Lo siento, pero el día de hoy tenía que llegar; estoy viendo teletienda y hay que ver lo felices que son los que usan el amplificador de sonidos adaptable a la oreja con el que, por lo visto, puedes hasta oír las branquias de los peces. Silver Sonic, se llama. Sirve para todo, desde oír a los actores de teatro en un palco a escuchar comentarios elogiosos según paseas por la playa. Lo mejor es que el anterior anuncio de este aparato, o de uno parecido, al ser anuncios americanos que tan sólo traducen y mueven el precio a euros, una de las posibles aplicaciones era no perderse una pallaba del pastor en la
misa de los domingos.
Pero mi favorito de todos los tiempos era un italiano con un chaval español que traducía, y que entre ambos te vendían un colgante que llevaba de regalo otros tres colgantes y 84 anillos... O así. El hombre italiano se ponía uno tras otro los anillos en una mano perfectamente manicurada mientras desgastaba el término "oro de 18 quilates".
Que seria de la cultura popular sin poder ver, al llegar por la noche, la inefable teletienda
domingo, 3 de julio de 2011
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3 comentarios:
Yo creía que nadie veía la teletienda hasta que un amigo mío que siempre aparecía con artilugios de lo más raro me comentó que como tenía insonmio por las noches veía la teletienda y siempre terminaba comprando algo.
Luego llegó mi cuñado, que también compraba por la tele y luego más gente....
La teletienda me deprime tanto que me ha hecho apreciar los anuncios normales, donde hay música, argumento y los personajes parecen más reales que en la teletienda.
A mi el que más me flipa es el de la crema de baba de caracol. El tipo, después de explicarte el gran descubrimiento, te dice: y ahora, sólo para los cien primeros pedidos, por la compra de una crema le regalamos otra. Llame ahora. Y entonces, mi hija pequeña me dice: mamá, siempre hacen la misma oferta, ¿Es que no venden las cien primeras... Por qué nadie iba a llamar inmediatamente?
¿Funcionan los productos de teletienda?
Si alguien lo sabe que me lo cuente, porque hay un lápiz que borra los rayajos de los coches, no importa su color, que me tiene obnubilado. No lo compro, pero lo quiero.
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