Dice Pardo (UCM) que la existencia de basura es una condición inseparable de la experiencia de la finitud humana (o algo así) Una reflexión que, inicialmente, me ha dejado perpleja. Después, dándole vueltas, he pensado que en efecto vivimos en un mundo caduco que se descompone, que no permanece lo que, francamente, me parece inquietante.
Nos dicen que llegaremos a vivir en un mundo sin basura, donde todo se reciclará. Y digo yo ¿no es esa una manera de ignorar la muerte y el dolor? Siempre he pensado que aquellos para quienes la muerte y el dolor no son nada son siempre los más peligrosos.
La estética del arrasamiento, dice Pardo. Sí, del arrasamiento y del vacío de contenidos, digo yo. Por ejemplo, la manida "diversidad cultural" o "diálogo intercultural" no creo que pueda ser una alternativa a ese vacío que nos llena. A mi juicio, la diversidad cultural es un simple hecho antropológico y, desde luego, no necesariamente gozoso.
Y ahora, la manipulación del lenguaje. Las culturas no dialogan, dialogar es algo que sólo hacemos las personas y, al menos en el sentido más filosófico del término, dialogar significa, exactamente, elevarse desde el plano de las referencias biológicas, culturales, históricas, étnicas o sexuales a una dimensión universal en busca de una verdad y de una justicia que sobrepasan cualquier fundamentación en este o aquel marco cultural.
Reducir a una persona a su lengua o su cultura es tan cruel como privarla de ellas.
Pero ahhhh, la intelectualidad, la política....el espectáculo que se presenta como la verdad, la única verdad -con la complacencia de los medios, claro- pero con heridas de guerra. Somos los ciudadanos los que deberíamos poner límites a ese espectáculo, reclamar otra política, otro periodismo; lo que además, creo, es obligación de los intelectuales.
Pero antes, ¿no creen que éstos deberían observarse a sí mismos y a su entorno? ¿Revisar sus propias declaraciones públicas? Entonces se percatarían de que ellos mismos son parte de ese espectáculo político y cultural que deja las cosas como están y reafirman a cada uno en sus creencias y en sus decepciones.
La ausencia total de basura... de la idea del dolor y de la muerte...Por cierto, ¿Les he hablado alguna vez de Fukuyama?
domingo, 8 de agosto de 2010
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3 comentarios:
Con una caterva de periodistas ¿? que nos dice ufana esta mañana que la Obama cenó ayer con 13 amigas y se comió una mousse de chocolate de postre, ¿qué nos espera, mi querida, admirada y tan aguda como profunda TASMANIA?
Últimamente vengo observando tres fenómenos (entre otros muchos): Uno, el de esa insufrible sumisión/docilidad de la grey periodística, ante los abyectos políticos o emisores de desinformaciones interesadas. Otro, el de los niñatos uniformados con chanclas y piratas/pantalones cagados, de las colas de Correos y su pazguatez masoca, que les impide hasta protestar (¿qué coño es eso y para qué sirve?) por el mal servicio. Y, finalmente, el fenómeno de la gente que -como cierta amiga malhadada de 35 años que he tenido la desgracia de conocer- necesita que le digan de vez en cuando que, al participar en facebook y cosas similares, puede ser no sólo controlada por poderes ocultos, sino utilizada para fines espurios por frikis sin escrúpulos. Pero ella "se deja", haciéndose la "tonta".
Por no hablar de la nueva hornada de profesores adocenados en ese "mundo feliz" y "perfecto" de Husley, en cuyos designios de bobos seguidistas de la zanahoria y el burro tenemos que dejar a nuestros hijos.
Se está hablando estos días de cierta recuperación del espíritu y el arte de los ochenta. No me extraña: actualmente hay sensación de agotamiento, la gente que podría decir algo tiene síndrome del quemado. Ya no hay intelectuales, mi buena amiga.
Intelectual es ahora cualquier falso gurú de facebook que pegue en su muro cualquier ripio de la wiki.
No hay criatura viva que no excrete. Se aprovecha o digiere lo que se consume, se libera el organismo del resto.
Hasta un chico sde semiletras como yo, lo sabe.
Nada vivo pasa por la Tierra sin dejar una parte de heces; como mucho, si tiene conciencia, puede aspirar a dejar más Belleza que Horror (por ponernos conradianos).
Me aterran la muerte y el dolor, más los ajenos que la propia, si bien, me gusta decir a mis próximos que soy como Woody Allen... tan sólo pienso en el sexo y en la muerte. Pero él ha sabido hacer dinero con ello y yo, no.
"...ese vacío que nos llena..."
Caramba, Doña Tasmania, ya me ha dado Ud. la tarde.
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