En una democracia, si los gobernantes entran en conflicto con unos tribunales independientes, lo harán cuando cuenten con una amplia mayoría, la oposición sea débil y la credibilidad del sistema sea escasa... a que les suena... entonces, la probabilidad de éxito de sus estrategias será elevada y el riesgo de represalias limitado. Las instituciones del Estado de derecho se presentarán como opuestas a la democracia, a lo que Tocqueville denominaba "la soberanía absoluta de la voluntad de la mayoría", genial ¿no creen?
El sospechoso habitual en este caso es el político populista plebiscitario, del que hay un sinnúmero de ejemplos (en casa tenemos uno excelente) pero voy a retrotraerme algo más en el tiempo: Perón ¿recuerdan? Las masas coreaban en las calles "aunque sea un ladrón, queremos a Perón" Otro argentino Menem, que al amparo de una aplastante mayoría, cambió la composición de la Corte Suprema. Ésta, con dos tercios de sus integrantes a sus órdenes, ya no era un cuerpo independiente, sino un instrumento sumiso. Para esta Corte, Menem encarnaba "la voluntad soberana de la nación" y para botón, una muestra: uno de sus miembros llegó a decir: "mis dos únicos jefes son Perón y Menem... no puedo hacer interpretaciones que sean contrarias al gobierno"
Esta subordinación de la judicatura frustró las esperanzas de que, con la democracia, los tribunales se convirtieran en un instrumento independiente y efectivo para corregir los abusos y resolver las demandas, como debería ser, vamos. El resultado fue el previsto. El prestigio de los tribunales se vino abajo.
Otro buen ejemplo, Hugo Chávez. Pero no, no les hablaré del Chavez de hoy sino del que fue y que le llevó al surrealismo total en el que está embarcado. Después de su arrolladora victoria electoral del 99, Chávez y su mayoría parlamentaria se embarcaron en una purga de la judicatura. Un decreto de "emergencia nacional" permitió a la nueva Asamblea constituyente (la soberanísima, la llamaba el tipo)investigar a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo de la Judicatura, así como a cada uno de los jueces del país. El presidente de la Asamble declaró entonces: "Todo el que se oponga a las decisiones de la Comisión constituyente será eliminado. Si la Corte Suprema de Justica toma cualquier medida, y es probable que la tome, tengan la seguridad de que por unanimidad no habrá aquí nadie que vacile un momento en eliminar la Corte Suprema de Justicia (El País, 1999)
No sé si se dan cuenta a dónde quiero llegar... Así empezaron otros y miren dónde han llegado. ¡Dios nos libre!
martes, 26 de julio de 2011
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2 comentarios:
Menos mal que quedan pocos meses de aguantar a este justiciero pseudo-bolchevique, iluminado y redentor, que nos trajo -por accidente- el 11-m. Hoy es el día del abuelito (republicano, que no el nacional) del impresentable innominable leonino. Pues acabo de escuchar por la Onda Cero a la izquierda que el lince iluminado por el viento ha recurrido una ley valenciana de custodia compartida, impidiendo que la mayoría de abuelos paternos tengan derecho a ver a sus nietos.
¡Menudo canalla! No tiene otro apelativo quien se cree con derecho divino a "INTERVENIR" indiscriminadamente en las conciencias de todos sus administrados, subvirtiendo hasta la más insignificante ley de tráfico. Patético, muy zapatético.
Querida, no creo que lleguemos a eso pero estamos cerquita.
Pero fíjese, ayer precisamente estuve con una amiga argentina y le pregunté cómo era posible que su país tuviera esos dirigentes que arruinaban todo y me dijo que no me fijara en los dirigentes sino en los ciudadanos que los votaban.
Zapatero y su gobierno hacen y deshacen a su antojo pero, ¿no les han votado DOS veces?
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