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miércoles, 4 de agosto de 2010

Innovación, impacto y transferencia

En mayo de 2005, las mujeres de Kuwait ejercieron presión durante las elecciones utilizando de manera secreta sus Blackberry debajo de los burkas para enviar correos electrónicos de protesta a favor de su derecho al voto. Facebook y Rock the Vote (una organización sin ánimo de lucro que promueve la participación de jóvenes americanos en actividades de apoyo a la política) unieron fuerzas en 2006 para permitir a las jóvenes registrarse para ejercer el voto en Estados Unidos a través de la red social. La sociedad iraní convocó las protestas por la polémicas elecciones del verano de 2009 a través de Twitter.

Está clara la influencia de las redes sociales en el modo en el que la comunidad global interactúa y el impacto que provoca en su entorno. Y si no existe todavía mayor impacto en los países en vía de desarrollo es, precisamente, por falta de acceso a internet, principalmente en las zonas rurales.

Sin embargo, la innovación social, una vez más, se vale de la tecnología para llegar a cualquier sitio y en cualquier momento, fomentando una interacción global sin precedentes. Un ejemplo es Goose, una red social que no requiere conexión a internet. No, no me pregunten cómo se hace -háganlo a NRQ, que él si que sabe chino- Sólo sé -porque es lo único que entiendo- que utiliza la conectividad local Bluetooth para aprovechar la interacción social entre usuarios de modo que la información se siga transfiriendo.

Les comentaba el otro día cómo el mercado y el individuo pueden aportar soluciones a viejos problemas. El asunto requiere confianza, equilibrio e innovación.

Y es que la innovación social no es un suceso accidental ni un golpe de suerte. Es cierto que existen las grandes ideas a las que los expertos se refieren como big bangs, pero en realidad está más condicionada a que se establezcan las bases necesarias para la colaboración y la aparición de nuevos modelos de negocio que incorporen la tecnología de manera eficiente y sostenible a sus iniciativas.

Es más, diría que para hacer el cambio necesario deberemos adaptarnos a un nuevo entorno para evitar correr el riesgo de que la innovación se quede en el papel y, así, podamos dar carpetazo a algunos de los asuntos sociales que copan los titulares de las noticias y las agendas de los políticos.

1 comentario:

Nrq dijo...

Y es que la innovación social no es un suceso accidental ni un golpe de suerte. Es cierto que existen las grandes ideas a las que los expertos se refieren como big bangs, pero en realidad está más condicionada a que se establezcan las bases necesarias para la colaboración y la aparición de nuevos modelos de negocio que incorporen la tecnología de manera eficiente y sostenible a sus iniciativas.

O no tan sostenibles. Muchas de ellas actúan como puente hacia otras más evolucionadas. ¿alguien se acuerda de Napster?
Desde mi punto de vista, y les juro que de chino sé que existe, el éxito de los entornos tecnológicos dirigidos al gran público radican en un concepto que es la simplicidad. Les recomiendo a John Maeda o que revisen las prácticas de gente como Palm que tienen testadores de clicks, de tal forma que si un proceso en un dispositivo pasa de n clicks, el proceso se devuelve a diseño hasta que se simplifique.

Aliviar el peso de la tecnología, convertirla en algo que sea inmediato, es dónde se encuentra el primer corte. Ya no es un valor añadido, es el primer requerimiento. A partir de aquí se establece el resto de la idea de negocio.