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lunes, 5 de julio de 2010

La brújula de la dignidad I

La libertad es la única instancia que, a mi juicio, se ha ganado el derecho a ser respetada en tanto que representante de la Ley, de una Ley ante la que todo ser racional tiene que sentir respeto. Trataré de explicarme.

Veamos... Hollywood, en su empeño por ganar el máximo de audiencia, lo que hace es jugar sobre seguro y contar al espectador historias frente a las que es imposible no sentir respeto. Es imposible no sentir respeto por lo que hace Gary Cooper en Solo ante el peligro, o Gregory Peck en Matar a un ruiseñor, es imposible no sentir respecto por lo que hacen Juda Ben-Hur o Espartaco en aquellas películas, todas de Hollywood.

Estos personajes representan la libertad. Son, de todos los personajes de la película, los únicos que saben ser coherentes con su libertad. ¿Acaso sus actos son por ello imprevisibles, caprichosos o gratuitos? No. Obviamente no. Más bien me da la impresión contraria, más bien ocurre que, en todo momento, saben qué es lo que hay que hacer o, mejor dicho, hacen lo que todo el mundo sabe que hay que hacer. No son quizá los únicos que poseen esa peculiar brújula de la libertad, pero sí son los únicos que se orientan por ella en sus acciones. Desde luego no se trata de una brújula que te indique el camino para ser espartano o ateniense o persa, romano o judío, hombre o mujer, rico o pobre... Lo único que indica esa brújula es el camino para no perder la dignidad. ¿Será suficiente para orientarse?

Así lo parece cuando vemos esas pelis, pero ya les he dicho que Hollywood siempre apuesta sobre seguro, porque no se trata de nada que no hayamos experimentado con fuerza en nuestras vidas. Hay ciertas cosas que no podemos hacer sin perdernos el respeto a nosotros mismos, eso lo sabemos muy bien. Traicionar a un amigo o a un hermano, por ejemplo. Existe una brújula que te orienta para ser un buen gallego o un buen andaluz, o una buena ama de casa o un buen cerdo machista.

Un buen cerdo machista, por ejemplo, debe "tenerlos bien puestos" y no comportarse como un "maricón". Un buen guerrero sioux debe ser capaz de cazar bisontes. Un buen vasco quizá deba saber apreciar el sonido del txistu y un buen gallego el de la gaita. Un madrileño "de verdá" ama al parque del Retiro.

Y digo yo, ¿cuál es la brújula para ser, sencillamnte, un buen ser racional? Porque para ser un buen ser racional no hay por qué dejar de ser sioux o gallego, no hay por qué dejar de tocar la gaita o de bailar sevillanas. Pero, desde luego, para ser un buen ser racional, es decir, ser un ser racional que conserva su dignidad, es enteramente incompatible con, por ejemplo, traicionar a un amigo (y también con ser "un buen cerdo machista" aunque algunos prejuicios muy enquistados hagan a algunos cerdos machistas creer lo contrario)

2 comentarios:

Artanis dijo...

Reconozco que no sé cuál es la brújula para ser un ente racional, más allá de la duda (permítanme la langiana cita, ya que han abierto este post con el ejemplo hollywoodiense). ¿Por qué replico, pues? Puede que porque han citado a Tinseltown, a ese "ferrocarril de juguete más caro del mundo", como lo denominó Orson Welles... o sea, por la misma definición de "pesado"... Pesado es aquella persona a la que le preguntas "¿qué tal estás?" y va, y te lo cuenta.

"Solo ante el Peligro", por ejemplo; es leyenda que uno de los grandes westerns de todos los tiempos -"Río Bravo"- se rodó "en respuesta" al citado film, porque su director creía una ignominia que un sheriff fuera implorando ayuda por el pueblo. Parábolas antimaccarthystas aparte, podríamos aducir que Cooper quiere hacer partícipe a cada ciudadano de su reponsabilidad, diciéndole "esta es tu libertad. Defiéndela. Luchando por mí, defiendes tu estilo de civilización".

Puede ser.

El punto de vista del ex-soldado y aventurero Howard Hawks, director de "Río Bravo", uno de los directores que más y mejor ha retratado a las mujeres como fuente de todo caos -y por lo tanto de generación, de catalizador- y como auténticas dinamos de la situación ("La Fiera De Mi Niña", "Luna Nueva" -la de los periodistas, no la de los vampiros con acné que se hacen tocamientos-), opone su visión. Somos una sociedad organizada; vosotros pagáis para que yo -sheriff- mantenga la Ley y el Orden. No puedo haceros pagar dos veces. El trabajo es mío y sólo mío.

Tendríamos, dentro de ese Hollywood que retrata la Libertad, como nos recuerda Dña. Tasmania, a un Hollywood rooseveltiano, socialista, que reparte (y re-reparte, según Hawks) las cargas, y el Hollywood, ultraliberal, pre-neocon del Estado a la mínima expresión. Si bien, Hawks se dedica a poner en el camino del "lonely civil servant" -el sheriff- a gente que le saca las castañas del fuego, auqnue él no se "rebaje" a pedirlo. Eso sí... esos actos son individuales, volitivos, no son fruto de exhortaciones del Estado-Padre. Son aportaciones individuales, que encajan, formando una idea de Libertad común.

Lo que -aparte de cualquier debate- podemos envidiar de Hollywood es que, demócrata o republicano, hasta hace bien poco, defendían -aún con distintos argumentos- una Libertad común.

En Ex-paña, ni lo olemos.

Tasmania dijo...

Cierto mi querido Artanis. Cierto. Pero no pretendo ir más allá de los héroes que nos impresionaron de niños... aquellos que hacían lo que tenían que hacer. Aquellos que decían lo que tenían que decir. Algo que todos sabían pero que no se atrevían a decirlo o hacerlo.

Esos hombres luchaban por la libertad, por el amor, por la patria... palabras nobles pero ante las que hay que tener un par para enfrentarte al mal en su defensa.

Ah y gracias por acompañarnos en esta humilde zódiac...usted, tan sarcástico y tan borde - borde (no se lo tome a mal) Me encantará reirme con usted cuando la Argos nos salpique....