No, seguro que tiene trampa...
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