Noche antes de salir de viaje. A veces me entra la extraña sensación de que las vacaciones deben ir precedidas de dos días de la más absoluta abulia antes de cambiar de entorno. Algo así como la cámara hiperbárica de uno pero, en vez de al volver, al salir.
Voy a una ciudad en la que he estado viviendo por bastantes meses, con lo que mi viaje no es en absoluto a deslomarme viendo museos y monumentos, sino más bien como lo que aquí llamaríamos ir al pueblo; un sitio dónde estás cómodo y ya no requiere de ninguna formalidad ni compromiso.
Me veré allí con mi prima, que anda trabajando desde mediados de mes. Trabaja y vive cerca de dónde yo estaré, con lo que un par de hamburguesas en el Michael's caerán… o puede que no, porque siempre nos hemos visto impelidos a hacer dieta, bien porque nos hemos excedido en ocasiones puntuales, bien porque conocemos nuestra constitución. Pero lo importante son los momentos de calidad y mi prima es una persona que tiene mucha. Diría que sorprende, pero si la conocieran no les extrañaría.
Tengo el circuito hecho de ir a correr; unos sesenta minutos desde la 25 al parque, Bethesda y vuelta. Es otoño y el parque tiene tonos ocres, de esos que Artanis vería, me cogería por una oreja y me diría, "al bar y no nos movemos hasta que no hayan caído tres whiskys con hielo", porque hasta una tarde de charla es diferente si tienes al otro lado de la calle árboles en ocre.
Ocho horas de avión y siempre con la misma esperanza. Salir hiperculto después de haber terminado dos libros, los mismos que tendré pendiente a la vuelta, pero de la vuelta ya hablaremos.
miércoles, 27 de octubre de 2010
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3 comentarios:
Vale, vamos a ver...
Como es vd. tan amable de citarme, le regalo esto. Si no lo conoce, le gustará. Es un standard. No le digo que se fije en la letra, porque sé que o hará.
Eso sí... nunca le pongo hielo al whisky, ni lo mezclo... a menos que sea un licor de batalla, tirando a cutre. Pero, ni siendo bueno tomo lo que ellos llaman "highballs" (el clásico, con agua, de vaso largo, que puede llevar hielo o no). Si no quiere tomarse un whisky solo, tras la hamburguesa, tal cual, pídale a un barman neoyorquino un "Rusty Nail".
Disfrute, tome el viaje con calma y restablezca su agitado espíritu, que se lo estamos notando. Suerte en la entrevista o "rómpase una pierna", como dicen en el show bussiness...
Oh vaya que bonito, tan typical... y Franky wow... eso sí que es un regalo.
Páselo bien N y ya sabe, en la zódiac esperamos la crónica de sus jornadas.
Aproveche para re-conectar, en lugar de des-conectar y vuelva cargado de energía (esa ciudad es más potente que todas las centrales de Iberdrola juntas!)
y sobre todo...
sobre todo...
sobre todo...
ENJOY!
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