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viernes, 25 de junio de 2010

O de la educación

Con permiso de Juante

"Sonabilibus aegrotamus malis; ipsaque nos in rectum genitos natura, si emendari velimus, iuvat"*

Séneca. De la ira, II, 13

Utilizo con frecuencia una cita cuando hablamos de educación. Se refiere al Traité de l'opinion, de Sant-Aubin que probablemente conozcan. Ese párrafo, grabado en mi mente con letras de oro, reza así:

"Los legisladores se han ocupado mucho de la educación de los niños, fundándose en el principio de que los niños pertenecen mucho más a la República que a sus padres. Es principalmente por la educación por donde ha de grabarse, en los corazones de los jóvenes ciudadanos, el amor a la patria, el respeto por las leyes, un firme apego por todos los deberes, el hábito de la subordinación y de la obediencia; por último esta es la única vía para introducir en toda una nación el espíritu del bien público y un carácter general decisivo para su felicidad y para su gloria. Licurgo consideró la educación de los niños como el asunto más importante del Estado, y Platón hace de ella uno de los fundamentos de su política"


Este texto me ha barrenado toda la vida. Cuando lo leí por primera vez era sólo una jovencita que preparaba un trabajo sobre Emilio, o de la educación. Lo que no sabía entonces era que ese texto me perseguiría a lo largo de mis días. Así, compilado tanto pensamiento en un sólo párrafo, con referencias a Licurgo y a Platón, comprendiendo -en parte- la influencia que ejerció sobre Rousseau, Sant Pierre, Montesquieau...

Desde el primer momento viví con cierta angustia esa reflexión. Si, en efecto, dejamos nuestro bien más preciado -nuestros hijos- su futuro y su felicidad en manos de la República ¿Quién nos garantiza que ésta será una tutora honorable, justa, conocedora de la naturaleza humana?

La respuesta a esta cuestión es actualidad pura y dura. Papá Estado le dirá a nuestros hijos qué deben hacer, qué tienen que estudiar o qué les debe impresionar. Les mostrarán una justicia indigna, la práctica del engaño y la mentira, les dirán que el esfuerzo es energía perdida, que se hagan funcionarios o parados de larga duración. Les hablarán de cómo deben introducirse en la sexualidad, qué es verdad y qué es mentira, que todo es objetivable, que lo personal, lo individual es egoismo totalitario y mil cosas más...

Por eso no cuela el Tratado. A mí no me coló nunca aunque haya tardado años en comprenderlo. También Rousseau, al final de sus días, comprendió que había empeñado toda su vida en un planteamiento que le conduciría irremediablemente al fracaso.

Emilio no fue el efecto , sino la causa del remordimiento, la verdadera toma de conciencia de una felicidad de la que Rousseau se privó, libre y torpemente, al renunciar a su paternidad.


* "Curables son los males que padecemos; y la naturaleza misma, que nos ha hecho nacer para el bien, si queremos enmendarnos, nos ayuda"
Séneca. De la ira, II, 13.

7 comentarios:

Louella Parsons dijo...

Este tipo de educación, querida TASMANIA, no es más que un adoctrinamiento político.
Es educar en la idea de que el Estado es el que va a proteger nuestros derechos (muchos de ellos inventados por estos gobiernos) y va a resolver todos nuestros problemas.
Y el ciudadano anulado y privado completamente de su independencia personal desde su adolescencia, termina por someterse a la tutela del Estado convencido de que no hay otra alternativa mejor

Noumenadas dijo...

Excelente reflexión, Tasmania.

Iba esta tarde por la autopista de Sevilla y escuchaba en la radio: "los niños españoles son los más consentidos del mundo".

Lo hemos dejado todo en manos de este Estado sátrapa y usurero, quizás movidos por el resentimiento de no tener un bagaje tan demócrata, desde la vertebración cultural de los administrados, como en los países que nos rodean. Falso sentimiento colectivo, desde luego, que nos ha impulsado a la falacia de que todo el mundo tiene derecho a alcanzar la gloria sin aportar nada de entidad. Naturalmente, siempre que se haga en aras de favorecer a una sola opción política: la socialista.

La ley del mínimo esfuerzo, la tan pregonada y real ausencia de valores, la devaluación de los contenidos profundos que han de ser transmitidos de generación a generación, son algunos de los rasgos identificativos de esa nueva sociedad de "serviles" que han ido modelando en los últimos años, hasta el punto de vernos todos sumergidos en una maraña de opciones inservibles y aniquiladoras, que impiden perseguir la verdadera enseñanza.

En el caso de los más jóvenes, la realidad tan viciada es aún más preocupante. Y lo peor es que -como en el caso del burka- si una opción política mediocre e inmoral impone sus criterios de avance, la otra opción permanece ensimismada y carece de capacidad de reacción. (Estaba viendo ahora a Bertín, con unos niños y con un cura en Intereconomía: no se trata de regresar a un padre Apeles de la ñoñería). Y no se le ve al asunto solución de continuidad.

Nrq dijo...

No creo, insisto, que el Estado tenga la culpa exclusiva. Afortunadamente en mi entorno no ocurre, pero amigos que son profesores en institutos y colegios me refieren historias de comportamientos de los padres, totalmente abducidos por sus hijos, que ponen los pelos de punta. Eso que cuentan en las noticias de padres amenazando a profesores o que ni por asomo se enteran de qué tipo de persona tienen en casa...

Yo lo tenía claro; mis padres siempre iban a creer antes al profesor e iban, al menos, una vez al mes a hablar con alguno de ellos y siempre con el tutor.
No tengo hijos y no sé cómo es, pero si hay algo que me da pavor es la responsabilidad y saber si estaría prepararado para tanta entrega y cariño como son necesarios. Por eso me da la sensación de que lo que se pierde son los padres. Los planes educativos son malos, de acuerdo, pero no son los responsables de todo. Los gobiernos del PP y del PSOE (no he visto que el PP haya luchado por lo contrario) rebajan el nivel porque el alumno se atasca y el alumno se atasca porque nadie le ha inculcado un nivel superior ni una actitud para logralo.

José Manuel Guerrero C. dijo...

Escuché hace poco decir a un escritor francés "Educa a tu hijo como un demócrata y te saldrá un dictadorzuelo". Y creo que aquí radica la clave del desprestigio al que nos vemos abocado desde que empezaron a tomar la educación en los colegios como un parque temático donde pasar el día, una especie de aguapark pero con libros.
Se han cargado la educación, nadie estudia,¿para qué?.

Estoy de acuerdo con Nrq, los padres (yo me estrené hace poco) han dejado la educación de sus hijos, toda, en manos de las garras del Estado. Mal asunto

Un saludo.

Tasmania dijo...

Cierto, cierto... Bate, ahora que te has estrenado, no permitas el adocritamiento, exige la crítica, la mirada lateral que te permite poner todo en duda hasta llegar a tu propia conclusión.

Como madre, seguro, he hecho muchas cosas mal, muy mal, pero la satisfacción que produce el esfuerzo, la superación, la curiosidad por saber, el jucio crítico sobre lo que te rodea es algo que... aunque parezca algo vanidoso -y tal vez sea así- es algo que he conseguido inculcar en mis hijas y de lo que me siento muy orgullosa.

Sé que así al menos no les darán gato por liebre cuando tengan que navegar solas en este universo confuso y opresor.

Mesala Gongo dijo...

No existe mayor confusión que la de confundir República con Democracia.

Confundir el gobierno de SU LEY,con el gobierno de la MAYORÍA.

La defensa de la COSA PÚBLICA,es la primera regla de la democracia.
Bien sean gobiernos republicanos,imperios,
monarquías,estados federales o cualquier otro.

Determinadas denominadas izquierdas,como la que sufrimos en España,confunden la cosa pública con la República,pretendiendo hacerse con su significado,pero aplicando sus principios a los demás no a ellos,inculcando a los demás esos SUS pensamientos,llegando a convertirse en dictadores,obligando a los demás a pensar como ellos.

Esto hay que empezar a inculcarlo,desde la infancia,de los que no piensan como ellos.

Nada de esfuerzo, mérito y nada de nada de sacrificio.

Esta es la izquierda republicana que nos gobierna y legisla para conseguirlo.

Ayer sábado,Pgna.10 de La voz de galicia, leo una noticia espeluznante.

Una universitaria de Lugo,denuncia a sus padres en el juzgado,para exigirles 800 €.

La Sta. estudia en el Campus de Lugo.Sus padres,lógicamente le pagan,en este caso,el piso y le aportan 600 € al mes para gastos.

La Sta. los denuncia para exigirles 800 € para gastos.

Atentos a quien nos legisla y como se puede,como en este caso,retorcer una ley prevista para los divorcios,garantizando la manutención de los hijos.

Afortunadamente toparon con un,en este caso,juez atento y denegó la pretensión de la criatura.

Es lo que hay Dña. Tasmania,esperemos que por poco tiempo.

Tasmania dijo...

Espeluznante Mesala, espeluznante. Ahí, la criatura es hija de su tiempo... ¿y cuál es el tiempo correcto?

¿Quién se revela contra lo correcto?