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domingo, 26 de diciembre de 2010

regalos

¿Empezamos ya a hablar de los propósitos de año nuevo? Yo no sé ustedes, pero para mí el año sigue empezando el 15 de septiembre y los propósitos de ese día tampoco es que fueran muy sólidos. Esto no significa, no me malinterpreten, que no tenga metas, sino que un día en concreto no hace más sólida una decisión. Yo he ido asumiendo propósitos a medida que iban siendo necesarios o, que también, a medida que los necesitaba… porque no es lo mismo.

Así que centrémonos en lo que realmente importa que son los regalos de Reyes. En mi casa nunca nos hemos regalado por el 25 de diciembre. "Increíble", pensarán, que una persona con mi atracción por los U.S. no practique esa tradición, pero es precisamente por tradición, por una que me viene de mis padres y de sus padres… ya saben.

Tenemos dos semanas para elegir qué regalos hacer y con ellas empieza un periodo en el que todos escribimos cartas y  hacemos compras. Especialmente divertidas las de los programas e TV que por estas fechas se transforman en aspirantes a Miss Universo y piden a los reyes la paz mundial, cuando en realidad, la mundial no, pero muchas parciales sí podrían empezar a lograrlas ellos; por ejemplo si dejan de pasar programas en los que novias despechadas (por el pecho a rebosar, no porque realmente tengan capacidad de sentir ofensa, que la ofensa también se finge) hablan de sus relaciones con famosos. Y es que esto empapa al público, muy impresionable, y acaban queriendo salir en TV o, lo que es peor, comportándose igual a nivel local. En definitiva, que las TVs deberían escribir menos cartas y hacer más regalos, que como decía Greenpeace, "piensa en global y actúa en local" (irónico, ¿no? Los mismos que hablaban de pensar en global, ahora están en contra de la globalización).

Tenemos dos semanas para elegir qué regalos hacer y en este aspecto el mundo se divide en tres tipos de personas; los que han ido mirando a la persona a la que regalar a lo largo del año, se han quedado con detalles y acertarán en el regalo, los que creen que a todo el mundo le gusta lo que a ellos y puede que acierten y, finalmente, los que compran sin pensar y que, en el camino de vuelta a casa, piensan en cómo justificar lo que han comprado, explicando las múltiples cualidades del regalo y los motivos prácticos que les impulsaron a hacerlo. Estos no aciertan nunca, pero puede que salgan de la casa vivos mientras dura el efecto del argumento que han traído pegado al obsequio.

Tenemos dos semanas para elegir qué regalos hacer y ya no queda mucho tiempo. Piensen con cuidado a quién quieren regalar. Busquen quién no va a valorarlo y elimínenlo de la lista, porque este acto les hará ganar tiempo para lo realmente importante. Permítanse ser maquiavélicos y tengan un detalle con esa persona que interesa tener contenta, aunque en condiciones normales no sería regalada. Y sobre todo, no olviden; es mejor dar que recibir. 

1 comentario:

Louella Parsons dijo...

"Así que centrémonos en lo que realmente importa que son los regalos de Reyes".

Ja, ja...claro que si. ¿Propósitos, metas,.....? Buff!!
¿A quién le importan?

A mi me encanta regalar y pienso concienzudamente en el regalo que más pueda gustar a la persona que lo va a recibir.
Esto también puede tener sus inconvenientes porque no termino nunca de estar convencida al 100% del acierto.
Alguna vez he comprado algo que me ha gustado tanto a mi, que me lo he quedado y he tenido que volver a comprar otro regalo.


(En mi casa siempre se han dado los regalos el día 25 ("el Niño Jesús")).