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viernes, 17 de septiembre de 2010

Shostakovich

Animada por Tasmania a dedicar una entrada a Shostakovich y con el permiso de NRQ, que le tocaba publicar a él, hoy lo hago yo.

Hablar de Shostakovich es hablar de un genio, de una música innovadora, de una Revolución….y de una tragedia.

Dmitir Shostakovich ”Mitya” empezó a estudiar piano a los nueve años y a los dieciocho compuso su primera sinfonía dejando impresionados a músicos y a aficionados por la madurez y originalidad de su obra. Tanto Bruno Walter como Stokovski estrenaron la obra en sus respectivas orquestas.

En aquella época ya había llegado Lenin al poder y toda la actividad artística y literaria era supervisada con decretos, reglas, permisos para tocar determinados programas musicales, permisos para ir de gira…..El ambiente de control y opresión se hizo tan insoportable que músicos y escritores empezaron a emigrar.

Se trataba de imponer la ideología del Partido en la literatura y la música.
En el campo de la música se creó la Asociación Rusa de Músicos Proletarios cuyo fin era la simplificación de la música para que ésta fuera entendible por las grandes masas proletarias y esto implicaba la creación de canciones, coros, oratorios, óperas…que ensalzara la construcción del socialismo.

Shostakovich, todavía inseguro sobre su capacidad para componer e influenciado por otros músicos, empezó a componer algunas sonatas y una ópera intentando meter contenido ideológico en algunas de estas obras pero su precaria situación económica le obligó a aceptar el encargo de componer una obra para conmemorar el décimo aniversario de la Revolución.
Según los estudiosos de la obra del músico, en sus siguientes obras, de intenso contenido político, se refleja las intensas búsquedas del autor en pos de un estilo nuevo, acorde con los complejos y turbulentos tiempos nuevos en que vivía

¿Realmente eran sus convicciones políticas lo que le llevaba a escribir esta música?

Es difícil responder. Por un lado, Shostakovich sólo tenía 20 años y a esa edad, tener encargos del Estado era sentirse halagado. Por otro, ya empezaba a vislumbrarse la era del Terror.
En 1929, con Stalin en el poder, la colectivización de las tierras fue brutal, los presos inundaban los territorios del Gulag y los fusilamientos eran una constante.
Las Artes también sufrieron una represión fanática. En los conservatorios fueron expulsados alumnos con antecedentes burgueses y fueron retirados los retratos de los músicos considerados enemigos de la Revolución.

Cuando Shostakovich estrenó su ópera Macbeth, Stalin asistió al teatro y al término del concierto, salió enfurecido porque entendió críticas a sus campañas de terror en aquella obra y, seguramente no le gustó la música.
Al día siguiente, se publicó en Pravda un editorial titulado ”Caos en vez de música”:

”….seguir esta música es difícil, recordarla, imposible….Esta música está construida sobre el principio de la negación de la ópera….estos juegos incomprensibles pueden terminar muy mal.

Shostakovich contó que cuando leyó el editorial su existencia cambió completamente porque al publicarse sin firma, era la opinión del Partido, o sea, de Stalin.
Durante este periodo, Mitya estaba componiendo su cuarta sinfonía. Lleno de inquietudes, dudas y miedo, después de muchos ensayos, decidió guardarla en un cajón y no estrenarla por ser una música demasiado atrevida. Allí se quedó hasta que fue recuperada y estrenada muchos años más tarde, después de la muerte del compositor.

Con la quinta sinfonía consiguió un triunfo espectacular y recuperó su lugar como músico reconocido. Los críticos de música consideran su Finale algo artificial y menos convincente que el resto de la sinfonía. Tiene un porqué que el propio Shostakovich explicó en su día:

”Creo que está claro lo que ocurre con el Finale de la quinta sinfonía. La alegría es forzada, creada bajo amenazas….es como si alguien te estuviera golpeando con un palo diciendo: “tienes que estar alegre, tienes que estar alegre” y te levantas, tembloroso y te vas a paso de marcha musitando “tengo que estar alegre”…..

Toda su obra, todas sus sinfonías, sus cuartetos, conciertos…. fueron una de cal y otra de arena en cuanto a contenido de la Revolución, es decir, por un lado componía obras para el Estado y por otro, obras para si mismo.

Le obligaron a adherirse al Partido lo que constituyó, según sus amigos, una humillación. Otras veces, tuvo que apoyar públicamente al Partido.

Se le criticó mucho por no luchar públicamente contra el comunismo pero él había decidido hacerlo a través de su música.
De hecho, tanto sus amigos compositores, como los críticos o como sus biógrafos coinciden en señalar que la música de Shostakovich lleva implícito un mensaje absolutamente anticomunista y que es un error interpretar al pie de la letras sus declaraciones de adhesión al Partido.

¿Hasta qué punto su creatividad estuvo influenciada por el control, por el miedo y por las circunstancias que le tocaron vivir?

En este sentido, también los expertos coinciden en que su música es profundamente personal y su creatividad es tan genial que difícilmente se puede trazar una línea divisoria entre lo que componía para el Partido y para si mismo.

Galina Vishnevskaya, mujer de Rostropovich, dijo que Shostakovich había convocado a todos con su música a protestar contra el aplastamiento del individuo y que su música era el alma del pueblo ruso del siglo XX.

18 comentarios:

José Manuel Guerrero C. dijo...

Llamándose uno Dmitri Dmítrievich Shostakóvich, es probable que todo salga bien. O al menos, estés llamado a ser gente importante.

Comencé tarde -como casi en todo en la vida- a estudiar música.
La única música que entraba en casa provenía de la radio convencional, y algún que otro disco meramente comercial.
Poca cosa

No había ningún tipo de interés por la música seria en la familia. Lo más importante que pasó musicalmente por mi vida, durante una larga temporada, se lo debo a una ristra de compositores de música fúnebre para la clásica Semana Santa sevillana.
Música profunda, cargada de sentimientos piadosos, rectos. Técnicamente ejemplar.
Siempre muy bien orquestada.

La música de Shostakovich está levemente impregnada de ideología comunista, como la prosa de Vasili Grossmann. Pero, esencialmente, su ADN artístico, como el del autor de Vida y Destino, está fielmente encadenado a lo más profundo que el hombre posee, su libertad.

Shostakóvich pudo haber compuesto magistralmente música para la Semana Santa de Sevilla, y no nos hubiese sorprendido, ni hubiese desencajado, su estructura estética en el <¡>Corpus<¡/b> religioso.

Lo verdaderamente grande y universal, siempre liga bien.


PD: Enhorabuena Louella por tu entrada.

Jujope dijo...

Del gran Shosta recomiendo "La nariz", pequeña operita expresionista. Yo la ví y escuché atentamente en el Teatro Villamarta de Jerez (con orquesta y dirección rusas) y epaté en colores:

LA NARIZ

Saludos zodiacales.

Louella Parsons dijo...

Muchas gracias, querido BATE.

A mi me llegó tarde Shostakovich pero a medida que fui conociendo su vida, fui entendiendo más o menos su música y, aunque sus sinfonías las considero demasiado largas (y en algunos casos aburridas) y muchas de sus obras se me escapan, reconozco que su quinta sinfonía y su concierto para violín me entusiasman.

Ah, la libertad!
El poeta Alexandr Blok, en un homenaje a Pushkin, hizo públicas unas palabras en pleno stalinismo:

Se le priva al poeta de paz y libertad. No de la paz exterior, sino de la paz de la creación. No de la libertad pueril, sino de su libertad de creación, de su libertad íntima. Y el poeta muere, pues ya no puede respirar. La vida ha perdido sentido.

Después de esto, el poeta cayó enfermo y el gobierno le negó el permiso para ir a Europa a curarse. Privado de libertad, Blok murió.

Los comunistas consideraban a los músicos revolucionarios en la música y ellos se consideraban a si mismos revolucionarios en la vida.
Triste destino aguardaba a millones de personas en esa revolución de la que se consideraban orgullosos.

(Le envidio porque puede tocar un instrumento. Yo apenas puedo con alguna cosita al piano.)

Tasmania dijo...

Una buena carga de cinismo e ironía en su obra era la única salida para los creadores inmersos en la Rusia soviética.

Hasta tal punto debía ser la presión que Shostakóvich, como ustedes mismos han comentado, crea dos personajes para dos lenguas musicales: la revolucionaria, al servicio del régimen y la personal, para su propio disfrute. Un bipolar en toda regla.

En la literatura de entonces también la impermeabilización absoluta a la que somete la URSS a los creadores deja una huella innoble... teatrillo, panegíricos de comunistas de cartón piedra, literatura local de poca monta... una lástima que sigue a los grandes escritores rusos del XIX

Dña. Louella, no sabe usted la alegría que he recibido esta mañana. Tal ha sido que del salto me he tirado el café por encima de mi traje limpio.

Deliciosa su entrada, naturalmente

Louella Parsons dijo...

Fíjese como será la cosa, querida TASMANIA, que hay un libro titulado Free voices in Russian Literatura que es una especie de bibliografía donde aparecen cerca de 800 escritores rusos (entre 1950 y 1980) declarados enemigos del gobierno y, en la mayoría de los casos, emigrados de la URSS.

--

Don JUANTE, no conozco esa ópera pero según su autor, es una sátira de la época zarista (no sé si fue para justificar su estreno)

Jujope dijo...

Doña LOUELLA:

Ante todo, enhorabuena por su post, que estimo fantástico.

Respecto a "La nariz", es una operita preciosa, de las que hacen afición o gusta indefectiblemente a la afición del repertorio establecido, que la descubre por primera vez, como le ocurrió a un servidor.

Por supuesto, debe ser interpretada por una formación soviética, pues la dinámica de los requerimientos de los instrumentos está mucho más allá de lo habitual por estos pagos.

En "La nariz", con libreto de Gogol, tenemos un ejemplo de la genialidad temprana de Shostakovich. Ópera censurada durante el constructivismo, fue un alarde de simbolismo en muchos sentidos, al principio, hasta los años 30, por lo que representa obviamente el desprendimiento y autonomía de la nariz. Luego dejó de representarse (ya se sabe: el pueblo no podía/no debía entender) hasta mediados de los setenta.

Pero es una gran obra de juventud, a descubrir y disfrutar.

La versión de cabecera en CD, que adquirí en el Corte, es:

""The Nose. Leningrad Philharmonic Orchestra. Gennady Rozhdestvensky. Melodiya 60319""

Seguro, Doña LOUELLA que en su ciudad, si no la tienen, se la pueden conseguir. Saludos.

José Manuel Guerrero C. dijo...

Supongo que hoy en día, Don Juante, lo apropiado sería titular esa ópera expresionista como La Nariz….. de Pepiño.

Nrq dijo...

Sólo la cara de Mitya ya expresaba la cárcel en la que debía estar viviendo. En cambio Richter vivó todo eso con más alegría y como si la historia no fuera con él. Pero es que Richter era de padre alemán y detestaba en plan hastío todo lo que supusiera autoridad; desde el colegio hasta el gobierno. Supongo que a Dimitri le dolía Rusia como a Unamuno España

Jujope dijo...

Amén de las connotaciones de que le crece a quienes mienten, con el riesgo añadido de que se les caiga, D. bate. Sí: para los progres grisáceos no hay nada más elocuente que su repentina pérdida de nariz, como entonces.

José Manuel Guerrero C. dijo...

Que duda cabe, D. Nrq, que el continuo sufrimiento de alma va dilucidando unos pequeños surcos en el rostro que delatan trágicamente la vida interior del individuo.

En el caso de Shostakovich, tal como demuestra su cara, su agotado rostro, la desolación y amargura tuvo que ser bastante severa.

El compositor pertenece a una elevada estirpe de hombres que en determinados momentos de su vida, están dispuestos a paladaer las mieles del averno (tal vez no sea el caso del ruso) con tal de profundizar más en las honduras del alma humana.

Siempre interminable, por cierto.

Louella Parsons dijo...

Claro, don NRQ, es que el carácter de cada uno también influye a la hora de encajar la desgracia.

De todas formas, supongo que no era lo mismo ser un intérprete en aquellos tiempos que un compositor cuya creatividad no le era posible desarrollar. Solzhenitsyn llegó a llamar a Shostakovich genio con grilletes.

Dicen que la tragedia del intérprete está en la obsesión por la perfección cuya búsqueda no termina nunca.


--

Gracias, JUANTE.
Buscaré esa ópera.

José Manuel Guerrero C. dijo...

Algo sobre lo que usted nos cuenta en su último post, querida Louella, quería yo decir sobre el grandioso Sviatoslav Richter.

Pero lo dice usted mejor, amiga:

De todas formas, supongo que no era lo mismo ser un intérprete en aquellos tiempos que un compositor cuya creatividad no le era posible desarrollar. Solzhenitsyn llegó a llamar a Shostakovich genio con grilletes.

Me lo guardo en la memoria.

Louella Parsons dijo...

Rompiendo las reglas de esta zodiac, esas que nos prohiben tácitamente (creo que fue ocurrencia de don NRQ) decir absolutamente recomendable, encomiendo encarecidamente y esas cosas...yo hoy les voy a recomendar un artículo de Vargas Llosa que seguro que conocen pero por si no fuera así, no se lo pierdan que hoy viene muy bien al caso:

El huésped del futuro

José Manuel Guerrero C. dijo...

La tragedia del intérprete, Louella, que está ahí, que se palpa, y a veces, incluso puede llegar a producir verdadero dolor, imagino que es la misma desdicha del poeta que no encuentra la palabra que sedimente a perpetuidad una estrofa.

Nrq dijo...

Lo que no se puede decir es que algo es imprescindible

José Manuel Guerrero C. dijo...

Me ha hecho usted pasar un delicioso rato leyendo a Vargas Llosa.

Aunque esté censurado decirlo en la Zodíac; artículoabsolutamente recomendable.

José Manuel Guerrero C. dijo...

Louella, le comento que el texto de de Vargas Llosa lo subo a mi blog Diario de un Naufragio.

Es una verdadera joya que se debe divulgar y guardar como oro en paño.

Louella Parsons dijo...

Don BATE, me alegro de que haya disfrutado tanto con el artículo. Yo también lo tengo guardado.