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lunes, 27 de septiembre de 2010

municipalidad

Veía esta mañana en las noticias que el ayuntamiento de Madrid lleva 10 meses no pagando a la empresa que gestiona la limpieza municipal y que, ahora, esta empresa va a dejar de pagar los sueldos a sus empleados. Esto, necesariamente, implica trabajadores cabreados, peor servicio, ciudades menos limpias (quién sabe si llegaremos a ciudades sucias, pero sucias de verdad) y… bueno, esa sensación que me atenaza siempre en situaciones similares en las que me pregunto cuánto tardaremos en llegar a los límites de Mogadiscio.


Sin embargo mi capacidad liberal, que no libertaria ya que todavía no he llegado a estos extremos, hace que no sólo me preocupe por los trabajadores de la limpieza, por la ciudad y por lo tanto por mis conciudadanos, sino que me preocupe por mi bolsillo. Si el ayuntamiento (en minúsculas y nada de excelentísimo; que se lo curre) de Madrid lleva 10 meses in pagar a una compañía es porque le falta dinero y, dado que el ayuntamiento no es un empresa privada que busque el beneficio de sus inversiones ni la satisfacción de sus accionistas, no hace falta ser un lince para deducir que algún impuestillo va a subir. Claro que tampoco hay que ser el mismo lice para descubrir que los ingresos por esos impuestos no van a saldar la deuda con la empresa, sino que la dejarán en un impago aceptable. Si esto es así, no sería ilógico pensar que haya otras empresas en una situación similar, con lo que la subida de impuestos no es sólo una situación irreversible, sino que tiene pinta de ser inmediata. Me imagino a los propietarios y administradores de estas empresas el día que el concurso público les dijo que tenían un contrato con el ayuntamiento de Madrid. Seguro que hasta estaban alegres y contentos de agarrar un contrato semejante. Ahora estarán haciendo malabares para mantener su cashFlow. No es por hacerme el listo, pero ya me decñian de pequeño, juro que es cierto, "negocios con las administraciones públicas, los menos"


¿Es responsable Gallardón? Pues supongo que sí. Como máxima autoridad del ayuntamiento la luz verde a esos impagos y a las subida de impuestos. ¿Es buen gestor? Eso deberíamos juzgarlo los madrileños y ver si los impuestos pagados y las elecciones hechas de a dónde dirigir el dinero y a dónde no tienen una contraprestación favorable. Indudablemente que haya gente que no cobre su sueldo es grave, muy grave, y esa es una situación que no debería permitirse bajo ningún concepto, con lo cual en este aspecto tiene muy poco margen de justificación. Pero es que Gallardón es populista y prefiere mantener la ciudad con eventos y ferias a declarar estado de austeridad. Por supuesto la actitud subvencionadores del PSOE no promete saneamiento de cuentas, tampoco (ojo, subrayemos el "tampoco", que el PP ya ha demostrado que no)


Total, esos trabajadores cabreados tienen dos motivos para estarlo; por trabajadores en esa empresa y por ciudadanos (y que, cuando cobren, a nadie se le ocurra reclamar el lucro cesante)

3 comentarios:

Noumenadas dijo...

Lo que no se puede entender de este país es que sus municipios estén siempre en permanente construcción-deconstrucción.

Dejen los pueblos y ciudades como estaban hace 50 años. Que lo importante son las personas. Y los ladrillos, badenes y cambios de sentido en el alquitrán lo único que conseguirán es reventar de euros a un puñado de alcaldes y concejales, nacidos corruptibles hasta el tuétano.

Louella Parsons dijo...

Sabiendo que el ayuntamiento de Madrid debe dinero a sus proveedores, y ahora voy a ser algo demagógica, ¿se puede gastar dinero, por ejemplo, en una inmensa alfombra para la inauguración de la calle Serrano? ¿no se debe ser prudente en estos tiempos de crisis?
¿Saben cuánto ha costado la reforma del palacio de Correos? 500 millones de euros.
Según Gallardón, este dinero se va a amortizar a través de los diferentes usos que se le va a dar al edificio. El problema es que, al parecer, el alcalde no ha presentado ningún informe ni memoria sobre estos ingresos futuros.
A mi me pareció un error, por ejemplo, volver a presentar la candidatura para ser sede olímpica en 2016, después de haber fracasado con la de 2012 y sabiendo que este año será en Londres, es decir, en el mismo continente (eso dicen los expertos, que nunca cae dos veces una sede en un mismo continente). Y aquí, en esta insistencia, sí creo que Gallardón pecó un poco de populista y quizás quería justificar las obras de esta manera.

Y me temo, don NRQ, que lo de la subida de impuestos es inevitable y, como esta subida haga pupa a los bolsillos, veremos qué ocurre en las elecciones (aunque me da la sensación de que Lizzavetzky no tiene ningún tirón)

Tasmania dijo...

Ciertamente los ayuntamientos se han dedicado, en muchos casos, a crear servicios inexplicables, inútiles e innecesarios... también es cierto que muchos, muchos, dedican su tiempo sólo al urbanismo; externalizan los servicios propios y !hala¡ a corruptear (existe ese palabro?) pero no sería justo generalizar.

Los ayuntamientos son los hermanos pobres -paupérrimos diría yo- de la Administración general del Estado y sin embargo son lo más a mano de la gente, los que mejor conocen la ciudad y sus necesidades.

Más del 30% de los recursos propios son utilizados en servicios que no son competencia municipal, sino del Estado o, en la mayor parte de los casos, de las comunidades autónomas...

Deberíamos revisar solapamientos, competencias impropias y reorganizar la casa... tal vez, incluso, nos sobre alguna administración...