Hasta hoy había formado parte de la masa publicitaria que conversa barajando toda clase de frases hechas, producidas al por mayor, y cuyos criterios son administrados en cantidades industriales por los medios informativos, los partidos políticos y los publicistas-
Éstos, atendiendo diligentemente a la gran demanda, sirven los acontecimientos ya seleccionados, pensados y juzgados, con lo que palían en lo posible cualquier déficit de reflexión y, sobre todo, confieren el aplomo que nunca alcanza el que piensa por sí mismo. La seguridad nos llega de la fe, de las emociones cristalizadas, de la repetición ritual de muchas bocas: ora pro nobis, ora pro nobis...
Por más que trataba de aparentar imparcialidad y darse visos de objetivo, no conseguía tener opiniones propias. En sus comentarios sólo repetía lo que acababa de coger de un órgano de difusión o había escuchado de otros, de lo contrario, no tenía nada que decir.
No obstante, había decidido dejar de emplear el argumento de la autoridad, abandonar su parasitismo, no podía seguir más traído y llevado por los criterios que le echaban encima... Entonces, en el vestíbulo de la facultad, donde se hallaba expuesta una colección de retratos de humanistas y científicos ilustres, se fijó en uno de ellos...
jueves, 28 de julio de 2011
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1 comentario:
¿en cuál?????
La verdad es que no podemos evitar estar influídos por los miles mensajes que nos llegan de todas partes.
Luego hay que seleccionarlos, filtrarlos, pensarlos...y formarse una opinión. ¡Qué perezaaaa!
¿Cuántos de nosotros muchas veces nos guiamos por el criterio de nuestros amigos o familiares, los cuales suponemos que han hecho su reflexión y admitimos que su opinión es la válida y así nos ahorramos el pensar un rato?
Lo peor, hablar de política o de actualidad con frases hechas o giros del lenguaje que se ponen de moda.
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