Antonio Escohotado escribió en El Mundo hace tan sólo unos días un extenso y delicioso artículo sobre los hallazgos del matemático Mandelbrot, recientemente fallecido. Bien, algunas de las ideas allí expresadas alimentan la parte más libertaria de mi espíritu y, de algún modo, me dicen que no estoy sola, o al menos no tanto. Verán:
"...al revelar en lo etiquetado como caos un orden de grano más fino, construido por interacción entre los objetos y su medio. Lo tenido tradicionalmente por orden es un residuo de la hipotética orden dictada por el Omnipotente, que de haber querido separar libertad y movimiento, materia y devenir, bien podría haber hecho un universo sin pormenores, tan alisado como cualquier curva regular..."
¿No es extraordinario?
El Universo y sus reglas ... yo creo que en virtud de esta vida intensísima y fecunda del pensamiento, como resultado natural de las leyes lógicas y matemáticas de la combinación, al llegar al límite de su perfección, se transformó en amor y el amor, al llegar al límite de su perfección, se transformó en belleza y la ley matemática de la perfección suprema de la belleza ordenó que el telón se levantase, es decir, que se combinasen el Espacio y el Tiempo, que apareciese la Fuerza y con ella las innumerables formas de vida...
Y entonces llegó el caos, que no es tal, o sí porque, como dice Escohotado, es un orden de grano más fino.
sábado, 20 de noviembre de 2010
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5 comentarios:
Querida Tasmania:
un orden de grano más fino y más y más, y así seguiríamos hasta el infinito.
Un caos perfectamente combinado y ordenado. Una locura.
Me he acordado de una definición o explicación de los números que oí en una película y era algo así:
El sistema numérico es como la vida humana.
Los números naturales, los enteros y positivos, son los de un niño pequeño.
Cuando el niño crece y descubre el deseo, aparecen los números negativos, la formalización de la sensación de que le falta algo. Luego descubre los espacios intermedios entre las cosas, las personas, los números... aparecen las fracciones. Los números nunca llegan al final, nunca se detienen.
Y seguimos descubriendo números y formas que ni siquiera podemos comprender, las matemáticas son un paisaje inmenso y abierto, un horizonte que a medida que te acercas a él, siempre retrocede.
Buenas tardes.
Mandelbrot fue uno de los artífices de la matemática fractal o matemática de la belleza, surgida a raíz del problema de cartografiar la costa francesa de manera extremadamente precisa; algo así como la aporía de Zenón de Eléa sobre Aquiles y la tortuga.
Con ello se creo una matemática cuyo espacio tenía unas propiedades curiosas, a base de fragmentarlo hasta el infinito: La parte contiene al todo y viceversa, y en un área finita se puede trazar un perímetro infinito.
El resultado de ello es una simetría fragmentada y repetitiva que resulta hermosa.
La del "grano más fino" es una expresión fotográfica que, desgraciadamente, ya ha perdido todo su estimable sentido romántico de tendencia a la perfección, en esta malhadada era digital. Ahora ya no es caos, sino entropía; no un orden heredado, sino la exaltación del nihilismo... lo que se pregona.
¿Hermosa dice Jano? Hermosísima, diría yo... lleve el concepto a la vida misma, a la de los humanos... eso pretendía yo, al menos.
Y sí Ms. Parsons, las matemáticas, arrastradas siempre en mis años académicos son, hoy, una de mis mayores pasiones a las que no alcanzo, no.
Juante, déjame pedirte que te quedes en el origen, aunque otros lo maltrechen.
Tu petición no caerá en saco roto, querida Tasmania. Me sabe muy confiable y no te quepa duda de que en esas estoy, después de todo.
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