Buscar en este blog

domingo, 12 de septiembre de 2010

9

¿Han oído hablar de los 9 de Little Rock, Arkansas? En 1957 nueve chavales afroAmericanos quisieron entrar en su instituto y no les dejaron. Obviamente esto no fue tan sencillo como "¿Nos nos dejan?, pues nos damos la vuelta", sino que hay que añadirle protesta, protesta en contra y conato de lichamiento por parte de una masa "un poco alborotada". 
Tres años antes el Tribunal Supremo había declarado inconstitucional la segregación racial en las instituciones educativas y esa sentencia obligaba a abandonar la segregación en todos los colegios, institutos, escuelas y universidades del país. En Little Rock, capital de Arkansas, la Junta Educativa del Estado aprobó un proyecto de integración gradual que debía dar comienzo en 1957, con lo que la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color, NAACP (Los americanos han avanzado mucho desde entonces en nombres y siglas), registró a nueve chavales para acudir a un instituto llamado Little Rock Central High, muy, muy selectivo a nivel de notas y expedientes.

Pues bien, el primer día de clase el gobernador de Arkansas, Orval Faubus, mandó a la Guardia Nacional para que no les dejara entrar. Les explico; Un Gobernador de un estado de la Unión tiene, entre sus atribuciones, la posibilidad de movilizar un contingente militar dentro de las fronteras del estado. Este contingente, la Guardia Nacional, está mayoritariamente formado por reservistas que se enrolan a cambio de facilidades universitarias. Tienen una fomación de campamento y cuartel de unos meses y, posteriormente, de unas semanas al año. La Guardia Nacional está controlada finalmente por la Secretaría de Defensa, y por tanto por el Presidente, con lo que si este quiere movilizarla, puede hacerlo sobre la autoridad del Gobernador, pero esta es una decisión política muy delicada en un país en la que el federalismo es un elemento crucial. Paradójicamente dicho federalismo no interfiere con un profundo sentimiento nacional, pero éste es otro cantar.
Pues Faubus moviliza la Guardia Nacional para incumplir explícitamente una resolución judicial. La masa que quería linchar a los nueve estaba compuesta por ciudadanos y estudiantes, hombres y mujeres que llegaban a lanzar puños o a escupir a los estudiantes negros en su camino de salida. Para que vean cómo es la circunstancia política y cómo se manejaron los hechos, fue el alcalde de Little Rock quién pide a Eisenhower protección federal para los chicos. Protección federal y no mandar una orden de proteger y no obstaculizar a la Guardia Nacional. Pues bien, Ike esperaba esta llamada (yo creo que fue él quién primero llamó al alcalde) y lo que hace en respuesta es desplegar la 101 división aerotransportada para que proteja la entrada al insitituto. Insisto, no contraviniendo una autoridad estatal, Eisenhower, que de tonto no tenía un pelo, despliega una fuerza mayor y mucho más reconocida que un puñado de reservistas. Para que se hagan una idea la 101 había combatido en el Día-D, en la Batalla de las Ardenas, en Market-Garden y posteriormente irían a Vietnam. No eran aficionados y la gente de Arkansas lo sabía. EL resto del año no fue más tranquilo para los Nueve, pero ya estaban dentro.

Como epílogo déjenme que les cuente que Faubus había llegado a su sillón de gobernador dos años antes y se fue 10 años más tarde y... era demócrata. Su sucesor, Winthrop Rockefeller era republicano, al igual que Eisenhower, y fue quién culminó pacíficamente la integración en las escuelas.
Si me han leído con anterioridad saben que económicamente escoro hacia los republicanos, pero tengo grandes admirados en las filas demócratas, con lo que no estoy diciendo que esto nos enseña que los del burro son malos y los del elefante buenos. Primero es una reflexión sobre un hecho ocurrido hace 50 años y que la normalidad no llegó hasta hace 40. La segunda reflexión es cómo la inteligencia de dos políticos consiguió desautorizar a un Gobernador. Dos políticos que sabían que, por encima de los populismos, se encontraba el respeto a una decisión judicial.

2 comentarios:

Tasmania dijo...

Mmmmhhh el respeto a la ley, a las decisiones judiciales... ese es un asunto fascinante querido N.

Conoces mi barrene, reiterado una y mil veces, sobre el necesario cumplimiento de la ley, pero sobre todo conoces mi convencimiento de que la ley es la gramática de la libertad.

Esos nueve, nueve... han sido, de algún modo, la apología del linchamiento a los derechos y libertades de todos, para ser, como esos nueve, o para no ser, como los gitanos.

Unknown dijo...

Inteligencia y elegancia, D. Nrq, que hasta en el uso de la fuerza (y este caso es un ejemplo) hay que saber serlo.

Me llama la atención que el Gobernador siguiera en el cargo 10 años más, y me lleva a pensar que la sociedad (al menos, la de Little Rock - Arkansas) no estaba preparada para un cambio tan profundo como lo fue la integración racial en EE.UU. ¿Por una vez la legislación se anticipó a la realidad? Probablemente no, aunque leído deprisa podría parecerlo.

¿Cuánto tiempo hace falta para cambiar la mentalidad de una sociedad? ¿Se mide en generaciones?