Una manera sencilla de descubrir quiénes somos es preguntárselo a los demás. Con frecuencia, nuestra identidad se relaciona estrechamente con la visión que los demás tienen de nosotros. ¿Se han preguntado alguna vez cómo les ve la gente? ¿Qué opinan de ustedes? ¿Ven reflejada en el espejo a la misma persona?
Lo que los demás piensan de nosotros es un de los aspectos más importantes del autoconcepto. Al fin y al cabo somos seres sociales.
Sin embargo, lo más interesante de la identidad es que, con el paso del tiempo, cambia la manera en que nos definimos. Fíjense, los niños que están en la escuela infantil generalmente se definen por lo que hacen. Dicen, por ejemplo, "yo corro" o "yo juego" o "yo monto en bici". En la adolescencia la autodefinición es distinta y los mozos utilizan conceptos de tipo psicológico, como creencias, motivaciones, deseos y sentimientos. Por ejemplo "yo quiero salir esta noche" o "me siento muy triste hoy". Y ahora, ¿cómo nos definimos los adultos? Casi siempre combinando actividades y conceptos psicológicos. Por ejemplo "yo soy una socióloga que está triste porque llueve y no puede ir a la playa"
Dicen que somos lo que comemos. ¿Creen ustedes que también somos lo que hacemos?
sábado, 16 de julio de 2011
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7 comentarios:
Yo lo único que sé es que "el infierno son los otros". Y que Belcebú admira celosamente a Zapatero, sucesores y sucedáneos, pero desea rabiosamente ser accionista de Bankia.
Buenos días.
Se suele decir que somos tres...
Quiénes creemos ser.
Quiénes creen que somos.
Quiénes realmente somos.
Puede ser, aunque hay grietas...
Quiénes creemos ser. ¿Y qué pasa con quiénes queremos ser? ¿Cuán cerca o lejos están ambos vectores?
Quiénes creen que somos. Nuestros más próximos, mueren sin conocernos. Realmente. Aunque, a veces, hasta nuestras madres parezcan intuirlo. O no.
Quiénes somos. Pocos tienen el valor de sostenerle la mirada al depredador interior. ¿O es un cordero?
Decía mi abuela "En esta vida lo malo no es ser puta, lo malo es parecerlo"
Dando por buena esta afirmación podemos concluir que casi todo es falso, salvando la infancia y la adolescencia en la que se vive cada minuto como auténtico y genuino.
A pesar de no poder hacerlo en su totalidad, (hay momentos en los que la espontaneidad nos delata) modelamos nuestra imagen con multitud de subterfugios perfectamente calculados, ensayados y sobre todo ocultos. Mentimos para esconder opiniones, sentimientos, deseos, que aproximarían a los demás la certeza sobre nuestra persona.
¿Somos lo que comemos?...Cada uno sabe perfectamente qué es y dentro de cada castillo todos sabemos quien es quien.
Me apunto la frase de su abuela, Mr. Chan. (Aunque ya conocía otra versión de la amiga de una amiga, que dice: "esa es puta y no sabe que lo es".)
Ítem más. Hay una frase bíblica que viene al pelo y, no por mucho repetir, resulta -como diría mi abuelo- menos "levagelio": "Por sus hechos los conoceréis."
Si preguntas a alguien cómo te ve o qué opina de ti, nunca te va a decir nada malo.
Por otro lado, yo prefiero no saber qué opina de mi la gente de alrededor, me produciría mucha inseguridad.
Tampoco quiero decir a los demás cómo les veo. Es terreno personal que no debería airearse mucho.
Mejor no saber y quedarse con la idea que tenemos de nosotros.
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